Rammingsteelshipping [V]

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"Tenemos que hablar..."

[...]

Se mantuvo de pie mientras terminaba su café, observando con cierta curiosidad la falta de preocupación de su visita, un rubio lo suficientemente hiperactivo que ni recostado en el sillón se mantenía quieto, acostado de manera que su cabeza terminaba colgando del borde, mientras sus pies no paraban de moverse contra el respaldo del sillón, con la mirada perdida en un programa al azar de la televisión que, en algún momento, le había terminado convenciendo de conseguir.

Respiro profundo, finalmente terminando su bebida, regresando a la cocina para lavar la taza y regresar nuevamente en la sala, sin siquiera sorprenderse de que Barry no se hubiera movido en lo más mínimo de la posición, aunque ya hubieran pasado varios minutos, tenía buena resistencia con la sangre que se iba a su cabeza.

—Barry —llamo al más joven, consiguiendo que los ojos anaranjados lo tomaran en cuenta y finalmente se comenzara a mover, acomodándose al notar que caminaba con la intención de sentarse en el sillón—, tenemos que hablar.

—Ugg, Riley —se quejó mientras se sentaba correctamente en el sillón, haciéndole espacio al príncipe de azul— ¿Qué se supone que tenemos que hablar? ¡No hay nada que hablar!

No fue ninguna sorpresa cuando el rubio mostro sin problema alguno su desagrado, aprovechando el momento para sentarse en una esquina del sillón mientras sube solo una de sus piernas, abriendo los brazos para tenerlo lo más cerca posible, una invitación que Barry no rechazo en lo más mínimo, acomodándose de forma que su cabeza termino recargada en el hombro del mayor mientras esperaba que lo abrazara por completo, haciendo un puchero por estar en un punto

—¿Hay algo que quieras decir? —pregunto tranquilamente, subiendo la pierna que faltaba al sillón para asegurarse de tener al rubio bien abrazado, justo como le gustaba.

—No. —respondió de forma amortiguada debido a la manera en que se encontraba acomodado, sin moverse un centímetro, obviamente iba a enfrascarse en su terquedad para no decir nada.

—Está bien, lo hablaremos después, pero esta conversación se quedará pendiente.

Un puchero más junto al rostro frotándose contra su pecho fue la última queja que recibió, desviando su mirada hacia la televisión a la que ya no podía cambiar de canal en ese momento y ahora con la posición que tenían, con Barry en brazos, tendría que esperar a que se quedara dormido antes de poder hacer algo. Por el día de hoy no iba a poder sacarle nada y tendría que vivir con la preocupación de que llegara repentinamente a su casa después de hacer un vuelo de último momento a mitad de una tormenta, arriesgando su vida únicamente por querer huir de donde estaba por una razón que no estaba dispuesto a decirle todavía.

Acomodo su rostro encima de la cabeza rubia, poniendo atención al momento en que la respiración fuera tan tranquila que le indicara que ya estaba dormido, hoy no había hecho ningún avance, pero Barry no era una persona difícil, mañana lo volvería a intentar.

Ya tendrían la conversación quisiera o no, no pensaba permitir que se pusiera en riesgo por algo que no entendía.

Momentos ContigoWhere stories live. Discover now