Doy un grito de alegría. Me arrodillo a recogerla pero las manos fuertes de recién ya la han cogido.

–Gracias –mascullo alegre levantando la vista hacia el sujeto que acaba de ayudarme.

Sin embargo la sonrisa se me esfuma cuando lo reconozco, el corazón parece apretarse tanto como una pasa y en seguida retrocedo un paso.

Oh, no.

No es primera vez que me encuentro con él en estos años y la última casi mata a Mike.

–¿Así que ha vuelto? –Pregunta con una sonrisita socarrona curvándose en sus labios–. ¿Tu grandioso superhéroe ha vuelto, Arianna?

–Eso no te importa, Ryan.

–Claro que me importa, es frustrante que tu ex mejor amigo no te avise que ha vuelto a su ciudad natal.

–Tú lo has dicho, ya no son amigos –recrimino dando pasos cortos hacia la otra entrada del gimnasio, ya no importa demasiado mi soda.

–Y eso es por tu culpa, linda Ary –Ryan me toma del brazo y me obliga a mirarlo a los ojos–. Porque tú le dijiste que estaba saliendo con su novia.

–¡Mientras estabas conmigo, imbécil! –le planto una cachetada en la cara. Y le arrebato la bebida al tiempo que el idiota se ríe de mi golpe–. No te metas conmigo, Ryan.

–¿Por qué? ¿Qué harás? ¿Irás donde tu valioso nuevo novio a decirle que su ex mejor amigo quiere violarte? O ¿reclutaras a tus perfectos alumnos para que vayan a matarme? Da lo mismo lo que hagas, Arianna Stacy, tú sabes que ya no soy el mismo de antes.

Me estremezco al escuchar eso. Claro que no es el mismo de antes, este chico está cambiado, cruel y rebelde, como si fuese un delincuente con dinero.

–Soy la presidenta –mascullo–. Y tengo un público que animar.

Me volteo para macharme, pero entonces su mano aprieta mi trasero de forma rápida, mientras yo me quedo inmóvil oyendo su risa a la distancia, con ganas de llorar y de golpearlo.

Jake.

El sudor corre por mi espalda, por mi rostro y…técnicamente por todos los lugares de mi cuerpo.

El sonido agudo del silbato detiene el partido y todos paramos automáticamente de jugar, y si bien me siento exhausto, la adrenalina corre por mis venas con ansias de ganar.

Yo siempre he sido competitivo pero ahora particularmente ganar está dentro de mis únicas posibilidades.

Tengo que admitir, que en un principio, me daba igual si el equipo perdía o ganaba, pues con los discursos patéticos de Josh, mis impulsos competitivos no estaban para nada despiertos, no obstante,  eso me duró hasta el momento que puse un pie en la cancha y noté al que en algún momento osé a llamar mejor amigo.

La verdad es que más que intentar quitarle el maldito balón me gustaría estamparle mis puños en la cara.

Recuerdo años atrás, cuando Ryan y yo éramos amigos, de esos a los que consideras como hermanos, y es probable que lo hubiésemos seguido siendo de no ser que el muy imbécil que estaba saliendo con Ary, al mismo tiempo salía con mi novia a espaldas de los dos.

Solo túWhere stories live. Discover now