Rammingsteelshipping [III]

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"Corre."

[...]

—¿Vas a correr?

La pregunta lo toma desprevenido, con un pie al frente y el resto de su cuerpo inclinado, a segundos de empezar una de sus tantas carreras hacia ningún lado, simplemente con la idea de irse primero y llegar lo más lejos posible, dejando a todos atrás, a sus espaldas, sin pensar en ningún momento en dirigirles una última mirada antes de desaparecer en la lejanía, era algo tan normal, que nadie solía cuestionarlo, excepto, ahora.

—¿Disculpa?

Se toma un momento para regresar a una posición más cómoda, dejando de darle la espalda para encararlo, pero sin moverse de su lugar para acercarse al extraño hombre vestido de príncipe azul, que no era su conocido, sino el de Hikari, pero parecía tomarse demasiadas libertades para dirigirse a todas las personas como si las conociera de toda la vida.

—Nada muy importante, solo es algo que eh notado con el tiempo, te gusta correr. —siguió hablando el guardián del aura, con una sonrisa amable y mirando al más joven de la misma manera, simplemente conversando con aquel muchacho tan brillante.

—Claro que me gusta correr —responde, orgulloso, las manos en la cadera y el pecho inflado, tiene buenas piernas y no ve nada malo con admitir las cosas como son—, me permite llegar antes que todos a cualquier lugar.

—Y también irte, como si estuvieras huyendo. —interrumpe sin pensárselo dos veces, acomodando su sombrero sin dejar de mirar directamente al rubio escandaloso, cerrando los ojos cuando ve venir un estruendoso grito por sus directas palabras.

—¡No estoy huyendo!

—¿Estás seguro de eso?

Juega con la tierra bajo sus pies, acomodándose de manera incomoda la bufanda que traía atada al cuello, desviando de vez en cuando

—¡Estoy totalmente seguro!

Puede sentir claramente como se sofoca a pesar de que el clima es fresco, aquel comentario claramente le ha ofendido y estaría dispuesto a quedarse a pelear para defenderse, pero sus piernas tiemblan y con cada minuto que avanza se siente cada vez más incómodo, quiere salir de ahí lo antes posible, justo como lo había planeado el día anterior.

—Está bien, entonces, corre, lejos de aquí.

Y por primera vez, en mucho tiempo, quiso quedarse clavado en su lugar y gritarle en la cara al tipo de sonrisa brillante, pero una pequeña mirada a sus espaldas le hizo ver a su padre y amigos saliendo del Centro Pokémon, por lo que simplemente sostuvo con fuerza su bufanda con una mano y le hizo caso, corrió, lo más lejos posible, huyendo de cosas que realmente nunca iba a querer admitir.

Al final, ese tal Riley tenía razón, solo corría para huir.

Momentos ContigoWhere stories live. Discover now