59. El sótano.

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Álvaro.

Bajamos al sótano oyendo la madera de las escaleras crujir en cada una. En la estancia había una brisa de aire fresco debido a algún ducto de aire, no sé. Nos topamos con grandes telas de araña y Gaby encendió la linterna revelando en la oscuridad que el sótano no es un sótano sino, otra casa con finos muebles en la sala. Vimos un juego de comedor el que tenía la mesa preparada con cubiertos que supusimos son de plata, unos platos de vajilla muy fina junto a copas y candelabros con velas colocadas. Pareciera que estaban a punto de servir la cena.

Como Gaby trajo su encendedor, prendió las velas de las tres candelabros luego vimos que del techo colgaban dos candelabros más por lo que le ayudé a encenderlos además habían tres dormitorios, una cocina, una vieja letrina y un baño antiguo.

-Pero, ¿qué demonios? Pero si esto es otra casa debajo de otra… -Dije.-
-Estuve leyendo el diario del señor Julius Rehims, querido y decía que huyeron de Francia al enriquecerse con fraudes además de tráfico de joyas antiguas además que la señora Rehims de día era una dama y de noche las hacía de puta pero al darse cuenta de que le seguían en sus fraudes, el señor Rehims decide huir con su familia a Centroamérica donde jamás lo podrían encontrar y la casa fue construida así porque la casa de arriba es un engaño, un señuelo en caso que los viniesen a buscar.
-O sea que la casa es ésta y no la de arriba. ¡Interesante! Entonces, ¿por qué las joyas estaban allá arriba y no aquí abajo más seguras?
-La verdad lo ignoro pero seguro las sacaron para volver luego por ellas pero nunca lo hicieron. Seguro el mismo Zacarías fue en algún momento.

Mientras hablamos revisamos la cocina en la alacena vimos que habían provisiones ya arruinadas y algunas botellas de vino para de último, ir a inspeccionar el baño. Por donde íbamos Gaby dejaba velas encendidas o encendía los candelabros que encontraba a su paso y el baño no fue la excepción pues hizo lo mismo y se puso como loca al ver una tina o bañera blanca, empolvada pero muy decorada con una antigua llave de manilla además tenía debajo un pequeño compartimiento en el que se nota que ponían carbón para encenderlo y así calentar el agua.

-¡Pero qué belleza! Ay pero ojalá tuviera agua… -Dijo ella.-
-¿Acaso te bañarías si tuviera agua?
-¡Obvio microbio! Pero parece que la llave está arruinada. -Dijo ella tratando de mover la palanca.-
-¡Hm déjame intentarlo! -Le pedí.-

En verdad que la palanca estaba muy trabada pero logré moverla. Después de un rato de darle a la palanca, la llave escupió tierra y óxido y después, empezó a salir agua sucia la que luego empezó a salir limpia y fría. Era obvio que los Rehims tenían un pozo.
Gaby se alegró y empezó a lavar con la mano la tina quitando el polvo.

-Llénala querido, pues quiero probarla…
-Sí de acuerdo pero el agua esta fría..
-Creo que, ¡je, je, je…! Podrías ser caballeroso y… traer algunos pedazos de madera del piso de arriba…por llenarla… -Gaby me sonríe como diciendo, di que sí.-
-De acuerdo pero primero llenaré la tina…
-¡Síiiii! Gracias querido, te quiero mucho… -Dijo por alagarme.-

Gabriela.

Álvaro fue a buscar algo de madera para encender la tina por debajo después de llenarla. Estaba ansiosa al grado que decido quedarme en ropa interior y de pronto Álvaro llega con la madera y me ve con sorpresa.

-Pero querido hemos…
-Sí, sí hecho algo más que vernos desnudos. Lo sé. -Me sonrió.-

Después de esto Álvaro pone la madera bajo la tina y con unos papeles le prendió fuego. En eso me quito la ropa interior y le digo a Álvaro que se desnude y que tomemos juntos el baño él aceptó, se desnudó pero fue a buscar algo más de papel o madera en uno de los cuartos y en eso me llama.

-¡Gaby! Encontré algo en el cuarto matrimonial.
-¡Ah já! ¿Y qué es? -Le respondí.-
-Ven y lo verás…

Caminé desnuda por la oscura casa iluminada por los candelabros y al llegar al cuarto matrimonial, vi que estaba iluminado pero no vi a Álvaro.

-¿Dónde estás? -Le llamé entrando al cuarto.-

De pronto sentí que me agarraron por la espalda tapando mi boca, forcejee en vano y la voz no me salía. Fuera quien fuera me hizo llevada a la cama en la que me puso boca abajo contra ésta, soltó mi boca para sujetar mis manos juntas con fuerza y atarlas a la baranda de la cama con mis… ¡¿pantimedias?!

-¡¡SUELTAME…MALDITO!!

En eso él me colocó boca arriba con mis manos bien atadas y mi sorpresa fue enorme al ver que el que me amarró era… ¡¿Álvaro?!

-¿QUÉ PUTAS TE… HAS CREÍDO? ¡SUELTAME YAAA! -Grité tirando patadas.-

De pronto él hace mis calzones en un puño y los mete en mi boca por lo que ya no podía gritar. Me sentí muy asustada al verme atada y amordazada pero excitada. Esa posición de estar vulnerable y excitada me abilocaba al límite pero quería soltarme por lo que forcejee en vano.

Álvaro comenzó a mamar mi cuello y pechos mientras me violaba con su dedo luego, mamaba mi vientre sujetando mis piernas llegando a mamarme la panocha penetrándome surcando mi clítoris y labios vaginales con su lengua dándome también suaves mordiscos haciéndome sentir deliciosamente. Luego y sin decir más Álvaro me clava su cálida, grande y gruesa verga en mis húmedos y estrechos adentros comenzando a golpear mis caderas con las suyas cogiéndome rápido y duro.

-¡Hmm, hmm! -Gemí.-
-¿No que… querías ser culiada a la fuerza, puta?
-¡Hm, hmm, hmm! -No pude pronunciar palabra.-

Miré impotente de un lado para el otro a la vez que tiraba en vano para desatarme rompiendo mis pantimedias pero no servía de nada. De pronto mini orgasmos regaban mis adentros vaginales seguidos de esa sensación orgásmica atrás mojando mis adentros anales.
Mi amigo me decía todo tipo de palabras como puta, zorra, tierrosa o arrastrada. También me decía cosas como que soy tan zorra que no lo pensé para abrirle las piernas a un hombre casado.
Esto en lugar de ofenderme, me gustaba, me excitaba en ese momento hasta que él se riega su orgasmo en mí…

-¡Toma esto, puta. .  deliciosaaaa! ¡TOMA TU LECHEEEE…! ¡RIEGATEEEE PUTAAAA!
-¡HM, HMM, HMM! -Gemí sin poder hacer nada.-

Mis adentros estaban inundados por el semen de Álvaro y por mis mini orgasmos y ya mis manos no podían forcejear más hasta que mi potente orgasmo llegó a mí derrotándome y él lo sintió.

-¡Eso es…! ¡Eso…es! ¡Buena niña… zorra!
-¡HMM, HMM, HMM! -Simplemente no pude gritar pues tenía mi boca tapada con mis calzones.-
-Aún no termino…contigo puta…

De pronto Álvaro se sacó su verga de mi panocha y me colocó boca abajo; ¡Ay no! Me va a coger por el culo…
Negué con la cabeza viéndolo pero le valió que estuviera también agotada por mi orgasmo y no sé cómo puede soportar coger de nuevo entonces, comenzó a pasar su verga entre mis labios vaginales luego, en medio de mis nalgas rozando mi culo donde comenzó a meter la cabeza de su miembro.

-¡HMMM, HMMM, HMMM! -Traté de gritar ante ese delicioso dolor.-
-¡No te quejes…puta! Aún no te meto ni la mitad…

Su grueso pedazo se internaba en mis adentros anales mientras que una lágrima rozaba mi mejilla hasta que sentí sus bolas en mis nalgas señal de que tenía toda su verga dentro de mí y fue ahí donde comenzó a cogerme mientras metía su mano debajo de mí para masturbarme a la vez que me cogía por el culo sin importarle lo agotada que estaba.

-¡HMMM, HMMM, HMMM! -Aquí le pedía que parara pero no lo hizo.-
-Siente mi… verga, puta tierrosa….

Álvaro siguió cogiéndome y masturbándome hasta regarse en mi culo. Sentí su cálido semen recorrer mis adentros anales a lo que suspiré agitada hasta que mi orgasmo anal me inundó por dentro seguido instantes después de mi orgasmo vaginal.

-¡Toma esto….putaaaa! ¡Ah, ah, ah!
-¡Hmm, hmm, hmm! -Gemí tratando de gritar de placer y dolor.-

Luego de cogerme toda Álvaro saca su verga de mi culo y me coloca boca arriba y saca mis calzones de mi boca.

-¿Te gustó? -Me pregunta riendo.-
-¡Púdrete! -Le dije suspirando exhausta.- Te dije que odio que me cojas a la fuerza Álvaro. Te lo dije aquel día que me violaste bajo la lluvia.
-¡Ah por favor! Admítelo, deseabas ser violada y lo tuviste. Ahora no me vas a decir que no te gustó…
-¡Uy que insoportable que…eres!

Álvaro me conoce bien desde hace años y tenía razón. Disfruté de la cogida o la violación que me dio pero mi moral me recrimina de que no debí disfrutarlo pero el placer me felicita por disfrutarlo. El placer y la moral se debatían en mi mente en eso Álvaro me saca de mis pensamientos.

-Bueno querida, el agua ya debe estar cálida. Vamos a la bañera. -Dijo levantándose.-
-Álvaro, ¿te importa? -Le señalé mis manos atadas con la mirada.-
-¡Ah claro! -Se acerca y me desata.-

Llegamos a la bañera y Álvaro me salpica con el agua.

-¡No querido…! Estoy muy sensible…
-¡Je, je!

Ambos entramos a la tina y el agua estaba perfecta la que disfrutamos por un rato.


Un adultero y una fornicadora. Où les histoires vivent. Découvrez maintenant