Capítulo 9

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- Te lo dije -le echó en cara su compañera de trabajo y amiga a Mimi.

- Lo sé Natalia, lo sé -respondió esta tratando de mantener la calma y sentándose en el banco al lado de su compañera.

- ¿Y qué vas a hacer ahora? -le preguntó la amiga, mucho más calmada que Mimi y ya dando por hecho que esa relación estaba acabada.

- Pues mira -dijo dando un bocado al sandwich que sujetaba con la mano- Lo primero es que voy a volver a la cama, mi cama -remarcó- porque tengo la espalda reventada -le explicó.

Mimi había pasado la noche en el sofá. Había dormido poco, muy poco, el no poder dejar de pensar en lo ocurrido y lo incómodo que era ese sofá le habían impedido dormir más de media hora seguida. Y ahora, que ya llevaba media mañana trabajando y andando de arriba para abajo atendiendo a sus alumnos, empezaba a notar las consecuencias de aquello.

- Dormir juntas es lo de menos -le dijo- si lleváis meses sin tocaros, que más dará.

- Tampoco es eso tía, pero que es una tontería, dormir con alguien no significa nada ¿no? -preguntó buscando su aprobación- Además que yo ahora tampoco me puedo ir a ningún sitio y ella está embarazada, osea que no es excusa, pero no se las puede apañar como yo -explicó Mimi, aunque las dos sabían que eso para Natalia era claramente una excusa.

- ¿Y pues? -le preguntó a Mimi un poco decepcionada pues sabía que realmente no iba a tomar ninguna decisón.

- Me esperaré a que nazca el bebé y entonces...

- ¿Entonces la dejarás? -preguntó mosqueada.

- No, ya lo hemos dejado -dijo tajante Mimi.

- ¿Y ella lo sabe? -le preguntó a la rubia dejando escapar una risa, pues era obvio que no.

- Quiero decir... -dijo mientras intentaba buscar otra excusa más para convencer a su amiga- Lo va a saber, pero lo que digo es que voy a esperar a tomar acciones, porque ahora tampoco es el momento.

- Y de mientras ¿que? -le preguntó de nuevo Natalia, insistente, que estaba empeñada en que debía poner distancias con Ana de inmediato- Ya te lo digo yo -continuó al ver que Mimi no respondía y se limitaba a comer su sandwich- Le das unos meses para que te engatuse de nuevo y vuelvas con ella. Te estás equivocando Mimi, te estás equivocando -le advirtió.

- Joder tía, no seas tan dura conmigo -se quejó- Son 22 años ¿eh? y 7 hijos, 8 hijos -corrigió- Todo esto no es nada fácil para mí -le confesó a su amiga.

- A ver rubia -le dijo cambiando su tono al darse cuenta que quizás si había estado siendo demasiado dura con su amiga- ¿Tu qué quieres? Dime la verdad -le dijo mirándole a los ojos para transmitirle la confianza que quizás ella misma había roto unos minutos atrás.

- Lo que me gustaría es que todo volviese a ser como antes, como cuando éramos una familia y un matrimonio sin peleas ni problemas, cuando todo estaba bien, pero creo que eso es imposible -dijo decepcionada.

- Mira Mimi, para que una relación funcione tienen que poner ambas partes, si no, por mucho que una se empeñé, no va a funcionar. Es así -le dijo para qué se diese cuenta que no, nada volvería a ser como antes.

- ¿Entonces? -le preguntó Mimi a Natalia intentando descifrar qué es lo que debía hacer.

- ¿Que prefieres vivir así el resto de tu vida, tal y cómo estás ahora, cómo llevas estos meses, o empezar de cero y darte una nueva oportunidad?

- No es tan fácil como eso Natalia, porque no es mi decisión, es mi decisión y la de mis ocho hijos -dijo pensando en todos sus niños y cómo les podía perjudicar un divorcio. Lo único que le preocupaba era que sus pequeñas estuviesen bien, y pensaba que estaba siendo injusta y egoísta con tan solo plantearse romper la relación.

Nueve y medio | ‪WARMIWhere stories live. Discover now