6. Tarde de sábado. Segunda parte.

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Gabriela.

Después de masturbarme quedé tumbada en mi cama durmiendome casi enseguida. Desperté en medio de la noche atontada y agotada.
Recordé que no me había lavado los dientes por lo que me levanté a lavármelos porque no me hallaba irme a la cama sin lavarlos entonces encendí la lámpara de mi mesita de noche y vi la hora en mi radio reloj que aún conservo, eran la 1:11 am.

-¡Au qué tarde! -Exclamé.-

Ya más despierta noté que me hallaba en la misma posición que quedé después de masturbarme, con mis piernas abiertas y sin cobija.

-¡Uff! Vaya que fue fuerte mi orgasmo… -Me dije.-

Entonces me levanté para ir a mi baño no sin antes de ver mi desnudez en el espejo. Sólo la luz de mi lámpara estaba encendida a mis espaldas por lo que en el espejo se veía mi desnudez oscura. No me toquetee pues estaba ensueñada un poco y además, ya sé lo desesperada que estoy por falta de hombre.

Ya en el baño prendí la luz, lavé mis manos para lavarme los dientes luego cogí toallitas húmedas y me las pasé por debajo limpiandome bien los restos de mi orgasmo para así evitar olores. Boté la toallita húmeda usada luego volví a la cama, cobijé mi desnudo cuerpo y me dormí.

Al despertar aun me sentía exhausta… un poco cansada. ¡Nadie sabe porqué! ¡Je, je! Entonces miro mi pequeño despertador, ya eran las 8:03 am hora de levantarse. Al salir de la cama busqué en mi ropa y me puse una pantaloneta blanca y floja y una blusa blanca de tirantes sin ropa interior por debajo pues estas ropas cubren de demasiado.

Ya vestida salí de mi cuarto para desayunar con mamá a quien veo terminando de desayunar y vestida como si fuese a salir. Que yo sepa ella no salía hoy a ningún lado.

-¡Buenos días, Gaby! ¿Dormiste bien?
-¡Buenos días, mamá! Sí dormí bien y tú, ¿sales hoy mamá?
-¡Diay, hija! ¿No recuerdas que trabajo sábados y domingos en la tienda?
-¡Ay sí! Lo olvidé, ¡je, je, je!
-Toqué tu puerta varias veces para que desayunáramos juntas pero estabas tumbada, Gaby.
-¡Aw lo siento, mamá! Es que estaba muy cansada…
-¡Tranqui, Gaby! Te dejé gallo pinto, arepas y café. Volveré a eso de las 6:30 o 7:00 pm así no veré a tu amigo.
-¡Ay mamá! Aún así le diré a Álvaro que lo aprecias.
-Haz eso y no te prometo ser cortés con el cuando lo vea en la calle.
Después de hablar mamá lavó sus dientes y se fue quedando yo sola en casa lo que aproveché para lavar mis sábanas las que mojé en mi orgásmico dormir.

Al quitar las sábanas miré aquella ropa que al usarla era como andar desnuda. Seguro las usé porque así me sentía desnuda y al sentirme así, me sentía más cómoda entonces, se me ocurrió hacer una locura.
Cerré las puertas, corrí las cortinas luego entré a mi cuarto donde me despoje de mi ropa la que dejé en el piso. Ya desnuda salí a la sala… me sentí rara pero a la vez la sensación era excelente.

Así caminé a la cocina serví mi desayuno y comencé a comer, ¡je, je, je! La verdad nunca me sentí mejor por lo que lave mis platos y eché mis mojadas sábanas a la lavadora. Después seguí con mi cama para continuar con limpiar la casa ya que Álvaro vendrá hoy.

Con el quehacer, mi cuerpo comenzó a sudar. El sudor recorría mi desnudo cuerpo botando así todo el estrés. ¡Uff! Me sentí tan relajada. Luego vi como el sudor recorría mis pechos, mi vagina en su totalidad excitándome al límite por lo que… no lo pude evitar.
Me acosté en el sofá sudada y excitada donde empecé a toquetearme toda. Primero acaricie mis pechos con suavidad al momento que cerraba mis piernas como queriendo presionar mi vagina. Cerré los ojos, mordí mi labio y sobaba mi vulva de forma circular suavemente y después comencé a separar mis piernas subiendo una en el respaldar del sofá es, ahí que comencé a penetrarme con cuidado y luego más rápido y más duro. Ahí fue donde comencé a pensar en Álvaro.

-¡Álvaro, Álvaro…! ¡Rompe…me, rómpeme…toda!

Eso decía en ese estado del cual no quería salir pues disfrutaba mucho el torcer mis caderas por el deseo y el placer de ser cogida e incluso, sentí que mi trasero se me abría contra el sofá al torcerme y restregarme contra este haciendo que la sensación fuese única para mí.
Comencé a penetrarme más rápido y fuerte lo que significa que estaba por regarne en mi potente orgasmo. Ya podía sentir como me regaba y las gotas de mi orgasmo salían mojando el sofá.

-¡¡Aahh, oooohhh, qué delicia!! ¡¡Hmm, hmm!! ¡¡Aaahhhggg, Oouuhh!! ¡¡OHH, OOHH MY GOD…!!

Desnuda, sudada y exhausta. Así quedé en el sofá y no sólo por el quehacer de la casa sino también por mi regada. Creo que hasta me vine por el trasero. ¡Je, je, je!

Terminé sobando mi vagina y después la presioné como si quisiera escurrirla toda. Ahora no estaba sólo sudada sino también empapada por mi orgasmo además de arder un poco. Me quedé un rato más en el sofá para despertar casi UNA HORA DESPUÉS. La verdad quedo demasiado exhausta de estarme echando la mano tanto y con tantas ganas no lo puedo evitar.
Ya más descansada me puse en pie pero me mareé un poco y caí. Detuve la caída poniendo mis manos en el suelo quedando en cuatro patas. ¡Por Dios, qué susto!

Seguro de tanto masturbarme quedé tan exhausta que me mareé y caí. Por eso me arrecosté en el frío piso por unos instantes e hice a levantarme de nuevo pero con más cuidado.

-¡Demonios! -Me dije confusa.-

Me logré poner en pie y me fui a mi baño a darme una ducha fría. ¡Prrr! Sí que estaba fría pero me relajó bastante. Salí del baño secándome y fui a la cocina a hacer el almuerzo de la misma manera, sin ropa. Luego fui a sacar la ropa de la lavadora y tenía que tenderla afuera en el patio pero no quería ponerme ropa así que salí desnuda.

La ventaja es que nuestro patio es mediano con una tapia de 2.5 m de alto, sin techo con puertas de metal bien cerradas así nadie podía ver nada. Por eso salí desnuda con la canasta de ropa.
Estando afuera sentí la pequeña hierba bajo mis pies, el sol tocando mi pálido cuerpo. ¡Hmm! ¡Qué delicia!

Dejé la canasta en el suelo para acariciar mi cuerpo bajo el calor del astro rey luego colgué la ropa y entré de nuevo a casa. La experiencia bajo el sol debo repetirla porque fue, ¡más que deliciosa! ¡Hmm!

Me dispuse a almorzar igual, sin ropa. Miré el reloj de la cocina y ya eran las 2:30 pm. El tiempo se pasaba volando por lo que me di otra ducha fría luego me miré al espejo y vi que mi cuerpo estaba ya más relajado.
Comencé a vestirme poniéndome unos calzones rojos tipo hilo, un short de mezclilla que apenas llegaba a medio muslo, un brasier blanco, blusa blanca de tirantes y sandalias. Luego corrí las cortinas y abrí puertas y ventanas para oxigenar la casa y le pasé un desinfectante al sofá por aquello de los olores y cuando vi la hora, ya eran las 3:00 pm. ¡Guau! El tiempo vuela.

Revisé mi cel y vi varios msj de buenos días de Álvaro los que hasta ahora vi porque estuve muy ocupada, ¡je, je¡ En eso me llegó otro mensaje de él en el que decía que ya salió del trabajo y que llegará a eso de las 3:20.
¡Guau! ¡Qué bien! Ya tengo la casa limpia y buena comida lista para recibir a mi amigo además haré café porque a él y a mí nos gusta. No sé porqué pero estoy nerviosa.

Álvaro.

Ya son las 3:00 pm y le mandé un msj a Gaby de que voy en camino a lo que ella dijo que me espera en casa y que su mamá no está. ¡Hm…qué tentador! Pero hay que ser realista porque no creo que suceda nada entre ella y yo pues sólo he pensado mucho en coger con ella pero sólo son pensamientos de deseo.

A mi esposa le hago el amor de diferentes maneras y formas habidas y por haber pero cuando llego a mi casa antes que ella, me doy una ducha donde aprovecho para masturbarme pensando en Gaby algo que hice toda esta semana.
El estar en medio de sus piernas cogiendo con ganas ese cuerpo pálido, delgado y delicioso, con esos pechotes tan ricos… ¡Hm cómo los deseo y saboreo!

La casa de Gaby es muy discreta o sea que lo que ahí adentro sucede, ahí adentro se queda. No hay ruido que se escuche o salga de su casa por si algo pasa y nadie lo sabría a menos que abramos la boca algo que no haremos en caso de que algo pase. Con este pensamiento subí al bus rumbo a casa de mi amiga.

Un adultero y una fornicadora. Where stories live. Discover now