25. El día martes. Continuación.

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Álvaro.

El martes salí a las 3 pm como siempre, llegué a la terminal y subí al bus rumbo a Ciudad Central. Le envié un msj a Gaby diciéndole que iba camino a Ciudad Central y luego al motel “El caminante” lugar al que llegaré tipo 4 y media a lo que Gaby me respondió: “Ok, ahí estaré”.

Mientras viajaba pensé en lo que hacía con Gaby que no es correcto ni moral. Si Alba se enterase me echaría de enemigos a mis suegros, mis padres y hermanos y por supuesto a mi amada esposa.

Alba y yo disfrutamos mucho de nuestra intimidad no sólo en la cama sino también cuando vamos al cine, a veces que salimos a caminar además de llevarme bien con mis hijastras es más, me llevo bien con su ex. Ella me chinea (mima) demasiado y le correspondo sólo que mi incomoda que Alba es un poco celosa, yo igual pero no tanto como ella.

Sólo sé que lo de Gaby y yo terminará en cualquier momento y sólo espero que cuando termine Alba jamás se haya enterado ni se entere nunca. Esta infidelidad me pesa en el corazón pero no podía evitar cogerme a mi amiga pues de soltero siempre la deseé pero nunca la tuve y es hasta ahora que la tengo pero estoy casado con otra.

Pensando en todo esto el bus llegó a Ciudad Central a eso de las 4 y 20, un poco antes pero mejor para mí. Entonces me fui al motel y sé que Gaby ya casi sale del trabajo, ¡qué bien!
Llegué al motel el que está cerca de un barrio marginal. Este era un edificio de tres pisos, tenía el nombre ya despintado y de apariencia lúgubre.
Al llegar hablé con el portero que era un adulto mayor.

-¡Buenas tardes, señor! Quiero alquilar un cuarto.
-¡Buenas tardes, amigo! Le puedo dar el número 13 en el tercer piso. -Dijo dándome la llave.-
-¡Gracias! ¿Me puede hacer un favor? En un rato vendrá una mujer llamada Gabriela para que le diga en el piso y cuarto en el que estoy, por favor…mi nombre es Álvaro.
-¡Está bien! Yo le digo…
-¡Gracias!

Una vez que me dio la llave le pagué y entré al edificio. En el primer piso se hallaba el cuarto del portero y habian unas gradas de concreto las que subí al segundo piso que era un pasillo y a ambos lados estaban las puertas de los cuartos algo deterioradas la pintura y se escuchaban los gemidos de parejas de amantes cogiendo rejo y parejo. El pasillo era iluminado por luces que parpadeaban como a apagarse así, llegué al final del pasillo en el cuarto 12 y a lado de este habían otras gradas pero en madera las que subí y al llegar arriba ahí estaba el piso 13. 

Al entrar a la estancia vi que era un cuarto pequeño con una ventana con vista a un barrio marginal llamado “La Rusia”, su cama era para dos y al ver el baño éste estaba completo y con ducha además de tv por cable. ¡Genial! Entonces me quité la ropa quedando en boxer a la espera de mi amiga que no tardará en llegar.

Gabriela.

El día pasó volado pues ya eran las 4:20 y estaba súper ansiosa por coger con mi amigo de nuevo.

A esa hora fui al baño a cambiarme; ya estando sola me desnudé por completo para quitarme la tanga y ponerme el hilo y estaba sin brasier apenas me puse el hilo cuando Zai entró al baño y vale que fue ella la que me vio con sólo el hilo puesto.

-¡Gab…! -Dijo mi amiga con sus ojos exorbitantes.-
-¡Ah Zai! Sólo vine a cambiarme…
-¿Ah, acaso sales temprano?
-¡Eh, sí! Es a… una actividad familiar… ¡Sí a eso! -Le mentí sacando mi vestido negro.-
-¿Actividad familiar, ¿eh?? O mejor dicho actividad sexual a como vas de vestida. ¿Vas a verte con él de nuevo? ¿Con Álvaro?
-¡Ah…Sí, Zai! Me veré con él… -Le dije empezando a ponerme el vestido.-
-¡Hmm!, ten cuidado Gab por aquello de que la esposa de tu amigo los descubra pues no sabes que tipo de mujer es.
-Esperemos que no, Zai. -Dije mientras doblaba mi ropa y la metía en mi bolso.-
-Si sales así te devorarán esos depravados. ¡Ja ja ja!
-¡Ja ja ja! Los haré ver y desear, Zai. ¡Chao!
-¡Chao amiga!

Cargué mi bolso y salí del baño pasando por el pasillo central en medio de los cubículos. ¡Todos me miraban! Esas miradas de deseo de querer cogerme las sentía como puñales clavándose en mi cuerpo por parte de mis compañeros y de aquellas compañeras que decían quererme coger en el baño. Me sentí deseada y realizada… ¡me sentí como doña toda!

No podían faltar las murmuraciones de varios compañeros y compañeras diciendo lo rica que estoy o también zorra, perrota deliciosa para culiarla toda… ¡Uf! Eso me aceleraba y les sonreí… ¡los tenía idiotizados e idiotizadas! También vi al agazapado de Alfi que se quedó como estatua al verme entonces me le acerqué y le dije al oído:

-¡Chao Alfi! Cuidado lastimas a alguien…

Le dije eso porque su pantalón delató lo parado que tenía su miembro. El pobre parecía tienda de campaña… ¡ja ja! Lo peor de Alfi es que noté que no es bien dotado pero al menos tiene algo bueno en qué pensar al masturbarse. ¡Je je je!

Salí del trabajo seguida de miradas tanto indiscretas como discretas además de esas devoradoras miradas que me deseaban… ¡hmm! Esto me encanta… una vez en la calle solicité un Uber para que me lleve al motel “El caminante”.
El Uber llegó y rápido nos pusimos en marcha.
Desde que subí al carro el conductor (como todos los de Uber) se mostró muy amable y conversón además de sus indiscretas miradas de deseo a mi persona. Eso me excita mucho…

A veces el usar sólo hilo me hacía sentir como la brisa fría de la tarde en Ciudad Central se metía tocando toda mi vagina. Es como si una mano fría me manoseara excitándome además de erizarme la piel. Era como si andara desnuda… y no podía fruncir mucho mi vagina pues el hilo a la vez me incomoda y sería muy obvia para el conductor.

Así llegamos al motel en 15 minutos y el conductor del Uber me dio una tarjeta con su celular por aquello de algún viaje para que lo contactase, ¡je je je! ¡Cómo los tengo! Le agradecí su amabilidad y esperé a que doblara la esquina pues no quería que me viese entrar al motel. Una vez fuera de su vista entré y hablé con el portero que era un adulto mayor y me dijo que en el tercer piso Álvaro me esperaba en el cuarto 13.

El motel por fuera estaba deteriorado con apariencia lúgubre y al pasar por el segundo piso las luces parecían querer apagarse y detrás de las puertas de cada cuarto se escuchaban parejas cogiendo en un concierto de orgasmos…

¡Uy Dios! Espero no ser parte de este “concierto” al coger con Álvaro pero bueno, seguí hasta el final del pasillo y subí las otras gradas y en el otro piso estaba de primero el cuarto 13 al que toqué la puerta y al abrirse sale Álvaro en boxer.

-¡Guau pero qué zorrita llegó a mi puerta! -Me dijo.-
-Pues la zorrita que no verá la luz del otro día sin haber cogido contigo antes.. ¿Cómo me veo? -Le modelé mi vestido a Álvaro.-
-Demasiado deliciosa perrita…
-¡Ya lo sabía! Soy tu perrita… ¡Je je!

Nos reímos y abrazamos para entrar al cuarto cerrando bien la puerta; pude sentir su verga muy dura bajo su boxer. Álvaro no dejaba de verme con sus ojos exorbitantes. Al entrar tiré mi bolso a un lado de la cama y noté que el cuarto era pequeño para mí gusto pero para coger estaba apenas. Miré el boxer de Álvaro delatando lo parada que debía estar su verga a lo que no me resistí y la acaricié y agarré.

-¡Ups! ¿Y eso qué es? -Le sonreí agarrando su miembro.-
-¡Ah…no sé! -Me dijo metiendo su mano bajo mi vestido.- ¿Y qué dices de esto?

Al decirme esto Álvaro acarició mi panocha con suavidad y como andaba hilo; no le costó meterme el dedo masturbándome y le correspondí sacando su verga del boxer y comencé a masturbarlo. Nos besamos mientras nos masturbábamos mutuamente luego él mamo mi cuello. Nuestras palpitaciones y respiraciones iban a mil… me torcía toda al sentir su dedo dentro de mí y su verga se ponía dura, gruesa y firme mientras que sus bolas se contraían y eso me gustaba.
Dejé de masturbarlo apartándome de él para quitarme el vestido quedando sólo en hilo.

-¡Sí que…te pasaste de rica, Gaby!
-¡Ji ji! Lo sé, gracias rico.

Le dije dando una vuelta para que me viese y me agaché delante de él pues quería que viera mi panocha y trasero cubiertos por el delgado hilo como invitándolo a entrar a cualquiera de los dos… ¡uff! Ya estaba muy mojada y Álvaro se quitó el boxer y no lo soporté y me arrodillé frente a él y comencé a mamarlo mirándolo. El gemía acariciando mi cabeza algo propio de él al mamarlo luego masturbé su verga mientras mamaba sus contraídas y deliciosas bolas, lo mamé de nuevo un poco más y me detuve.

-¿Por qué…paras, Gaby?
-Ven querido…

Fui y me agaché frente a él para sacar de mi bolso una Gillette y que viera toda mi panocha para volverlo más loco luego me quité el hilo.

-¿Me ayudas a depilarme? Es que hay partes de mí que no alcanzo… -Le sonreí.-
-¡Je je je! Claro zorrita…

Ambos entramos al baño y tomamos una ducha caliente y comencé a disque depilarme delante de él. La verdad yo estaba depilada y sólo me pasaba la Gillette para ver a Álvaro.

-Deja que te ayude, perra… -Me dijo agarrando la Gillette.-
-Sí pero cuidado con mis labios vaginales…son muy delicados, amor…

Álvaro sonrió mientras pasaba la Gillette por mi frente vaginal y es entonces que acaricié su cabeza mientras mordía yo mi labio.

-¿Estoy bien… depilada, cielo?
-Voy a comprobarlo, querida.

Tirando la Gillette a un lado Álvaro separa mis piernas y comenzó a meterse a pegarme ese mamadón que ya me deseaba…. ¡Hmm! Su deliciosa y afilada lengua recorría mis labios vaginales mordiéndolos a la vez con suavidad. Cuánto quisiera que su lengua entrara en mí… al igual que su verga. Serían indescriptibles los estragos que haría en mis adentros pues si con una mamada me vuelve loca ahora me imagino una mamadota interna… ¡je je je!

-¡¡D’AAAHHH!! ¡¡AAYY QUERIDO!!

Sin decir nada, Álvaro deja de mamarme para llevarme de la mano a la cama acostándose boca arriba…entendí que quería hacer el 69 y yo, ¡encantada! Me acosté sobre él para mamar su verga y él me mamaba disfrutando ambos. Él acariciaba mis nalgas, mordía mi vagina, clítoris…mis labios vaginales… ¡Uf! ¡Cómo no enloquecer con semejante mamada! ¡Guau!

Al mamarlo vi sus bolas contraídas las que mamé a la vez que lo masturbaba mientras gemía y yo, ni hablar… miré hacia atrás vi mi trasero doblarse, torcerse, restregando mi panocha en la boca de mi amigo. La verdad vi demasiado rico mi propio trasero menearse así y volví a la mamada con mi Álvaro. ¡Oh por Dios! Sentí venirme por atrás… ¡hmm! Esa deliciosa sensación ¡Guau!

Pronto Álvaro se regó en mi boca la que llenó con su orgasmo el cual dejé salir recorriendo el miembro y bolas de mi amigo y no sólo oía sus gemidos sino también los sentía porque tenía su boca y lengua metidos en mi panocha por lo que la restregué con más ganas en su boca.

Mis labios estaban con restos de semen los que limpié con mi mano y en eso llegó mi poderoso orgasmo regándome en la boca de Álvaro.

-¡OH, OH, DE…MONIOS! ¡OH YEAH …! ¡OH FUCK, FUCK…!  ¡TOMA ESTO HIJO DE PUTAAAAA! ¡AH, AHH! ¡D'AAAHHH!

Después de esto me acerqué a Álvaro y nos besamos exhaustos y agotados…

-No me…beses querido. Tu boca sabe a panocha… ¡je je je!
-Y la tuya sabe a… verga…, zorra.

Ambos reímos y nos dormimos abrazados. Álvaro mordió mis labios vaginales y creo que hasta mis adentros penetrándome con su afilada lengua… ¡Hmm! Deliciosamente mamada quedé. Pero esto aún no termina.

Continuará…

Un adultero y una fornicadora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora