–Pero por supuesto, chicas. Clare, Ellie, todos puedes ser parte del consejo, ¿tienen ideas? Necesito alguna secretaria –río y ambas me miran llenas de esperanza–. Hoy en la tarde necesito sus informes, en la sala de consejo, las quiero a ambas, sin atrasos. Necesito gente responsable, con buen promedio en las calificaciones y dispuesta ayudar en todo lo que necesiten nuestros compañeros. Para eso estamos. Si yo soy presidenta este año, sin duda ustedes podrían pertenecer al consejo también. Solo debemos trabajar en esa personalidad que creo tienen escondida…Ahora, si me perdonan estoy algo apurada.

–Oh sí claro –responden a unísono con la sonrisa más amplia que sus labios pueden esbozar–. Al final de clases en la sala de consejo.

­Rápidamente me escabullo entre la multitud tan rápido como puedo. No quiero tener más interrupciones, necesito hablar con Jake, porque sigo teniendo la impresión de que me está evitando.

–Te juro por mi sagrada madre que no sé cómo lo haces…

–Hacer qué –pregunto a Christy mirando una vez más hacia todos lados

¿Dónde está?

Sin evitarlo la imagen de Megan con su uniforme de porrista besando a Jake detrás del gimnasio me viene a la mente.

No, no, no.

–Lo que haces con todo el mundo, le sacas sonrisas a cualquiera que se te acerque.

–Tal vez solo soy amable ­–le sonrío y me escurro con ella en el lavado de chicas porque tengo una ganas improvisadas de hacer pis me están matando.

Entro apresurada en un cubículo y descargo todo con la mayor velocidad que puedo. Necesito ver a Jake, buscarlo e interrogarlo cuanto antes.

–Oh, eso ha sido rápido, presidenta. ¿Tiene prisa por llegar algún lado, ver a su chico tal vez?

­-¡Cállate, Christy, por amor a nuestra amistad no me hagas enfadar, Jake es solo mi amigo!

–¡Yo no he hablado de Jake! –grita con los labios fruncidos y ese mohín gracioso que nunca sale de su rostro.

­–Creo que te odio, Christy.

–Creíste que no me daría cuenta que estabas pensando en él, por favor…

Tomo mi bolsa y sin siquiera mirarme en espejo como lo hago siempre, salgo fuera como un cohete hacia la luna.

Y Dios…hubiese deseado echarme al menos un vistazo de un segundo, porque así como si Dios hubiese enviado un rayo con su presencia. Ahí está él, mirando hacia todos lados, y puedo decir, si no lo conociera suficiente, que está molesto.

–¿Puedes moverte? –Musita Christy pero en seguida sigue mi mirada–. Ves, yo soy una bruja. Te lo dije.

Entonces mi amiga se marcha así sin más.

Las miradas de Jake y yo se cruzan. Y no se va. Ni siquiera rehúye mi mirada.

Quizás no me está evitando.

Jake.

¿Puede ser posible que haya pasado toda la mañana buscando a Ary y ni siquiera nos hallamos cruzado?

Ósea, entiendo que es la presidenta y debe estar hablando con todo el mundo pero…

¡Ni siquiera nos hemos visto!

Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora