63.RESURRECCIÓN

4.3K 625 213
                                    

Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

 En un interminable túnel completamente oscuro salvo una pequeña luz al final se encontraba el alma perdida de Bakugo.

—Mmm, que extraño. No siento dolor. —dijo mirándose el hombro que estaba completamente curado. —¿Cómo es posible? ¿Quién me ha curado? Y lo que es más importante ...¿dónde estoy?—preguntó a nadie en concreto.

—En el purgatorio, Katsuki Bakugo. —dijo una figura algo más alta que Bakugo que no tenía rostro.

—¿Quién eres? ¿Eres otra jodida alucinación?—preguntó Bakugo.

—No, no lo soy. Soy un emisario de Kami-sama (N/A: Dios en japonés). Estoy aquí para guiarte —respondió con voz solemne.

—¿Estoy muerto?—preguntó Bakugo algo temeroso.

—No, aún no. Pero lo estarás. —respondió la figura sin rostro. —Pero no temas, Bakugo. Donde irás te espera la paz.—

—¿La paz?—arqueó Bakugo una ceja confundido.

—Eso es. La paz. Nada de dolor, nada de remordimientos, nada de culpa. Ahora sígueme. —le ordenó el sin rostro, caminando éste hacia la dirección de la luz.

—Pero ...—protestó Bakugo.

—Date prisa. Si te quedas aquí, permanecerás en el limbo. No estarás ni en el cielo ni en la tierra. Estarás en el purgatorio por siempre—dijo el sin rostro.

—¡Pues llévame de vuelta a la tierra!—exigió Bakugo.

—¿Es qué acaso quieres volver a sentir ese dolor insoportable? —preguntó el sin rostro. Bakugo se quedó quieto mascullano. —Ya me lo imaginaba. En marcha.—

Bakugo giró el rostro en la dirección contraria donde estaba el camino a la tierra. Ahí estaba una versión de él de niño mirándole con desaprobación.

—¿Qué te pasa ahora? ¿Por qué te has parado?—preguntó el sin rostro, molesto por esperar tanto.

—Es otra jodida alucinación que me está jodiendo incluso aquí. —dijo Bakugo frunciendo el ceño. —Pero ahora se trata de una pobre imitación de  mi yo del pasado.—

—Tú lo has dicho. Es una alucinación. Así que deja de perder el tiempo y acompáñame.—ordenó el sin rostro.

—Tsk. —masculló Bakugo, furioso porque el niño Bakugo le seguía mirando con desaprobación. Luego se giró y empezó a caminar siguiendo al sin rostro.

Bakugo, Bakugo.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Bakugo y se detuvo al oír como una voz más allá del túnel le llamaba.

—Deja de distraerte de una vez. ¡Vamos! —le ordenó el sin rostro.

Tus compañeros te necesitan para pasar el examen. ¡No los puedes dejar tirados! 

—Yo conozco esa voz ... ¡Es la friki de las flores! —exclamó Bakugo. —¿También está muerta como yo?—

—No. Tus amigos están intentado devolverte la vida. —

—Yo no tengo amigos. —le replicó Bakugo, aliviado al oír que Ino no había muerto.

—Lo que tu digas. Kami-sama me envió aquí para remediar el error de tus compañeros. —comentó el sin rostro.

Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora