Akaishipping [II]

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"La pintura esta destinada a ir en la pared, no en tu cara"

[...]

Murmura una maldición entre dientes, mientras siente un bochorno subir por su cuello e instalarse en sus mejillas, llegando incluso hasta sus orejas. No sabe si lo que siente es furia o vergüenza, pero conociéndose, lo mas probable es que fuera lo segundo.

Arroja la estúpida brocha hacia el suelo, todavía maldiciendo por lo bajo mientras las risas siguen llenando la habitación, un sonido que le calienta el rostro todavía mas y le hace fijarse, una vez más, en el estúpido atuendo que había aceptado usar, a regañadientes, para evitar que alguna de sus prendas favoritas terminara siendo inutilizable por el trabajo que le habían mandado a realizar.

—Silver.... ¿Qué estás haciendo?

Aprieta los labios, enojado, intentando poner el tirante del overol en su lugar, pero el tirante parece tener la necesidad de burlarse de él y decide volver a caer apenas y mueve su brazo, esta mas que incomodo, sobre todo porque el estúpido de cabello rojo seguía que en cualquier momento volvería a reír.

Si claro, como era el único con ese tono de cabello en el lugar.

—¿Qué crees que estoy haciendo? —pregunto, enfadado, sin fijarse que ahora el segundo tirante había caído igual que el primero, debía de haber arreglado eso antes de ponerse el overol—. ¿Acaso no se nota?

—Perdón, perdón, no era mi intención reírme.

El campeón de Johto, Lance, avanza sin problema por la habitación, quitándose la capa en el proceso y observando el trabajo de Silver hasta el momento, de seguro el anciano que le puso a poner a hacer eso se lo quería quitar de encima, después de todo, recordaba que Clair había echo una actividad similar tiempo atrás, de hecho, la ropa se Silver se veía tan similar a la que ella utilizo ese día, esperaba que no fuera la misma.

—Lárgate, estoy ocupado.

—Ya me voy, ya me voy. Pero antes...

Aprieta los labios, intentando no reír cuando finalmente esta frente al menor, tomando una esquina de su capa para pasar a restregarla en el rostro de Silver, sin dejar de reír.

—Solo que no se te olvide, que la pintura esta destinada a ir en la pared, no en tu cara.

Vio el color rojo extenderse más allá de las mejillas, ya sea por vergüenza o ira, solo observo atento como Silver se quedaba callado, con su rostro quieto mientras se encargaba de quitar la mancha de pintura que en algún momento lo había manchado.

Era tan lindo así de avergonzado.

Momentos ContigoWhere stories live. Discover now