Akaishipping [VI]

62 4 0
                                    

"Eres un idiota."

[...]

Todo comenzó con una queja, no, miente, todo comenzó con Silver llegando enojado a su oficina con una queja en la punta de la lengua, la cual no tardó mucho en saltar y llegar a sus oídos. No era anormal que su joven pareja se tomara varios días para ir a visitar a los amigos, que juraba, no eran realmente sus amigos, solo personas con las que le solía gustar pasar el tiempo. Y de una manera similar, tampoco era extraño que llegara totalmente enojado después de unos días, porque o le dijeron alguna verdad, no hicieron algo como quería o simplemente tenía ganas de hacer un berrinche que con ellos no podía realizar.

Oh y como le encantaba a él tener que tratar con Silver de aquella manera.

Normalmente dejaba hablando a Silver solo mientras intentaba concentrarse en su trabajo, lo que raramente funcionaba ya que el otro era demasiado demandante y su voz demasiado exigente, tenía que si o si prestarle atención, ni siquiera era por complacerlo, casi siempre se terminaba debiendo a que no podía hacer su trabajo en paz si no se mantenía en silencio, al menos, cinco minutos.

—¡Yo no soy predecible, ¿sabes?! Y él se atrevió a decírmelo como si fuera la cosa más normal del mundo.

—¿No eres predecible? —repitió tras rendirse con intentar seguir redactando sobre el papel, mal día para tener la computadora descompuesta, al menos podría jugar Solitario mientras hablan.

—¡Claro que no! Y tú me conoces, sabes que no soy predecible.

Dejo el papel sobre la mesa, cubriendo la mitad de su rostro sin atreverse a levantar la mirada hacia su compañero.

—¿Te estas riendo de mí?

—¿Qué? ¡No, no, no! Claro que no —respiro profundo, dejando en paz su rostro mientras actuaba "normal" —. Bien, entonces estas diciendo que tú no eres predecible.

—No, no lo soy.

—Bien, que te parece si lo probamos.

Hay un poco de duda en la expresión de Silver, es aún más notorio por la manera en que busca una posición más cómoda para sentarse.

—Está bien, probémoslo.

—Perfecto, contare hasta tres y ambos diremos algo —se prepara mentalmente para el juego que le está proponiendo a Silver, lo último que quería era reírse en su cara y hacer que desordenara todo su trabajo de varias horas—. Tu dirás lo primero que se te venga a la cabeza y yo diré algo que, pienso, es lo que probablemente tu dirás, ¿está bien?

—Me parece bien, no creo que me conozcas tan bien para saber en que pienso.

Sonríe, mas no suelta ninguna clase de sonido, está seguro de que esta situación lo va a hacer enojar aún más, pero si podía tener unos cuantos segundos extras de paz, no iba a quejarse realmente.

—¿Listo?

—Listo.

—Bien... 1, 2 y... ¡3!

—Eres un idiota

Dicen ambos al mismo tiempo y Silver no podría tener una expresión más enojada en ese momento, totalmente ofendido porque se había adivinado en que estaba pensando y posiblemente, para peor, parecía que no le había costado ninguna clase de esfuerzo.

—No soy predecible. —se queja, tomando un cojín del sillón y lanzándolo contra Lance.

—Lo sé, lo sé —levanta un único brazo para defenderse de la agresión, más que acostumbrado a eso y seguro de que la papelería en su escritorio estaría totalmente a salvo—, pero tienes que admitir que Gold tiene un poco de razón, no serás predecible, pero hay palabras que te gusta usar más que otras y eso te hace... Predecible.

Hay un silencio muy agradable para sus oídos después de esa explicación, el momento ideal que Lance utiliza para seguir con su trabajo, sin la necesidad de estar al pendiente de otra conversación, que normalmente le hacía escribir cosas que no eran en el papel y entonces tenía que tomar la dolorosa decisión de rehacer todo.

—Ese idiota jamás tendrá razón.

Un suspiro fue su última respuesta para Silver, de nada servía seguir con ese tema.

—Y tú también eres un idiota, por dejarme hablando solo.

No tenía palabras para defenderse de eso.

Momentos ContigoWhere stories live. Discover now