Capítulo 9

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A pesar del evidente enojo de Adrien, él continuó dándome clases de chino con una paciencia inhumana durante los dias que siguieron y comenzó a quedarse mas tiempo en la casa pero en cuanto el sol se ocultaba él desaparecía. Alya, por otro lado, tambien venia seguido a visitarme y aunque se desataba una nueva pelea con el rubio cada vez que la veía por aquí, no la obligaba a marcharse o algo por el estilo.

Hasta esta noche, luego de otra discusión le pidió que se fuera y ella lo hizo a regañadientes, ya que supuestamente tenía que hablar cosas importantes conmigo.

— Que sucede ahora? —Pregunté cruzándome de brazos — Si piensas regañarme por...—Me interrumpió rápidamente, se veía apresurado.

— Cenemos juntos —Pidió antes de darse la vuelta para salir de la sala de estar en dirección de la cocina — Quiero disculparme por lo que dije y sobre todo por mi comportamiento.

— Esta bien, no tienes que hacerlo —Lo seguí hasta la cocina y me senté en el taburete del desayunador mientras lo veía sacar la bolsa de pan de la alacena — Después de todo te dieron un golpe por mi culpa.

— No importa eso, recibí peores —Se encogió de hombros y tomó los embutidos del refrigerador.

— Dime que no cenaremos sándwiches de nuevo —Supliqué y él levanto rápidamente la vista con sorpresa.

— Que tienen de malo mis sándwiches? —Se quejó con un poco de diversión.

— Nada! Solo que desayuno, almuerzo y ceno eso desde hace dias... Comienzo a hartarme de ellos —Suspiró y devolvió las cosas a su lugar.

— Bien, intentare cocinar algo pero ya te advertí de mis cualidades son deficientes en respecto a la cocina —Se miró el rolex de su muñeca e hizo una mueca — Y deberá ser rápido... A no ser que aceptes una cena de disculpa mañana —Sus cejas se entornaron con duda mientras esperaba mi respuesta.

— De todas maneras no tenia hambre —Murmuré poniéndome de píe y me encaminaba a mi habitación con una gran desilución.

En cuanto entré me senté en la cama y encendí la televisión con aburrimiento. Mi vida se había convertido en la cosa mas insípida y aburrida de la historia, pasar de combatir akumas a estar encerrada en una casa todo el dia casi a solas... se volvía asfixiante.
Luego de unos cuantos minutos llamaron a la puerta, ni me moleste en responder ya que Chat Noir entró de todas formas.

— Creí que tal vez un té ayudaría a calmar las aguas...—Se sentó a mi lado y me tendió una taza igual a la que tenia en sus manos — Aunque no se si funcione demasiado — Se veía preocupado y nervioso a la vez, solo por eso acepte la taza.

— Bien —Dije antes de darle un sorbo al té caliente —Ya te ibas? — Pregunté tratando de conseguir conversación.

— Si, hoy tengo mucho que hacer —Sus ojos tenían un brillo misterioso al igual que su tono de voz — Lugares a los que ir, personas a las que atrapar, crímenes que evitar... Lo de siempre —Aclaró con aburrimiento.

— Paris debe estar feliz con un héroe tan noble como tu —Le di un codazo amistoso pero él solo hizo una mueca.

— No lo creo —Acabó el contenido de su taza y la dejo sobre la mesa de noche antes de continuar — Cuando mis métodos se volvieron...diferentes, la gente dejo de vitorearme o pedirme que me presente en honor a cualquier acto.

— Eso es cruel — Me quejé frunciendo el ceño — No digo que realicen una fiesta en tu honor pero al menos podrían darte una medalla o alguna estupidez! Llevas años defendiendo la ciudad solo, te mereces un poco de respeto —Soltó una risa amarga y me miró.

El Despertar - AdrinetteWhere stories live. Discover now