Capítulo 11

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A veces es sólo la locura lo que nos convierte en lo que somos.

Batman.

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POV Adrien

Al fin estaba terminando de revisar el resumen del presupuesto del próximo mes para Gabriel's, me había llevado casi toda la mañana. Salí del estudio y arrastré los pies hasta las escaleras con la intensión de tratar de llegar a mi habitación para intentar dormir algunas horas pero a mitad de las escaleras vi a Marinette saliendo del sótano.

Me debatí si bajar y hablar con ella pero, luego de la situación de ayer y mi malhumor debido al cansancio, dudaba mucho que pudiéramos entablar una conversación normal así que seguí mi camino hasta que al fin logre llegar a mi cama.

—Adrien, tengo hambre —Se quejo mi kwami —Ya no hay queso.

—Es culpa tuya —Respondí acomodándome entre las mantas —Te advertí que no te lo acabaras antes del viernes, ahora deberás esperar.

—No seas tacaño —No me moleste en abrir los ojos mientras lo oía.

—Busca otra cosa, Plagg —Murmure junto con un pausado bostezo.

A pesar de tener los ojos cerrados, oía como rebuscaba en la habitación haciendo todo el ruido posible a su paso.

—No me refería a que buscaras aquí... —Me senté y lo mire con odio —¿Por que no vas a hablar con Marinette? Seguramente ella estará encantada de oírte hablar de tu preciado queso.

—Me acaba de echar.

«Ni ella te tolera...» Pensé mientras reía suavemente sin dirigirle la mirada.

—Tengo una idea —Propuso con una sonrisa extraña —Dame tu teléfono y yo encargaré un poco...

—¿Tan idiota me crees? —Solté un bufido acompañado de una sarcástica risa, dándole a entender que nunca dejaría que él, particularmente, fuera quien encargue ese alimento apestoso —Prefiero quedarme pobre de maneras más interesantes.

—Vamos, no seas así —Me puse de pie y abrí la puerta de la habitación indicandole con un gesto de que saliera —¿Y si Marinette lo pide? —Negué con la cabeza —Entonces tendré que molestarte el resto del día...

Sabía con certeza que sus amenazas eran totalmente verdaderas, ese pseudo gato sabía cómo meterme el dedo en la llaga cada vez que se le presentaba la oportunidad.

—¡Bien! Solo tómalo y lárgate —Pedí con enfado.

No perdió la oportunidad de flotar hasta el aparato que descansaba sobre la superficie de la pequeña mesa de noche, a un lado de mi cama, lo recogió y salió de la habitación tan rápido como pudo.

—¡Mas te vale no excederte! —Advertí gritando antes de volver a cerrar la puerta.

POV Marinette

Caminaba de un lado al otro mientras mordía mis uñas frenéticamente, a la espera de que el kwami apareciera.

Lo único que escuchaba era el tic-tac constante del reloj que colgaba de la pared, el cual había visto ya unas diez veces desde que mande al gato por el teléfono de su portador.

—Ese tipo tiene serios problemas... —Dijo al fin de regreso el pequeño kwami —¿Puedes creer que no quería que llamara?

Depósito el teléfono en la palma de mi mano con cuidado y yo le entregué lo acordado, un trozo de ese rancio queso que le gustaba tanto.

El Despertar - AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora