124.LA LARGA NOCHE 6ªPARTE

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Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

Cuando Bakugo salió de la cueva, había dejado de llover. Así que pudo correr de vuelta a los Cuarteles Tanzaku más rápido que lo que había hecho en la ida a pesar de llevar cargada consigo a su compañera.

—Te pondrás bien. Te pondrás bien. Te pondrás bien ....—repitió Bakugo durante todo el camino, no estando seguro si se lo decía a ella o a sí mismo.

Bakugo iba lo más rápido que podían correr sus piernas de vuelta a la ciudad. Tenía la intención que Tsunade ayudara a Uraraka. El rubio ceniza recordó con nitidez las palabras de Shizune sobre la ubicación del alojamiento de la sannin que le dijo después de su combate contra su maestra.

—Nos hospedamos en el hostal con la fachada amarilla de la calle de enfrente de tu posada. ¡El hostal de la fachada amarilla se llama Duerme-bien y estamos alojadas en la habitación 2 del piso 1!—

—Te pondrás bien. Te pondrás bien ...—siguió repitiendo Bakugo, en un susurro de dolor durante el resto del camino.

Mientras tanto, en el hostal Duerme-bien dormían plácidamente Shizune, Tsunade y Tonton. Un tiempo después, Shizune fue la primera en despertarse al oír golpes en la puerta de entrada de su habitación.

—¿Quién podrá ser a estas horas de la noche?—se preguntó internamente Shizune, dejando escapar un bostezo. Recogió de su mesilla un dispositivo parecido a un lanzador de dardos y se lo puso en su brazo derecho, preparada para atacar por si la persona que aporreaba la puerta era un bandido. Los golpes en la vuelta se volvieron más intensos.—Un momento, ¿no será ...?—la imagen de un Bakugo cabreado pidiendo entrar se le vino a la mente.

—¡ABRE LA PUTA PUERTA, VIEJA BRUJA!—oyó Shizune gritar. La morena identificó al instante esa voz.

—Como sospechaba—pensó Shizune con una gota en la cabeza.

—Abre la puerta antes que ese mocoso la reviente, Shizune.—dijo Tsunade, que se había despertado por los gritos de Bakugo.

—Oink, oink ...—gruñó Tonton. La cerdita fue la última en despertarse de las tres.

—¡HE DICHO QUE ABRAS LA PUTA PUERTA!—rugió Bakugo desde el exterior.

—Bakugo-kun, sé que te dije que podías pasarte ...—empezó diciendo Shizune, mientras quitaba el cerrojo de la puerta.—Pero deberías controlar tus ...—la voz de la morena se apagó al ver a Bakugo con su piel y prendas de vestir con multitud de manchas de sangre cargando a brazo algo que no reconocía porque estaba tapado con unas mantas.

—¡Aparta, mujer!—ordenó Bakugo con fiereza en la mirada. Shizune estaba tan perpleja que no supo reaccionar y se quedó quieta observándole con los ojos como platos.—¡He dicho que apartes!—esta vez, Bakugo la empujó con el hombro violentamente entrando a la habitación.

—¿Katsuki, qué ha pasado?—preguntó Tsunade, aún no viéndole ya que fue a encender el interruptor de la luz. Recordó su mal presentimiento y un escalofrío le recorrió el cuerpo.—Kat...—la reacción de Tsunade al ver el cuerpo de Bakugo manchado de sangre fue mucho peor que la que tuvo Shizune. Cayó al suelo de rodillas y empezó a sudar y temblar con violencia.—Sangre ...—susurró con voz temblorosa.

—¡Cúrala!—ordenó Bakugo acercándose a Tsunade, sin importarle el estado mental en el que se encontraba la sannin. Tsunade miró al suelo y se abrazó a sí misma. Es más, el verla así solo hizo enfadarlo—¡NO ME VENGAS CON ESTAS MIERDAS AHORA, TSUNADE! ¡CÚRALA!—insistió, gritando.

—¡Bakugo-kun!—Shizune por fin reaccionó al shock inicial y se acercó apresuradamente al rubio ceniza.—¿Es qué te has vuelto loco?—

—Loco está el mundo. No yo.—contestó Bakugo, aunque su rostro desencajado y lleno de venas hinchadas por la furia haría pensar a cualquiera que le viera que no estaba bien de la cabeza.

Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora