Capítulo 20

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❝ La lujuria merece tratarse con piedad y disculpa cuando se ejerce para aprender a amar❞.

—Dante Alighieri.

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POV Marinette


Desde aquella noche Adrien me había evitado a sobremanera, apenas y lograba atraparlo cuando llegaba, aun asi me daba excusas de lo ocupado y apurado que estaba. Ni se molestaba en hacer contacto visual, no se atrevía a tocarme o a estar a menos de un metro de mi, siempre mantenía la distancia.
Simplemente quería explicarle que no estaba molesta por lo sucedido, pero a él parecía pesarle mucho en la conciencia.

No me quedo de otra que esperar casi toda la semana hasta que por fin llego el  sábado ya que durante el fin de semana no trabajaba, aunque tambien fue inútil ya que se escabulló con rapidez antes de que pudiese siquiera abrir la boca. Su kwami tambien desaparecía durante el día, literalmente ya llevaba una semana sin hablar con nadie mas que con la pobre gatita que él me había obsequiado tiempo atrás.
Me quede despierta durante toda la noche del sábado, sentada frente a la puerta del recibidor asi cuando él llegase no tendría manera de escapar. No se lo permitiría esta vez.

Esperé y esperé durante horas hasta que los párpados comenzaron a pesarme y, lamentablemente, acabe rendida sobre esa silla que había arrastrado hasta la puerta.

POV Adrien

Eran casi las cuatro de la mañana cuando regresé al interior de mi coche para volver a casa. Tomé de la guantera mi celular y vi el mar de mensajes y llamadas perdidas de mi padre.

—Este hombre no me deja respirar —Murmuré y toque el primer mensaje de voz antes de llevármelo al oído.

—¿Donde se supone que estas Adrien? —Decía el primero con tono preocupado —La reunión empieza en veinte minutos.

—¿Reunión? —Pregunte para mi mismo frunciendo el entrecejo.

Toque el segundo y volví a acercarme el teléfono.

—Niño, se nos hace tarde —Ahora su voz sonaba un poco mas tensa —Te necesito aquí en este instante...

Toque el tercero con confusión.

—Ya estamos por comenzar, por dios Adrien —Exclamo irritado —¿Por qué tienes que ser tan irresponsable?

Ahora comenzaba a enfadarme, los mensajes eran de unas cuantas horas atrás.

—Esto tiene que ser una broma... —Susurró en el cuarto mensaje —¿Como le explico a la comisión que probablemente mi hijo esta ebrio en algún sitio de la ciudad? Mientras tu estas de parranda, aquí intentamos cerrar un acuerdo, niño estúpido —Gritaba por lo bajo —¡Al menos podrías llamar!

—Dios, Papá —Negué con la cabeza antes de llevarme el último al oído.

—Bien, gracias a que eres un hombre tan responsable tuvimos que posponer la reunión hasta la próxima semana —La ira dormida en su voz me lo decía todo —Expliqué que estabas enfermo en tu casa y, gracias al cielo, ellos se lo tragaron —Solté un suspiro y dejé caer mi cabeza contra el respaldo de mi asiento —Como que te llegues a ausentar la próxima semana... Solo diré que estarás en problemas. Me importa una mierda esa actitud rebelde tuya... Llámame en cuanto puedas.

Solté un largo suspiro y me quede viendo las calles aun oscuras. No se me había informado de ninguna reunión, no era mi culpa.
El malhumor se me filtro en las venas con tanta facilidad como el dolor de cabeza que comenzaba a punzarme a cada lado de mi cráneo.

El Despertar - AdrinetteWhere stories live. Discover now