Capitulo 30

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Emily:

Estoy aterrada.

Me tiemblan las manos, y el cuerpo entero. Y sé que le prometí a Ethan que todo va a salir bien, pero la verdad es que no estoy segura.

Lo único que sé seguro es que tengo que hablar con Oscar, tengo que hacerle entrar en razón. Soy a la única que va a escuchar y sé que por eso el padre de Ethan me ha dejado ir con ellos.

-¿Sigues queriendo hablar con él?-miro a mi madre, la cual me mira preocupada.

-Si.

-No confío en él, Emily.

-Si bueno yo tampoco-sonrío.

-¿Por que crees que te va a escuchar? No lo hizo cuando te encerró en esa habitación.

-Creo que no me escuchó por que le rompí el corazón cuando descubrió que seguía enamorada de Ethan-suspiro-He crecido con él mama, lo conozco desde que teníamos 5 años, fue mi primer novio.

-Pero ya no es el mismo chico que era.

-No, no lo es. Y creo que si hablo con él puedo intentar que entre en razón y pare esta estúpida guerra que nadie quiere.

-Espero que tengas razón.

-Tengo miedo mama.

-Lo sé cielo, yo también tengo miedo-mi madre pone un mechón de pelo detrás de mi oreja.

-¿Que va a pasar con la banda si paramos esto? González está muerto.

-Yo voy a encargarme de la banda, nadie va a ser el jefe, nadie va a estar por encima de nadie. Tener un líder ha demostrado no ser nada bueno para nadie. Nadie debería tener que pedir permiso para nada, y sin jefe eso no va a pasar.

-Tienes razón, la banda tiene que desaparecer.

-¿Estás lista Emily?-cojo aire, y miro al padre de Ethan.

-Todo lo lista que puedo estar.

-Quiero que te pongas un chaleco antibalas debajo de la camiseta-asiento, por lo menos así estaré algo segura-No te vamos a perder de vista en ningún momento, si sientes que estás en peligro quiero que salgas de esa casa y nosotros nos encargaremos del resto.

-Vale-respiro hondo.

-Emily-miro al padre de Ethan-Quiero que me mires a los ojos y me digas que puedes hacer esto, que sientes que hablando con él algo va a cambiar.

-Puedo hacer esto-el padre de Ethan asiente-Puedo hacer esto-digo más bien para mi que para él.

Me acerco a la casa de Oscar lentamente, cuando estoy en frente de la puerta veo dos hombres con armas en la mano.

Cuando me ven, no dicen ni una palabra solo abren la puerta y se quitan de mi camino.

Eso me pone nerviosa, si tienen ordenes de dejarme pasar es por que Oscar se lo ha dicho.

Entro en la casa y voy hasta el salón, cuando entro veo a unos veinte hombres con armas y a Oscar sentado en el sofá fumando.

-Te ha costado más de lo que creía.

-El echo de que me encerraras en una habitación no ayudó mucho.

-Era una prueba, que supongo que se puede decir que has superado.

-Siempre es lo mismo contigo-me cruzo de brazos-Guardas secretos y luego intentas hablar.

-Supongo que tenemos eso en común.

Tu, Yo y Nueva YorkUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum