Contra las reglas (Terminada)

27. LOS SECRETOS DE ELIOT

ALICE HARPER

Dicen que el que busca, encuentra, pero yo no estaba lista para lo que encontré en el diario de Eliot. Siempre me pareció un estúpido cliché enamorarte de tu mejor amigo, y ahí estaba yo, descubriendo que la persona que era casi como mi hermano se había enamorado de mí.

-Siempre lo supe. Desde aquel día que tiré su libro en el charco y tú apareciste a salvarlo. Sus ojos me lo dijeron y no me equivoqué -me dijo Rebecca.

-¡No puede ser! Lo que tenemos nosotros es una amistad muy bonita. Quizá él está confundido -expresé.

-Eliot no es un bebé, Alice, Él sabe perfectamente lo que es estar enamorado y aquí en su diario lo demuestra. -Rebecca me quitó el cuaderno de la mano y comenzó a leer en voz alta:

En sus ojos encuentro el sentido de mi vida,

porque es ella la que me hace recordar quién soy.

En su mente encuentro el misterio más hermoso

y en su alma habita lo que este mundo necesita para ser un lugar mejor.

Es ella quien calma mis demonios

y la única que hace florecer lo mejor que hay dentro de mí.

Y aunque hay amores que no nacieron para ser

me quedo con la fortuna de haberla conocido.

Aunque mis manos no sean las que la lleven a caminar, mientras vemos cómo el otoño desviste los arboles de nuestra ciudad,

me quedo con la primavera que descubro cada vez que sonríe.

Aunque no exista la posibilidad de un nosotros,

me conformo con saber que existe,

porque su existencia es la certeza de que no todo está perdido.

Fue uno de los miles de poemas que encontramos en el diario de Eliot, así como también cartas escritas a mi nombre que nunca se atrevió a entregarme.

-Mira, mi hermanito tiene una Bucket List -dijo Rebecca.

-Creo que me lo mencionó una vez, pero pensé que estaba bromeando -le respondí.

-Lee el deseo #1 de sus cosas por hacer antes de morir. -Me entregó el diario y yo procedí a leer lo que decía:

«Confesarle a Alice lo que siento por ella».

-¡Mierda! No puede ser posible. -Me sentía consternada.

-Pues al parecer sí. -Rebecca me quitó el diario para seguir hojeándolo.

Eliot siempre hizo cosas que me hicieron dudar, pero él sabía que a mí no me gustaban los hombres. Él había conocido todas mis relaciones y siempre estuvo a mi lado como mi mejor amigo. No entendía nada, o quizá lo que no quería era afrontar la realidad: Mi mejor amigo estaba enamorado de mí y yo estaba enamorada de su hermana. ¡Vaya cliché, Alice!

-Ahora mira, aquí habla de Oliver. Este fue el día del festival -señaló Rebecca.

-¿Qué dice? -pregunté.

-Cuenta lo que encontró en el despacho de Oliver.

-¿Puedes ir a las últimas páginas? No necesitamos leer todo lo que escribe, solo saber qué pasó con él los días antes del accidente -propuse.

-OK, OK, tienes razón -expresó, mientras hacía lo que indiqué-. A ver... Habla de ti -Pasó la página-. Otro poema sobre ti -Pasó a la siguiente-. Aparte de su obsesión contigo, estaba teniendo problemas con cálculo. Espera -Se detuvo en una de las hojas-. Aquí habla de la camioneta que mencionó en los mensajes de voz que me enseñaste y también menciona que había estado recibiendo textos de amenazas, pero no dice de quién.