Contra las reglas (Terminada)

02- CONOCIENDO EL MAL



ALICE HARPER

Cuando mis padres me dijeron que nos mudaríamos a Los Ángeles, California, me encontré en una dualidad: me sentía feliz, pero también asustada, porque la idea de vivir aquí me parecía interesante, ya que tenía conocimiento de que los grandes artistas se desarrollaban en este lugar, pero también estaba al tanto de que no había espacio para todos y las posibilidades de triunfar en cualquier área artística eran reducidas.

No me costó irme de mi antigua ciudad porque siempre he sido desprendida de todo, no me apego a personas, cosas o momentos porque entiendo que todo es pasajero y que en el camino, la vida nos pondrá en diferentes lugares, frente a distintas personas y a algunos tendremos que dejarlos atrás y eso está bien, porque forma parte de la evolución del ser humano, que para poder crecer y descubrir su misión en el mundo debe estar en constante cambio y movimiento. Y así me encontraba yo, con un deseo de descubrir para qué había venido al mundo. ¿Cuál era mi misión?

Siempre me había caracterizado por ser muy curiosa, profunda y por cuestionarme hasta los detalles que a simple vista parecían insignificantes, y fue debido a eso que la universidad empezó a representar un reto para mí, porque los estudiantes se limitaban a vivir en las trivialidades que abundan el mundo universitario: fiestas, popularidad, drogas, alcohol, sexo y más fiestas, todo lo que para mí era poco trascendental.

Al primero que conocí fue a Eliot Wonder. Mi vecino, compañero de clases y mejor amigo. Él era la excepción de todo lo que mencioné anteriormente, y lo supe cuando lo escuché pelearse con su hermana por un libro. Iba saliendo de mi casa y en frente lo escuché hablar con ella.

Cuatro años antes.

—¡Es que tú nunca lo vas a entender! Tú cabecita hueca no te lo permite, hermanita —le dijo él.

—¿Qué es exactamente lo que dices que nunca entenderé? ¿El hecho de tener a un hermano perdedor que lo único que hace es comer libros en una biblioteca? —respondió ella, que llevaba una ropa de esas que solo ves en Pinterest con el nombre de "outfits casuales", y que aunque lo intentes, en la puta vida te quedarían tan bien como a esas chicas de las fotos, o por lo menos eso pensaba hasta que la vi a ella ser la excepción. Fácilmente podría creer que era una de esas chicas tumblr que salen en alguno de esos tableros.

—No perderé el tiempo explicándote el valor de un libro, ya te lo dije. Devuélvemelo y ya ¿puedes? —Estaban tan concentrados en su pelea que ni se percataron de que yo los estaba escuchando.

—¿Lo quieres? Toma. —Hizo como si se lo iba a entregar, pero no se lo dio, al contrario, lanzó el libro por los aires hasta que este cayó en un charco de agua muy cerca de mí.

—¡Eres una maldita bruja! —gritó enojado y ella solo reía.

La belleza exterior no tiene nada que ver lo que somos por dentro, puedes verte increíble por fuera, pero estar podrido por dentro. Esa chica era el vivo ejemplo de ello.

—El mundo es como es y esto es algo que vamos percibiendo poco a poco —solté, mientras recogía el libro que estaba empapado de agua.

—¿Perdón? ¿Qué fue lo que dijiste? —preguntó la chica arqueando sus cejas en señal de molestia.

—"El mundo de Sofia"... es el nombre del libro que acabas de arruinar y lo que acabo de decir está escrito en alguna de estas páginas que ya no sirven gracias a tu genialidad —respondí.

—¿Y acaso alguien te preguntó? ¿O no te han enseñado que meterse en conversaciones ajenas es de pésima educación?

—La ignorancia y la falta de educación son cosas que no se pueden ocultar tan fácilmente.