Cap.43 Todos son vírgenes

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Zavier

Mi madre todavía no había hablado con nosotros y me sentía un poco aterrado sobre qué estaría pensando exactamente. Y siendo ella una profesional en terapia y psicología... bueno, sabía bastantes cosas. No sabía lo que podría estar pensando o incluso planeando en esa cabeza suya.

Pero sin importar el qué, iba a permanecer con Evelyn. La amo y ella me ama. No querría que mi madre nos separara o algo. Por lo que realmente estaba esperando que no hiciera nada loco como mandarla lejos.

Estaría completamente con el corazón roto.

Debido a que tengamos unos cuantos días de nieve (obviamente quería decir sin escuela), había estado en mi habitación todo el día, sin comer, solo pensando en todo lo que se fue a la ruina el otro día. Amaba a Evelyn, pero ella sabía que necesitaba tiempo para mí mismo así que me dejó solo, solo llamando a mi puerta unas cuantas veces para saber si estaba bien. Ella incluso eligió respetar mi decisión de bloquear mi puerta y ni siquiera forzó la cerradura.

Sabía que necesitaba al menos salir o algo, pero creo que era mejor calmarme un poco antes. Jesse vino unas cuantas veces, quedándose fuera de la puerta para preguntarme cosas o decir algo corriente, o vociferar como el chico que él era. Pero nunca contestaba o decía mucho.

Evelyn le había puesto al corriente y cuando lo descubrió, sintió como para arrancarle la garganta a Ethan. Supongo que salir con esta gente (alias Evelyn, Ian y Darrel) nos hizo un poco violentos. Pero hacer algo de verdad sería un poco demasiado. Quiero decir, tenía el ángulo perfecto. Podría fácilmente haber golpeado o algo a Ethan, pero no lo hice. Porque sabía que estaba mal. Así que al final, decidí alejarme de él.

Aunque tenía permitido estar enfadado. Llegue a darme cuenta que él probablemente se sintió asustado y culpable. Era solo un niño, todos éramos niños. Pero aun así, solo pensó en sí mismo. Si hubiera estado en su lugar, lo hubiera admitido y hubiera dicho que era toda mi culpa. Entonces, todavía hubiera conseguido la misma paliza, nada nuevo ahí.

Pero al menos, me la hubiera merecido.

Gruñendo, decidí levantarme y buscar una camiseta limpia. Había estado sin camiseta todo este tiempo, solo llevando mis pantalones deportivos y calcetines. Mi estómago estaba rugiendo, queriendo ser alimentado y me sentí estúpido por haber devuelto toda la comida que Evelyn me había traído.

Fue realmente buena conmigo y esto me hizo sentir especial. Si hubiera sido otra persona, ella se habría comido la comida. Pero nunca lo hizo con la mía, creo.

—Mierda —murmuré mientras continuaba buscando una camiseta limpia.

Parecía que no había ninguna alrededor y no quería buscar en mis cajones o armario por una. Así que decidí, al infierno. Esta es mi casa. Está bien andar sin camiseta.

Toqué mi desordenado cabello oscuro con mi mano derecha y empujé arriba mis gafas mientras abría la puerta de mi habitación y empezaba a caminar por el pasillo. Estaba a punto de tocar la puerta de Evelyn para al menos saludarla y agradecerle lo que había hecho, pero cuando oí la ducha supe que iba a ducharse. Así que suspiré y empecé a caminar escaleras abajo.

Para mi sorpresa, Ian y Darrel estaban ahí, sentados en el sofá como si fuera su casa.

¿No tenían ellos un apartamento ya?

Quería pasarlos, fingiendo que no los había visto. Pero en su lugar, los escuché hablar y la primera cosa que oí no era un tema agradable... por así decirlo.

The bad girl and the good boyWhere stories live. Discover now