Eduardo es un chico que puede sonreír o asentir durante todo el tiempo sin problema, pero cuando la puerta de su habitación se cierra, una oscuridad pinta las paredes de su cuarto, Edu vive soportando un secreto que lo destruye y lo aleja de la feli...
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Josefina se mantenía serena mientras miraba como Eduardo abría los ojos lentamente y respiraba con lentitud.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Eduardo.
—Tranquilo, te has desmayado.
—¿Qué? Pero... —Eduardo intentó levantarse de la camilla, pero se mareó y volvió a recostarse —No me pasaba esto hace... mucho.
—Tú y Omar se han gritado un poco, bueno; mas Omar que tú... y no lo sé, quizás tenías las defensas bajas, ¿Estás comiendo bien?
—Si —mintió Edu, volviéndose a levantar de la camilla y soportando el mareo —¿Cuánto tiempo llevo acá?
—Bastante —sonrió Josefina —Es mejor que le llames a tu Madre para que venga por ti —Edu negó con la mirada, pero Josefina insistió, mientras el chico tomaba su móvil la enfermera apareció y le tomó la temperatura al pelinegro.
—No tienes fiebre, eso es bueno; pero el ataque de asma ha sido muy pesado para tu cuerpo, debes tomar estas vitaminas el día de hoy, e hidratarte muchísimo —La enfermera le sonrió a Edu y regresó a la entrada de la enfermería.
—Llámale.
—Eso hago —dijo con sarcasmo —no responde, creo que tiene el teléfono sin batería ya que la llamada ni siquiera pasa.
—Intenta otra vez —Edu rodeó la mirada pero volvió a no tener éxito alguno —Vale, llama a Tadeo, tu hermano quizás pueda venir por ti.
—Creo que está en clases, seguramente no va a...
—Inténtalo, joder —murmuró con enfado la chica, Edu llamó a su hermano, pero el chico no contestó, estaba en un examen en ese momento y su móvil lo tenía el profesor de la Universidad.
—No responde, ¿Ya ves? Lo mejor que puedo hacer es tomar mis cosas e irme —el pelinegro se levantó, pero el mareó nuevamente le obligó a tomar asiento, Josefina lo sostuvo y notó como Edu soltaba una pequeña arcada.
—Llama a tu Padre.
—No, claro que no.
—Eduardo...
—Voy a irme en Metro —Josefina presionó su mano con rabia, tomó el móvil y se alejó del chico, Edu no podía levantarse por culpa del mareo, por lo que Josefina tuvo acceso libre para llamar.
