Capítulo 10

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- Tía -dijo Sofía entrando a la habitación que compartía con su melliza y ajustando la puerta detrás de ella- he estado pensando -comentó mientras se apoyaba en el armario- y creo que deberíamos relajarnos, por lo menos en casa -le propuso a su hermana.

Sofía se había dado cuenta de que ambas se estaban pasando, de hecho su hermana estaba castigada hasta después de Navidad por haber contestado mal a su madre, y aunque no solía reparar en aquello, llevaban discutiendo desde que nacieron prácticamente, se había dado cuenta que sus madres no estaban bien y sospechaba que sus peleas tenían algo que ver.

- Estoy hasta el coño de todos -respondió de malas maneras Naira, que yacía tumbada en su cama.

- Tía, ¿no te das cuenta? Están mal y tenemos la culpa de ello -trató la rubia de hacerle ver a su hermana.

- Al contrario -respondió la otra muy convencida- lo pagan con nosotras. Mamá se pasó cuatro pueblos el otro día y ahora estoy castigada hasta que me muera -se quejó Naira.

Las mellizas tenían un punto de vista muy distinto de la situación, y la morena, que seguía muy enfadada con su castigo, que tal vez sí que había sido desproporcionado, estaba completamente convencida que la culpa de que el ambiente fuese tan tenso en la casa era única y exclusivamente de sus madres.

- Tía sabes de sobras que te van a perdonar -dijo Sofía rodando los ojos.

Y es que ambas sabían y tenían la esperanza de que el castigo de sus madres no iba a durar mucho más, porque siempre terminaban cediendo antes de tiempo, pero lo cierto es que ya estaba durando mucho y cada vez había menos esperanza en aquello.

- Pero no la lies mas porfa -le pidió a la morena.

- Pues empieza tu por no provocar -le recriminó- Ni aquí ni en el insti -le dejó claro- Y verás cuando se enteren que estas suspendiendo todo -le echó en cara.

- No es tu asunto, y nada que ver tiene -respondió sin hacerle mucho caso, sabía que solo lo hacía para provocarla y ella no iba a caer en eso- Solo... -dijo intentando evitar pronunciar esa palabra que tan mal sonaba en su cabeza- Solo quiero que no se separen. De verdad Naira, que están muy mal. No me lo perdonaría jamás -continuó la chica casi aguantándose el llanto.

- Joder -reaccionó burlándose de la situación- Eres una dramática, como ellas.

- Por favor, ¿qué quieres? Dímelo, hago lo que tu me pidas, pero por favor hazme caso e intenta aguantarte -le suplicó la rubia.

- Quiero salir -le dijo sin pensárselo dos veces- El próximo sábado no, el otro -añadió- Hemos quedado con las de mi equipo y las del cadete -le explicó sin mucho detalle- Tienes que cubrirme -le ordenó a su hermana.

- Joder tía -se quejó Sofía de inmediato- ¿Con las dos en casa? ¿Cómo se supone que hago esto?

Para ella, el plan de su hermana era totalmente inviable, ya era difícil que una no se enterase de la ausencia de su hermana, ¿cómo lo iban a pasar por alto ambas? Aunque Sofía estaba dispuesta a hacer lo que fuera, sabía que no era una buena idea y que si las pillaban la cosa podría empeorar aún más.

- Invéntate algo, no sé, ya lo pensaremos -dijo sin reparar mucho en ese asunto- Pero me tienes que ayudar y cubrir pase lo que pase -le dijo mirándola seriamente y con su dedo índice levantado- y yo cumpliré mi palabra -terminó por prometerle.

Naira no tenía ningún plan, pero tenía aún tiempo suficiente para pensar en algo. Necesitaba ir a esa fiesta sí o sí, en aquel momento, eso era lo más primordial en su vida, así que estaba dispuesta a arriesgarse, y ya de paso, también a que su hermana se la jugase por ella.

Nueve y medio | ‪WARMIWhere stories live. Discover now