Capítulo 31

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❝Quédate con los recuerdos, yo prefiero quedarme con los bonitos momentos que podríamos haber vivido❞.

–Anonimo.

✧↠ ☯ ↞✧

Me quedé helada.

—Tie... Tiene que ser una mentira —Sentí mis piernas temblar, debía sentarme cuanto antes —Adrien... Tiene que ser una maldita mentira.

Caminé hasta el borde de la cama, donde mis piernas colapsaron.
Adrien me siguió en silencio, por fin luego de todo dejó caer su máscara y logre ver el terror en su rostro.

—Anoche me interceptó la policía... Querían explicaciones —Prosiguió, sentándose a mi lado —No supe que decir... Tuve que escapar —Me miró y me atreví a pensar que habían lágrimas en sus ojos —Cuando entré a una tienda lo vi en las noticias... Eras tú. Robaron las filmaciones de las cámaras de seguridad de la casa...

—¿Pero quién lo haría? —Fue lo único que pude decir.

Él soltó una risa falsa, ahogada por su propia miseria.

—Quien más podría haber sido... Los mismos que te atacaron en la noche —Dijo, estaba tan seguro de ello que su voz tembló de rabia —Es una idea brillante, básicamente nos acorralan para que ninguno pueda salir. Ni tu, ni Adrien, ni Chat Noir... Es solo cuestión de días que nos encuentren, que analicen cada paso que dí.

Me sentí enferma, mareada, mi visión se invadió de manchas negras, todo daba vueltas.

—Marinette —Escuché a Adrien decir pero fue todo.

Mi mundo se oscureció.

—⭐—

Todo era negro, frío y aterrador.
El olor a humo a madera quemada junto con algo mas me provocaba náuseas.
En aquella oscuridad no podía distinguir ni mi propia nariz, pero sentía como si el viento chocase mi piel con dureza, impregnándome de ese horrible olor.

—¡Adrien!  —Grité mientras me abrazaba a mi misma.

Un resplandor aparecía y desaparecía a la lejanía. Una luz roja.

En un principio caminaba pero fueron cuestión de minutos cuando comencé a correr, ya fuera por voluntad propia o por puro instinto salvaje, me lanzaba hacia adelante con temor.
Sentía que era una oscuridad eterna, corriendo y corriendo en la nada, no avanzaba medio metro ya que la luz seguía igual de lejana e inalcanzable.

—Él no lo hará —Murmuró una voz tan cerca de mí oído que caí hacia adelante.

Con la respiración agitada y el corazón martillando en mi pecho me atreví a hablar nuevamente.

—¡¿Quién eres?! —Grité histérica del pavor.

Una brisa diferente, impregnada con olor a putrefacción y sangre me azotó el rostro.

—Lo que tu eras —Cantó a mi espalda —Lo que fuiste —Ahora a mi derecha —Y lo que serás.

Podría haber jurado que estaba frente a mi rostro, casi nariz con nariz.

De un minuto a otro desapareció, siendo reemplazado por un calor insoportable, casi doloroso.

Quería gritar, pero nada salió de mi boca. Mis ojos se incrustaron duramente al brillo rojizo en la lejanía.
Unas manos me aferraban fuertemente arrastrándome lejos de la luz.

El Despertar - AdrinetteWhere stories live. Discover now