Capítulo 58 - ¿Lo perdí?

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Eduardo terminaba de subir las escaleras, frotaba su mirada algo agotado, miró la puerta de su apartamento, escuchó música a muy bajo volumen y metió la llave en la cerradura, al entrar Matías corrió hacia él y le ayudó con las bolsas.

—Hola amor, ¿Trajiste las cosas?

—Si —asintió, el chico sonrió y se acercó a la cocina, Tadeo les miraba a ambos y rodeó la mirada.

—Ven, ayúdame —Mati le tomó de la mano y le hizo seguir hasta el mueble frente al fregadero, Eduardo miró a su hermano tendido sobre el sofá mirando televisión y exhaló —¿Qué tal te ha ido? ¿Has sabido algo más de la tarjeta?

—Aún... no —balbuceo un poco incómodo, recordando que había hablado con Lautaro hace unos minutos atrás —Espero el jefe pueda verlo con rapidez.

—Seguro... —Matías puso las pizzas dentro del horno y luego besó a su novio en la mejilla —Todo va a estar bien, tranquilo, al menos el jefe lo entendió.

—¿Qué pasó? —preguntó Tadeo mientras se ponía de pie a preparar la mesa, Mati le explicó lo sucedido y el hermano mayor se indignó de inmediato —¿Y ese policía tan tonto? Sale cualquier imbécil ahora.

—Era uno rubio —informó el chico —Muy lindo, pero joder, no piensa —Tadeo soltó el plato sobre la mesa cuando escuchó, miró a su hermano quién presionó sus labios y asintió en silencio, a espaldas de su novio. Tadeo abrió su boca sorprendido pero fingió normalidad ante Matías.

Los tres cenaron con normalidad, mirando televisión y riéndose de Homero Simpson, pero Eduardo no conectaba con el programa, se sentía mal por estarle ocultando cosas a Matías.

Una vez que la cena había finalizado, Edu empezó a lavar los platos, el pelinegro caminó hasta su lado y le ayudó a tirar la basura y dejar el resto de la cocina limpia.

—Al menos preparar pizza es fácil de limpiar.

—Si... —susurró.

—Oye, ¿Te sucede algo?

—¿A mí?

—Claro, tú, estás como... distante, ¿Estás preocupado por lo sucedido?

—Es que... hay algo que no te he dicho.

—¿En serio? ¿Qué? —Eduardo se dio media vuelta, miró a su novio a los ojos y humedeció los labios antes de hablar.

—El poli de hoy, el pesado, yo lo... conozco.

—¿Qué? ¿De dónde? ¿Lo conoces y aún así te quitó la tarjeta de memoria?

—Es mi ex novio, el rubio que te hablé la otra vez ¿Recuerdas? —Matías dejó de ordenar los cojines sobre el sofá, tragó saliva y pensó cuidadosamente la manera de reaccionar.

—Vale... ahora, ahora entiendo porque le hablabas tan enfadado hoy, ¿Es el chico del mensaje de texto? —Eduardo asintió —Vaya, joder yo... ¿Estás bien? O sea, sé que a veces hace un poco mal ver a personas que fueron importantes para nosotros en el pasado.

—¿No estás enojado?

—¿Yo? Por supuesto que no ¿Por qué lo estaría? —Mati se acercó y le abrazó con suavidad.

—Pensé que te enfadarías conmigo, por no decirte esto más temprano.

—Amor, es difícil algo así, pero yo confío en ti y en que sabrás manejar la situación, solo dime si necesitas alguna cosa —respondió con sinceridad —Si necesitas... un tiempo para pensarlo, yo podría...

Solo TúWhere stories live. Discover now