08- LA HERMANA DE MI MEJOR AMIGO

5.9K 381 193
                                    

ALICE HARPER

Estamos acostumbrados a que, cuando nos golpean, nosotros debemos golpear con más fuerza. Y creo que esa es la principal causa por la que hay tantas almas rotas en el mundo, ya que al final, un corazón roto es producto de otro que también lo está. Porque en vez de aprender a perdonar, lo que hacemos es convertir nuestras heridas en las heridas de alguien más. Y es así como vamos creando una cadena de destrucción masiva en la que creemos que si nos dañaron, nosotros debemos hacer lo mismo, y supongo que desde esa creencia nace el famoso dicho de: Ojo por ojo, diente por diente.

No les voy a negar que me seguía costando comprender cómo era posible que hubiese tanta maldad en ellos. Lo que me hicieron fue perverso en todo el sentido de la palabra y me sentía contrariada, porque una parte de mí me decía que la venganza era la única opción, y la otra me recordaba insistente que ese sentimiento no era parte de mí.

―Son unos malditos enfermos. De verdad, ¿cómo puede alguien tener la mente tan dañada? Y pensar que mi hermana fue capaz de hacer algo así, me genera...no lo sé. ―Sus ojos reflejaron tristeza y decepción.

Fui testigo de las veces que Eliot intentó creer que su hermana era diferente a sus amigos. Todas las veces que se esforzó por guardar lo bueno que alguna vez vio en ella, pero también lo vi resignarse y aceptar que era posible que esa Rebecca había quedado solo en sus recuerdos del pasado.

―¿Crees que haya tenido algo que ver con lo que me hicieron sus amigos? No lo sé, la vi distante con ellos durante toda la fiesta. Es posible que no haya estado de acuerdo con lo que iban a hacer ―insinué, mientras apretaba mi cabeza para intentar soportar el dolor que tenía, supongo que por la cantidad de agua que tragué.

—Cece, aunque queramos, no podemos tapar el sol con un dedo. Rebecca es igual o peor que ellos, incluso, he llegado a pensar que es peor que el imbécil de Flynn —dijo, apretando la mandíbula–, lo demuestra cada vez que respira, pero te juro que si vuelven a meterse contigo, soy capaz de cualquier cosa.

Nunca antes lo había escuchado hablar de esa forma, y mucho menos lo había visto golpear a alguien como lo hizo con Oliver. Él era incapaz de matar a una hormiga. Siempre fue muy calmado y tan dueño de sus emociones, pero supongo que todos tenemos nuestro detonante.

La mañana siguiente me estaba costando demasiado levantarme. El fuerte dolor de cabeza se mantenía presente desde el incidente en la piscina.

―¡Cariño!, Eliot está esperándote ―me informó mi mamá desde la puerta de mi cuarto.

―¿Puedes decirle que hoy no iré a clases?

―¿Sucede algo? Nunca te ha gustado faltar a tus deberes ―me preguntó preocupada, al tiempo que caminaba hacia mí.

―Solo me duele un poco la cabeza, pero es posible que sea por haberme quedado leyendo hasta muy tarde anoche, ¿puedes decirle que lo veo mañana, por favor?

―Está bien. Te prepararé los Hot Cakes de avena con tocino y huevos estrellados que tanto te gustan, ¿quieres? ―Asentí con una media sonrisa y ella acarició mi mejilla.

Después de que mamá saliera de mi habitación, no pasaron ni cinco minutos cuando ya tenía a Eliot tumbándome la puerta.

―¿Qué sucede? No pensarás dejar de ir a la universidad por lo que pasó ayer. No eres tú quien debe esconderse y yo como tu mejor amigo no lo voy a permitir. Además, ¡tienes un objetivo, y una inasistencia mandará todo tu esfuerzo a la mierda! Así que levanta el culo de la cama y vamos que llegaremos tarde.

―¿Ahora eres coach motivacional? ―dije, con sarcasmo―. No me estoy escondiendo. El maldito dolor de cabeza no se me ha quitado.

No era del todo mentira, sí tenía dolor y la garganta la sentía irritada. Me costaba un poco tragar y para sumarle a eso, pasé una noche de mierda. Cada vez que cerraba los ojos, sentía que no iba a despertar. La sensación de estar sumergida en el agua hacía que me faltara el aire y como consecuencia no pude conciliar el sueño. Pero más allá de eso, sentía la necesidad de aclarar mi mente, ya que mis voces interiores seguían en la batalla de decidir qué hacer ante lo sucedido.

Contra las reglas (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora