018.SHOGI

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Este es un capítulo distinto, en éste, el protagonista es Shikamaru.  Por otro lado, el Shogi es el ajedrez japonés, pero como no sé jugar al Shogi usaré terminología del ajedrez occidental. Espero que os guste.

Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

Shikamaru Nara era una niño de 11 años al que las clases le parecían una lata (expresión para decir muy aburrido). Era de los pocos que no se burlaban de Katsuki Bakugo por su incapacidad de manipular chakra, básicamente porque eso también le parecía una lata. Bueno, a decir verdad, casi todo le parecía una lata. Lo único que le apasionaba era mirar las nubes y jugar al Shogi y al Go. Una discusión entre Bakugo y Kiba le despertó de su sueñecito habitual en clase.

—¡Eres patético, Bakugo! ¿Por qué no abandonas de una vez por todas?—sugirió Kiba después de verle fracasar de nuevo en la técnica de transformación.

—¡Vete a tomar por culo, cara de perro! —le respondió Bakugo mostrándole el dedo corazón.

—Vaya lata .... —suspiró Shikamaru.

—Déjalo en paz, Kiba. —ordenó Ino. 

Shikamaru alzó una ceja sorprendido, no se esperaba que de entre todas las personas, fuera Ino la que se pusiera de parte del rubio ceniza. No fue el único, Bakugo y Kiba la miraron con una cara extraña.

—¿Y tú por qué lo defiendes ahora, Ino?—inquirió Kiba, molesto.

—¡No lo estoy defendiendo! ¡Sólo que estoy harta  de que siempre se repita la misma historia!—contestó Ino.

—No lo comprendo... ¡Pero si tú eres la primera que le llama perdedor! —exclamó Kiba señalando al rubio ceniza. —¡Es un inútil y no se merece estar con nosotros!—

Shikamaru se fijó en el colgante de Bakugo, el cual sostenía con fuerza. Era una ficha de Rey de su juego de mesa favorito, el shogi. Dejó de prestar atención a la discusión, ahora entre Ino y Kiba, y se centró en Bakugo. El rubio se mantuvo callado, estaba demasiado concentrado en su colgante.

Después de clases, Choji acompañó a Shikamaru al parque como de costumbre. A lo lejos, el del clan Nara vislumbró a Bakugo. 

—Choji, ¿puedes ir hoy tú solo? Será una lata, pero hay una cosa que necesito saber.—dijo Shikamaru con un bostezo.

—No te preocupes, Shikamaru. —le contestó Choji comiendo una bolsa de papas. —¿Nos vemos luego?—

—Sí, por supuesto. No creo que tarde mucho. —respondió Shikamaru.

Después de despedirse de Choji, Shikamaru siguió a Bakugo a paso ligero para alcanzarle rápidamente. Bakugo sintió su presencia y volteó la cabeza molesto.

—¿Eh? ¿Por qué me sigues, bostezos?—preguntó Bakugo con el ceño fruncido.

—Vaya lata, hombre ¿No te acuerdas de mi nombre, Bakugo? —dijo Shikamaru.

—No has respondido a mi pregunta. —exclamó Bakugo.

—Ni tú a la mía. —dijo Shikamaru entre medio de dos bostezos. Bakugo entrecerró los ojos mirándole con cara aterradora. —Vale, vale, tú ganas. He visto que tienes una ficha de Shogi como colgante.—

—Ve al grano, bostezos. Me estás haciendo perder demasiado tiempo. —dijo Bakugo.

—Vaya lata, sí que eres complicado. Me preguntaba si te gusta el Shogi. —exclamó Shikamaru rascándose la cabeza.

—Tsk. —masculló Bakugo. —Que te quede claro que te voy a contestar para que me dejes en paz, pero no vuelvas a molestarme en mi vida. No es que me guste el Shogi, ¡es que soy el jodido mejor jugador de shogi del mundo!—

Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora