CAPITULO 56

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(MARATÓN 1/3)

-siento que si me quedo aquí y lo vuelvo a ver, voy a caer, me conozco Nathan, no quiero ser la misma de antes...- ni siquiera tengo fuerza para llorar.

-de acuerdo, hagamos algo, tómate el día de mañana, me las puedo ingeniar para resolver todo lo que surja, el martes hablaremos, ¿sí?- parece preocupado- piensa bien las cosas, ve todo lo que tienes y no te centres solo en lo que perdiste. Pon en una balanza las cosas, hay personas que están a tu lado y no te van a lastimar. - me mira.

-de acuerdo- suspiro cansada aunque acabo de despertar. -¿qué hora es?- pregunto aturdida.

-pasa de medio día. – su voz también es pesada, imagino que esta situación debe haber cambiado sus planes de fin de semana, estoy abusando de su hospitalidad y confianza.

-tal vez sea mejor que me vaya.-

-no irás a ningún lado así- se incorpora para extenderme la mano y ayudarme a levantarme.- primero debes comer algo y después te llevaré a casa. -

-no tengo hambre. -

-no me importa, no dejarás esta casa sin haber probado bocado,- me sonríe para darme ánimos.

Bajamos las escaleras, yo me siento fastidiada y sucia, llevo tres días con la misma ropa y de no haberme bañado ayer mi aspecto sería el de un indigente.

-no sabía qué te gustaba así que ordené un filete con verduras, espero que esté bien- me sonríe en su cocina.

-creo que es demasiado fuerte para mi estómago, no creo que lo tolere.- me disculpo- ¿tienes un poco de café?- pregunto.

Él asiente y prende la cafetería, su cocina es enorme y muy bonita, está decorada en tonos negros pero todo brilla por lo pulcra que está, es bastante moderna.

-al menos come algo de fruta...-me ofrece.

Tomo una manzana que poco se me apetece pero lo obedezco, le doy un par de mordidas pero no le encuentro sabor, esto es inútil. Lo mismo para con el café, así que solo dejo ambos alimentos frente a mi mientras Nathan come uno de los filetes.

-Recuerda entregarme el iPad y la llave del cajón, no quiero molestarte mañana, para nada.- me dice amable, entiendo sus intenciones, quiere desviar el tema.

Suspiro cansada.

-vaya cumpleaños...- comento casi para mí.

-¿hoy es tu cumpleaños?- pregunta sorprendido.

Yo niego.

-es mañana...- se forma un nudo en mi garganta y los ojos de Harry aparecen en mi mente.

-con más razón, tómate el día y haz algo divertido con tus amigos, prométeme que lo harás.-

Asiento no muy convencida de que eso suceda.

Cuando terminamos de comer o mejor dicho Nathan termina de comer, le pido que me lleve a casa, necesito descansar, aunque no sé de qué estoy cansada.

Admito que tengo miedo, tengo miedo de tres cosas. La primera; de llegar a casa y enfrentarme a Beth, contar todo el drama y llorar como desquiciada otro par de horas. La segunda; tengo miedo de llegar a casa y encontrarme a Harry, que me convenza de que no pasó nada importante y termine creyéndole. Y tercera; tengo miedo de llegar a casa sola y enfrentarme a mí misma.

El trayecto a casa tiene 123 árboles, 12 semáforos y 20 minutos de silencio. Nathan no dice nada, deja que me hunda en mis pensamientos, aunque mis pensamientos pasan todo el trayecto contando árboles y semáforos, porque no quiero escuchar esa voz en mi cabeza.

𝐿𝑜𝓃𝒹𝑜𝓃 𝐿𝑜𝓋𝑒   //H.S.// Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora