Capítulo 12

5.2K 551 243
                                    


El amor no se ve con los ojos, sino con la mente, y por eso Cupido está pintado ciego❞.

William Shakespeare.

✧↠ ☯ ↞✧

—Imaginé que intentarías eso...—Sonrió de manera triunfal.

Estaba recostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y una expresión de autosuficiencia por descubrir mi ruta de escape.

—¿Se...Se te ofrece algo? —Pregunte tratando de sonar casual.

Entorno las cejas a la espera de que explicara mi actitud reciente, se le notaba de lejos lo enfadado que estaba. Probablemente seguía resentido por la pelea de anoche, pero no mas que yo.

—Bien, si no tienes nada para decir entonces me retiro —Murmure sin hacer contacto visual.

En cuanto pase junto a él, atrapo mi muñeca de manera fugaz y me arrastro hasta la cocina sin decir ni una sola palabra.

—¡¿Qué haces?! —Exclame molesta mientras trataba de zafarme.

Me empujo suavemente en dirección de un taburete y él fue hacia el refrigerador con total calma.

—¿Piensas hablarme? —Me cruce de brazos esperando alguna respuesta pero nada salió de sus labios —¡Adrien!

—¿Si? —Se dio la vuelta y sonrió con total naturalidad.

—¿Acaso te diste la cabeza contra la puerta? —Comencé a preocuparme, realmente de su actitud demasiado simpática.

Se acerco y se sentó frente a mi con un vaso de jugo en su mano.

—No, Marinette —Soltó una risa suave y aterciopelada que me provoco un cosquilleo en el estómago, realmente parecía una sonrisa sincera —Estaba pensando, si es que te gustaría, que esa cena que te debo sea...

—Ya sabes mi respuesta, mientras no sea un sandwich... —Interrumpí suspirando.

—No, escucha —Colocó su mano sobre la mía y la apretó —Estaba pensando en que podríamos ir a cenar a la ciudad.

—¿Estás seguro que no te diste la cabeza contra la puerta? —Volví a preguntar casi sin voz, no tenía sentido de que la nada me ofreciera salir de estas cuatro paredes hasta que la explicación perfecta cruzo mi mente —¿O es que Plagg te dijo algo en particular?

—¿Plagg? —Su confusión se reflejó con naturalidad —¿Tendría que haberme dicho algo? —Negué rápidamente con la cabeza, sin poder evitar el sonrojo.

—¿Entonces por qué de pronto quieres dejarme salir?

—Porque siento que realmente te estoy asfixiando, Mari —Confeso con un suspiro —Esto no quiere decir que vayamos a ir de parranda todo los días —Advirtió con un dedo volviendo a su semblante serio.

La emoción fue tal que no pude evitar levantarme y abrazarlo con fuerza sin darme cuenta. Lo tomé desprevenido y en cuanto mis brazos lo rodearon, él se congeló en su lugar, tardo unos cuantos minutos en corresponder el gesto de manera lenta y suave.

—Supongo que eso es un gracias...

Me separé apenas y me pensé bien que hacer, sus manos estaban en mi cintura y nuestros rostros estaban tan cerca uno del otro que podía sentir su respiración cálida contra mi piel. Tal vez cuando Alya se enterase, yo acabaría muerta... Nuevamente, pero la sensación que tenia dentro no me dejaría en paz hasta que hiciera lo que mi cerebro y corazón dictaban.

El Despertar - AdrinetteOnde as histórias ganham vida. Descobre agora