Isshushipping [III]

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"¿Por qué estas sosteniendo a nuestro hijo como Simba?"

[...]

—¡Natural!

Grita desde el patio, con sus amigos alrededor, gritando emocionados como si todos estuvieran sufriendo la misma alucinación, su mirada se mueve nerviosa, buscando a su alrededor a gente que piensa, razona y claramente en su vida realizaría eso.

Pero no hay nadie.

Los únicos que muy probablemente pensarían lo mismo que el, se encuentran dentro de casa, siguiéndose los unos a los otros para realizar algunas acciones que, en el patio, donde el humo de la carne asándose y las cervezas no hacían falta, pero que era tan ruidoso como para dormir a uno de los varios infantes que se encontraban presentes.

—¡Natural, bájate de ahí!

Grita una vez más, sin ser escuchado, su esposo en el techo, en compañía de un Pokémon de tipo volador que le deja mas que en claro el "¿Cómo se subió?" levantando en el aire a su hijo de menos de unos dos meses que se encontraban presentando a sus amigos, emulando la escena del Rey León y cuestionándose seriamente si eso no iba a infringir alguna clase de derechos de autor.

No, lo mas importante era que se bajara de una maldita vez por poner en riesgo a su bebe.

—¡Mira, Touya, se están inclinando!

Observo a sus dichosos amigos, aguantando las risas mientras mantienen las cabezas abajo, levantándolas cuando el aire empujado por las alas del Braviary, anunciaron que finalmente habían bajado del techo y ahora podía tener en brazos a su pobre e inocente criatura, el pequeño que no pareció irritarse por la reciente locura y las ideas que esta gente tenía.

Ya ni porque seguía siendo sostenido de mala manera, parecía irritarse. Bendita sea la paciencia de su criatura.

—Amor, ¿Por qué estas sosteniendo a nuestro hijo como Simba?

Observa el rostro de Natural, quien finalmente le pasa al bebé para que lo sostenga como debería, sintiendo como se mueve incomodo por el repentino cambio de posición y de brazos, algo que soluciona con simplemente golpearle la espaldita.

—Bueno, eso es porque el... Olvídalo, es algo tonto.

Suspiro, intentando no enojarse mientras calmaba sus nervios. Su madre tenía razón, iba a ser un histérico con su hijo.

—Tienes razón, prefiero no saberlo.

Cedió, antes de darse la vuelta e ingresar a su casa, huyendo de las risas y las felicitaciones de aquellos que seguían bebiendo tan tranquilamente en el patio.

Malditos borrachos y sus "buenas ideas"

Momentos ContigoWhere stories live. Discover now