006.DECISIÓN

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Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

Bakugo y Ayame regresaron a la tienda de Ichiraku del padre de ésta. Ahí estaban el Yondaime  y Teuchi hablando de forma distendida. Al ver que entraban el par de niños, interrumpieron la conversación y centraron su atención en la cara ensangrentada e inflamada de Bakugo.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Minato con algo de preocupación.

—El muy idiota se peleó con cuatro matones. —dijo Ayame dándole un manotazo en el hombro al pequeño rubio.

—¡Ay! ¡Joder mocosa! —exclamó Bakugo frunciendo el ceño. —¿Y no acabas de decir antes que era lo más heroico que habías visto en tu vida?—

—Y lo ha sido. ¡Pero te podrían haber matado! —dijo Ayame molesta por la insensatez del niño. —¿Puedes llevar a Bakugo al hospital, Yondaime?—

—Tsk. No hace falta que lo hagas, viejo. Esto se cura solo. —masculló Bakugo.

—Ayame tiene razón. Más vale prevenir que curar. Ven aquí, Bakugo. —dijo Minato, haciendo un gesto con la mano para que se acercara. Bakugo, a regañadientes, se acercó al Hokage. —Mañana traeré a mi hijo aquí, Teuchi. Hasta la vista, Ayame.—

—Hasta luego, Yondaime. ¡Y tú, pequeñajo! —dijo Teuchi señalando a Bakugo con el índice. —Cuando vuelvas, haré el plato más picante que hayas probado jamás.—

—Ja. Eso me gustaría verlo. —le desafió Bakugo. 

—¡Bakugo! —dijo Ayame nerviosa. —Cuando estés aburrido, ven a verme y jugaremos juntos. Si quieres, claro.  Jeje—finalizó la chica con una risa nerviosa.

—Mmm, lo pensaré. No eres tan molesta como muchos otros críos. —dijo Bakugo. 

Ayame sonrió ante su respuesta y le despidió con la mano. Minato cogió a Bakugo y, un segundo después, estaban ambos en el despacho del jefe del hospital.

—Me tienes que decir como mierdas haces eso, viejo. —dijo Bakugo intrigado.

—Es complicado. Pero para resumir, es un jutsu espacio-temporal que necesita un sello especial. Los tengo colocados en diversos puntos de la aldea. Uno de ellos está en este despacho. —concluyó Minato.

—Tenías razón cuando decías que era complicado, viejo. —dijo Bakugo sin entender una palabra de lo que acaba de decir el Hokage.

—Jeje. —dijo Minato rascándose la cabeza. —Cuando seas un poco mayor, te lo volveré a explicar si aún estás interesado.

Luego se fueron en búsqueda de un médico. Después de una pruebas, determinaron que no había lesiones internas, pero algún corte necesitaba puntos para que dejase de sangrar. También le vendaron y le aplicaron pomada para que bajara la hinchazón de la inflamación que tenía en la cara.

—Dentro de un par de días estarás como nuevo, Bakugo. —dijo con una sonrisa una enfermera.

—¿Qué se dice? —exclamó Minato.

—¿Ein? —arqueó una ceja sin comprender.

—Gracias, se dice gracias. —dijo Minato negando con la cabeza. —Dile gracias a la enfermera.—

—Y una mierda. Esa palabra no está dentro de mi vocabulario. —contestó Bakugo. De nuevo una gota gigante se formó en la cabeza de Minato. La enfermera se fue despidiéndose del Hokage.

—Jeje. Espero que con el tiempo eso cambie. —dijo Minato emitiendo un suspiro. —Mmmm, Bakugo... —

—¿Qué pasa ahora, viejo?—se quejó Bakugo.

Katsuki Bakugo en KonohaWhere stories live. Discover now