Cap. 22 La debilidad de ella

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Evelyn

Me metí detrás de Zavier en el sofá la noche del jueves, y aplaudí justo al lado de su oreja, cuando estaba terminando un poco de tarea de matemáticas. Él saltó y me miró con las cejas ligeramente arrugadas.

―Sí, gracias por ese mini infarto ―dijo, señalándome con su lápiz mecánico azul. Solo le di una gran sonrisa y tomé el lápiz de sus manos.

―¡Hoy es la lección númerosi dos, Zavier!

Me dio una pequeña sonrisa con una mirada que me dijo que probablemente iba a corregirme o algo así. Puff.

―Umm... ―Sí, me va a corregir―. Estoy bastante seguro de que es número dos. Número no puede ser plural porque te refieres a un número, que es dosii, y no indica una cantidad, si eso tiene algún sentido. ―No lo tenía, pero supongo que lo entendía. Lo que sea. ¡Quería iniciar esta lección ya! Y tengo mis razones de por qué.

―Bueno, mi error, no tomé francés ―bromeé mientras me tiré en el sofá.

Zavier inclinó la cabeza hacia un lado y la expresión de su rostro era como la que tendrías después de ver a alguien herirse a sí mismo. Me encanta ver a la gente lastimarse a veces, en realidad, sobre todo si yo, de alguna manera, causaba el dolor. ¿Eso no me hace simplemente un angelito?

―Eso es español. Número dos en francés es... número deux.

―¿¡Sabes qué?! ―espeté juguetonamente, irritándome un poco por sus correcciones. Sabía algunas de estas cosas, supongo. Solo lo olvidé, ¿de acuerdo? De cualquier manera, el pequeño Señor Sabiondo simplemente tenía que hacer que alguien se sienta como un verdadero idiota. Pero maldita sea, ¿por qué él hablándome así me excitaba tanto?

Zavier entró en modo de "buen chico" (no es como si nunca estuvo en esa modalidad), y apretó los labios para probablemente detenerse de hablar de nuevo.

Tomé una respiración profunda y me relajé de nuevo.

―Lección número dos, una lección física. Nosotros, mi compañero Zavier, aprendimos todo sobre las emociones de una chica ayer y hoy y, vamos a aprender acerca de la debilidad de una chica. 

Está bien, quizás me estaba moviendo un poco demasiado rápido en estas cosas, pero lo siguiente era el beso francés, así que todo estaba bien. Confía en mí. Todo era muy apropiado, y necesitábamos empezar a poner estas cosas en movimiento. Claro, puede sonar como que lo estoy usando en este momento con las lecciones "físicas" pero realmente quiero enseñarle. Quiero que supere su miedo y deje de estar nervioso y cohibido. No voy a convertirlo en algún idiota. ¡Por supuesto que no! Solo lo convertiré en un joven que sabrá exactamente cómo tratar a una chica con respeto, cómo ser suave (y cuando ser duro, si sabes lo que quiero decir), y, básicamente, cosas por las cuales ya he pasado. Y aunque todo esto era para que él pudiera llegar a Joss, me sentí honrada de ser su primer todo. ¿Supera eso, Joss? Apuesto a que no puedes. Miré a Zavier y noté que me dio una linda cara confundida, una que difícilmente veo en él, ya que es, obviamente, oh-tan-demasiado inteligente.

―Umm, ¿la debilidad de una chica? ¿No debería aprender primero a cómo, sostener su mano o algo así?

Levanté un dedo para cortarlo.

―Ah, esos son los fundamentos básicos, osito de peluche. Vamos, la abrazas, sostienes su mano, ¡eso es todo lo que hay que hacer! Solo tienes que ser casual al respecto, así no hay torpeza.

Se burló.

―Sí, porque no soy torpe en absoluto.

Bueno, cuando lo pones así...

The bad girl and the good boyWhere stories live. Discover now