04- MI NUEVO PROYECTO

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ALICE HARPER

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ALICE HARPER

El primer día junto a Rebecca Wonder no fue tan terrible como pensé que lo sería, y para ser sincera por un momento creí que estaba inventando lo del dolor en la mano con la única intención de salvarse de la labor disciplinaría. Conociéndola, sabía que era capaz de eso y más, aunque cuando estuvimos en la enfermería, llegó a parecerme una chica normal, hasta que su perro faldero apareció para gruñirme.

Desde mi perspectiva no entiendo cómo alguien puede estar siempre tan amargado. No es un secreto para nadie que reír tiene muchos beneficios para la salud, por ejemplo, quince músculos de tu cara se mueven solo cuando ríes, uno más del que necesitas para fruncir el ceño. Ayuda a reducir los niveles de estrés, libera endorfinas y mejora nuestro estado de ánimo, así que dentro de mi lógica y forma de ver la vida, no entiendo por qué alguien se niega a disfrutar de los placeres que genera el simple hecho de reír. Incluso intento imaginar a este chico viendo alguna película de Jim Carrey y se me hace imposible verlo reír... o sea, es Jim Carrey, nadie es inmune a sus locas interpretaciones.

Estar cerca de ellos siempre me dejaba un mal sabor de boca, su aura era pesada y sombría, ni siquiera una rosa podría florecer si ellos están a su alrededor, pero para mí desgracia, no solo tenía que ver a Rebecca en la universidad, sino que también después de clases y luego en casa de Eliot. Alguien que me explique ¿por qué se me ocurrió ser la mejor amiga del hermano de la persona más detestable de la universidad?

Llegué a mi casa y ellos ya habían llegado. Los vi discutir dentro del auto y el rubio se veía furioso, pero al mismo tiempo trataba de calmar a Rebecca. Era muy extraño y me generaba mucha curiosidad la relación que tenían, es decir, todos sabíamos que él y Verónica eran novios, pero Rebecca era su protegida, como su talón de Aquiles. Y aunque la cuidaba exageradamente no parecía enamorado, no lo sé, era algo más.

Rebecca bajó del auto y tiró la puerta de forma brusca. Él aceleró dejando las marcas de las llantas en el pavimento. Yo todavía no bajaba del carro y sin percatarme, mi mirada se cruzó con la de ella, pero rápidamente puso los ojos en blanco y se volteó para dirigirse a la puerta de su casa.

Había quedado con Eliot, así que dos horas más tarde me fui a su casa.

―Me alegra saber que sigues con vida ¡Estaba preocupado! Ya sabes, tú y Becca juntas... pensé que hoy se daría inicio a la tercera guerra mundial ―dijo, riéndose.

―Bueno todavía faltan veintinueve días, así que no cantes victoria, porque todo puede pasar ―contesté.

―Ven, quiero mostrarte algo que hice ―expresó, al tiempo que subía las escaleras hacia su habitación.

―Voy al baño y te alcanzo, ¿vale? ―respondí.
―¿Sí sabes que tengo baño en mi cuarto, cierto? No creo que en siete años no lo hayas notado ―dijo, con sarcasmo.

Contra las reglas (Terminada)Where stories live. Discover now