𝐿𝑜𝓃𝒹𝑜𝓃 𝐿𝑜𝓋𝑒 //H.S.// Terminada.

CAPITULO 58

(MARATÓN 3/3)

-Lo siento, pero ya tengo planes...- cierro los ojos porque siento que si no lo veo no tiene el mismo efecto en mí.

- no creo que a Beth le importe...- suplica.

-a ella no, pero a mí sí. Además Nate irá con nosotras...- ¿estoy justificándome?

- ¿Nate? – dice sorprendido, yo abro los ojos, su cara cambia, al perecer no le gusta mi sobrenombre para su ex amigo.

-Nathan...- corrijo casi asustada, no sé por qué.

Asiente comprensivo.

-tampoco creo que le importe...- parece hacer todo lo posible por mantenerse a flote.

-es que no quiero Harry...- casi chillo.

-te entiendo... solo... dame una oportunidad, por favor, te mostraré que todo va a ser mejor, te lo juro.- su voz se rompe. – me estoy volviendo loco sin ti...-

-ese no es asunto mío. Ahora, si me disculpas, tengo cosas que hacer. - me doy la vuelta. -

Camino hasta mi habitación y me encierro en ella, es un gesto infantil, pero sé que si sigo en su presencia voy a fallar.

Escucho que la puerta se abre y después se cierra. Creo que se ha ido. Contengo el llanto, tengo ganas de cancelar todo, de echarme en la cama, pero no lo haré, no me voy a derrumbar.

Cuando Nathan pasa por nosotras, me siento mejor, Beth actúa normal pero sé que en el fondo tiene su propia opinión al respecto, no pienso indagar mucho en ello.

Les digo que me duele un poco la cabeza, por lo que ir a un club no es la opción, pero agradecería ir a cenar.

- ¿qué quieres cenar? - pregunta Nate animado.

-lo que sea, pero quiero una buena rebanada de pastel de chocolate...- sonrío

Nathan nos dice que "ROKA", es un restaurante asiático con una excelente carta en postres, ambas accedemos y nos disponemos a ir. Cuando llegamos el lugar es amplio y está decorado con colores terrestres, mucha madera y verde en sus plantas, parece elegante. Al parecer solo hay acceso con reservación, pero Nathan es buen amigo del dueño, o al menos su familia lo es, por lo que rápidamente disponen una mesa para nosotros.

-gracias.- le agradezco cuando estamos los tres sentados.

Nos sumergimos en una plática casual, Beth parece más animada y pregunta cosas sobre el trabajo, ella también habla del suyo y me sorprendo sumergida en la conversación sin que nada me perturbe. La comida es deliciosa y para el postre pido mi ansiado pastel de chocolate, lo como feliz.

-te traje un obsequio de cumpleaños...- me dice Nathan cuando Beth se disculpa para ir al baño.

-oh, Nathan, no debiste...- me incomodo un poco.

-no te preocupes, es tu cumpleaños, ¿cierto?- sonríe ampliamente.

Saca una caja pequeña de sus bolsillos, es azul cielo con un lazo blanco, me la extiende sobre la mesa.

-muchas gracias.- le sonrío agradecida.

-ábrelo...- sonríe aún más.

Deshago el lazo y quito la tapa, son uno aretes, dos diamantes redondos, no muy grandes, discretos pero muy hermosos. Deben ser caros pues reconozco la marca.

-Nate, no sé si deba aceptarlos...- digo seria.

-¿no te gustaron?- parece alarmado.

-claro que sí, pero... es demasiado... yo...-