𝐿𝑜𝓃𝒹𝑜𝓃 𝐿𝑜𝓋𝑒 //H.S.// Terminada.

CAPITULO 24

(MARATÓN 3/3) 

Cuando se estaciona afuera de mi piso son casi las cuatro de la tarde, ninguno de los dos hace ademanes de bajar o decir algo, pasamos todo el trayecto escuchando a Tom Odell, dice que le gustó bastante y cuando le digo que es un artista británico dice que se siente mal de no haberlo descubierto antes. Suena de fondo Sparrow.

Termina la canción, él suspira y me mira nuevamente con esa mirada que no sé descifrar.

- ¿Cuál es tu color favorito? -

Me sorprende distraída viendo sus ojos, creo que no puse atención. ¿De que estábamos hablando?

- ¿mi color favorito? - pregunto para asegurarme.

-estás muy distraída...- sonríe amable.

-lo siento, - me disculpo- supongo que negro, me gusta mucho el negro, y el blanco. ¿Cuál es el tuyo? -

-ahmm... verde, - se encoge de hombros – es tu turno...- me informa. Lo veo extrañada sin saber de qué habla. – de preguntar algo. - me explica.

Oh, ya entendí.

- ¿Cuál es tu película favorita? - pregunto.

-The Notebook- contesta sin vacilar. - ¿y la tuya? -

-no lo sé... creo que Pretty Woman. -

-también es muy buena...-

Los dos estamos uno frente al otro, él se ha quitado el cinturón de seguridad para poder girar mejor su cuerpo hacia mí. Yo hago lo mismo.

Pasamos un montón de tiempo haciéndonos preguntas, como nuestros cumpleaños, nuestros segundos nombres, le causa gracia que lo tenga registrado como Edward y no como Harry, aunque cuando le explico la razón me agradece por el detalle. Él es piscis, aunque dice que no suele darles importancia a los horóscopos, se sorprende de que mi cumpleaños esté cerca, casi dos meses, él es un año mayor que yo, aunque se considera un alma vieja. Es bastante amable y cariñoso con las personas, se preocupa demasiado y siempre intenta ayudar, no es pretencioso y aunque no lo ha admitido en voz alta la fama lo abruma.

Hablamos sobre nuestra infancia y con esa parte de su vida siento un poco más de empatía porque es normal, como cualquier otra infancia. Me dice que tiene una hermana y yo le cuento que soy hija única, tenemos una historia similar, nuestros padres se divorciaron y crecimos con nuestros padrastros, aunque contrario a mí, él si sigue en contacto con su papá biológico.

-yo jamás conocí al mío...- le comento.

-nunca es tarde, lo dices como si no quisieras. –

-nunca he sentido la necesidad, para mi Marc siempre fue como mi papá-

-te entiendo...-

-es curioso – sonrío – porque la mayoría de las personas piensa que en este instante estoy con él. -

Me mira con sorpresa como si hubiese dicho que soy un extraterrestre o algo así.

-no entiendo...- ladea un poco el rostro.

-pues, debido a mi... ex relación... decidimos mi madre y yo que lo mejor era decir que estaba conociendo a mi papá en lugar de que me mudé de continente. Y ha funcionado. –

Frunce el ceño, mira al frente mientras juega con el volante.

- ¿sabes que es lo que me molesta? - pregunta con voz contenida.

- ¿qué? - pregunto con un susurro.

-Que prácticamente volcó toda tu vida, cambió todo de ti y de alguna manera te hizo huir. De tu familia, de tus amistades, de tu hogar...- me mira con ¿compasión? - Quiero decir, que, si la decisión de lanzarte a la aventura de vivir en un nuevo país hubiera sido cien por ciento tuya, sería increíble. Pero no es así. -