Capítulo 36 - Sacrificios que no valen la pena

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Lautaro se levantó ligeramente de la cama, Eduardo frotó sus ojos y apagó el televisor mientras encendía la luz del cuarto.

—¿Qué hora es? —preguntó Lautaro con un bostezo.

—Un poco más de media noche —respondió Edu.

—Tengo que irme —Lau presionó sus labios y entrecerró la mirada, Eduardo negó pero Lau asintió.

—No, no, no —Edu se le lanzó encima, le abrazó sin intenciones de soltarlo —No quiero que te vayas.

—¿Y qué le digo a mi Padre? —rió Lautaro.

—Pues... —balbuceó el chico —dile que estás con Galia.

—Va a creer que estoy saliendo con ella otra vez, no queremos eso ¿Cierto? —Edu negó, bajó la mirada pero volvió a abrazar a Lautaro, hablando con lentitud y fingiendo tristeza —Quédate, no quiero dormir solito hoy, es viernes —Lau sintió que se derretía de la ternura, mordió su labio inferior y terminó asintiendo, Edu casi saltó de la emoción, Lautaro tomó su móvil y le mandó mensajes a su Madre, indicándole que se quedaría en casa de Eduardo, y si su Padre preguntaba que por favor le dijera que se quedaría en casa de Mckay. Su Madre aceptó mentir, solo esta vez.

Eduardo se tendió a un lado del rubio, entrelazó sus manos y comenzó a mirar al rubio, con una idea en su mente se acercó al armario, encendió su cámara fotográfica y se subió encima del chico.

—¿Qué estás haciendo? —rió Lautaro avergonzado.

—Shh... cierra los ojos —Lautaro rodeó la mirada, pero lo hizo y Eduardo le tomó algunas fotos, luego de costado, enfocándose en el rostro del chico.

—¿Desde cuándo eres mi paparazzi?

—Soy tu fan número uno desde siempre —bromeó Edu —Pero quiero fotos tuyas, las editaré e imprimiré para ponerlas en mi cuarto.

—¡¿Qué?! ¿Fotos mías acá? Qué vergüenza —Lautaro se tapó la mirada mientras reía, Eduardo aprovechó el momento y volvió a tomarle fotos, el rubio fingió enfado e intentó quitarle la cámara, provocándole cosquillas al chico y quedándose ambos abrazados luego del juego.

—Sabes... —dijo Eduardo —Antes solía tomar muchas fotos, me gustaba, Papá me regaló ésta cámara hace un tiempo, estaba pensando que... tal vez debería asistir a algún curso o algo así, ¿Qué dices?

—Me encanta la idea —Lautaro se le acerco y le besó en los labios —me encanta, me encanta —volvió a besarlo —como tú —Edu guardó su cámara, comenzó a regresarle los besos a Lautaro hasta que ambos se quedaron sin respiración, pero abrazados hasta dormirse.

Durante el fin de semana, Augusto estuvo enviándole mensajes a Omar todo el tiempo, cuando el chico los veía se mordía su labio inferior pero dudaba de responderlos, no sabía cómo, la adrenalina del día anterior le había ayudado a acercarse, pero ahora cada vez que Augusto le enviaba un texto, el pelinegro miraba nervioso la pantalla y se congelaba.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó su Padre, Omar estaba con la mirada perdida mientras comía la cena —Estás en la luna.

—No me... siento muy bien —dijo Omar.

—¿Te duele algo? ¿Estás enfermo? De seguro te estás resfriando, nadie te manda a llegar tan mojado ayer.

—Fue un accidente —susurró Omar.

Solo TúWhere stories live. Discover now