Capítulo 16

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- No lo sé tía, es que, no sé, siento que esta vez es diferente -le dijo Cloe a su fiel amiga tras relatarle todo los sucedido en las últimas semanas.

La chica se lo había estado guardando desde hacía semanas, pero era obvio que tarde o temprano lo iba a tener que soltar. No era fácil para Cloe aceptar todo lo que había pasado en tan poco tiempo, y le era difícil ver más allá.

Tampoco era fácil darse cuenta de que todo tenía un final y que no todo era tan bonito como lo pintaban. Y la verdad, que lo de ella y su ex era una tontería en comparación a lo de sus madres. Como era de esperar, ella era la hija que más al corriente estaba de todo el panorama y la situación ya le estaba empezando a afectar.

Era algo que llevaba semanas rondando por su cabeza y no podía hablar de eso con sus hermanos porque no quería preocuparlos, ni con sus madres ya que estas no atendían a razones.

Menos podía con sus amigas, todas ellas veían a Ana y a Mimi como las madres perfectas, todas deseaban tener unas madres así, y a Cloe le daba vergüenza reconocer lo que estaba pasando en casa.

Pero esa mañana, cuando se quedó a solas con su mejor amiga durante la hora del recreo, esta le sonsacó todo. Para ella, era evidente que le estaba sucediendo algo, y no quería presionarla, porque Cloe tampoco era una chica que se lo reservase todo, pero ese día no pudo aguantar más y le preguntó.

- Ay Cloe, yo creo que estás muy negativa, seguro que estás exagerando -le dijo sin terminarse de creer todo lo que le estaba contando.

- Tía, ¿pero a ti no te da rabia? -le preguntó- No sé, es como que me echaron la bronca del siglo por haberles ocultado lo de Carlos ¿y ahora que? Es obvio que ellas nos están mintiendo a todos, ¿quién es quién no confía en quién? -se preguntó.

- A ver Cloe ¿qué te piensas?, ¿qué tus madres no te van a mentir? Es obvio que sí, nosotras les mentimos y ellos a nosotras también -le explicó su amiga en tono de obviedad.

- Ya, pero no con cosas así -le replicó Cloe- Es que no sé tía, encima Emma se ha dado cuenta y claro, en unos días ya estarán todos enterados.

- Tía, de verdad, es una pelea, nada más -intentó tranquilizar a la chica- Tus madres son la hostia, además que se nota que se quieren un montón -dijo super segura de sus palabras- En plan que son la pareja perfecta, a lo que todos desean aspirar.

- ¿Tu crees? -suspiró la chica- Hace días que no pisas mi casa ¿eh?

- Meses -le corrigió.

- Anda, vente un día a merendar y repasamos para el examen de mates, ¿te hace? -le invitó Cloe.

- ¿Mates? ¿Para qué estudiar si voy a suspender igual Cloe? -respondió la amiga en tono de broma.

- Y luego la negativa soy yo -dijo dándole un golpe en la rodilla- Vamos vente y le digo a mamá que haga el bizcocho que a ti tanto te gusta -siguió Cloe para convencerla.

- Mmmm a eso sí que no me puedo negar -dijo la amiga al recordar lo buenos que estaban los bizcochos en casa de Cloe- los bizcochos de Mimi son lo más -añadió.

Como buena mejor amiga, había estado millones de veces en casa de Cloe y conocía muy bien a sus madres, prácticamente desde toda su vida, o por lo menos todo lo que podía recordar de ella, y es que iban juntas a clase desde el parvulario y no se habían separado ni un minuto desde entonces.

- Entonces, ¿trato? -le dijo Cloe.

- Trato -respondió la amiga- ¿Este jueves?

- Hecho -aceptó Cloe con una gran sonrisa.


Nueve y medio | ‪WARMIWhere stories live. Discover now