Cap.6 Sin mangas

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Evelyn Jo

-¡Abre los ojos! -grité a Zavier, ya que el viento era demasiado fuerte para que escuchara mi voz.
-¡No, estoy bien! ¡Gracias!
Me reí y me recosté en su firme pecho, sintiéndolo ponerse rígido. Le había dado mi casco ya que sabía que se iba a poner paranoico acerca de todo esto. Y para mantenernos unidos, tenía que envolver sus brazos alrededor de mí mientras maniobraba la moto en la dirección correcta.
Sus brazos estaban realmente muy apretados a mi alrededor, y eso hizo que mi corazón saltara de alegría. Nunca había conducido una moto con alguien detrás de mí, y estaba muy contenta que Zavier fuera el primero. Seguí sonriendo todo el viaje, sobre todo porque me pareció muy divertido y lindo lo asustado que estaba.
Finalmente deteniéndonos en su camino de entrada, apagué el motor y giré mi pierna por encima de la moto. Zavier se bajó al mismo tiempo que yo, pero perdió un poco el equilibrio, así que agarré sus hombros para sostenerlo.
No pareció sentir mi mano sobre él, ya que simplemente chequeó sus brazos, pecho, estómago, piernas, cara y, luego dio un suspiro de alivio cuando una pequeña sonrisa linda se abrió paso en su cara. Tenía esos hoyuelos tan lindos en el centro de las mejillas, y sus dientes eran tan rectos y de color blanco nacarado. En serio, estaba celosa.¿Cómo podía ser tan cohibido si era así de hermoso?
-Oh, no seas ridículo. Lo estaba haciendo bien -le dije, cuando empezamos a caminar hacia la puerta principal.
-Creo que la velocidad a la que íbamos era ilegal. Muy ilegal. -Se ajustó la mochila en sus hombros, ya que se deslizaba hacia abajo. En el viaje, le dije que pusiera esos tres enormes libros de texto en el interior para que no acabaran cayendo al suelo.
Oh, ¿mencioné que no llevé nada a la escuela hoy? ¿Ni siquiera una mochila? Iba muy poco preparada y no me importó. Todo lo que tenía que hacer era pedirle a alguna chica muy tímida un lápiz y papel, y ella me lo daría sin ningún tipo de preguntas -para ti información, usé el lápiz y el papel para dibujar cualquier mierda al azar-.
Zavier se detuvo en la puerta principal y buscó dentro de los bolsillos de sus pantalones vaqueros. Sacó sus llaves y abrió la puerta. Justo cuando estaba abriendo la puerta para que yo pasara primero, la golpeé abriéndola completamente y entré como un torbellino, ya de camino a ver a mi mejor amiga. La nevera.
Escuché una risa cálida detrás de mí, pero elegí ignorarla por ahora y simplemente saqué un montón de comida para poder empezar a devorarla mientras veía aleatoriamente las imágenes en la televisión.
Había estado pensando en qué hacer con esta habitación mía. Quiero decir, no me malinterpreten, parecía genial y todo, pero sentía que necesitaba algo más, algo interesante.
Me encogí de hombros. Después de todo, solo habían pasado unos días desde que había llegado. Podía hacer todas esas cosas más adelante, si no me sentía demasiado perezosa, que casi nunca sucedía.
Eran las 18:30, y me preguntaba qué estaba haciendo Zavier ahora mismo. Estaba bastante segura de que no estaba en su habitación, ya que hacía unos minutos lo había escuchado caminar por el pasillo y bajar las escaleras.
El último peldaño de la escalera hacía un sonido extraño, así que por eso lo sabía.
Caminando por esas mismas escaleras, vi a Zavier sentado en la pequeña mesa cerca de la cocina mientras hacía su tarea, probablemente ya estaría haciendo tarea universitaria, ya que era muy inteligente.
Me quedé boquiabierta cuando le di cuenta de que llevaba una camisa gris, sin mangas con algún tipo de diseño de color rojo en la parte delantera. Aún no estaba en el último escalón, por lo que no me notó mientras estaba hojeando uno de sus libros de texto.
Me mordí el labio al ver cómo sus músculos malditamente perfectos se flexionaban cuando escribía con su mano derecha, y pasaba las páginas del libro de texto con la mano izquierda.
Poco a poco hice el resto del camino hacia abajo, y cuando levantó la vista, sus ojos deambularon por todo mi cuerpo.
Sabiendo que probablemente Stormy le enseñó bien, supongo que solo me estaba mirando porque llevaba una camisa de gran tamaño, cortesía de Drake, y pantalón corto que casi no se veían debido a la longitud de la camisa, lo que podría parecer como si estuviera en ropa interior de nuevo. Pero bueno, nos conocimos cuando iba solo con ropa interior, así que no hay ninguna diferencia.
Sabía que no estaría usando muchos pantalones por aquí, así que era mejor que se fuera acostumbrando. *Guiño, guiño*
Se sonrojó y se aclaró la garganta, tratando muy duro de mirar hacia cualquier lado excepto a mí. Simplemente no podía.
-Hola -dijo en voz baja.
-Hola, brazos sexy -comenté, guiñándole un ojo mientras se sonrojaba un tono aún más profundo, que casi igualaba el diseño rojo en su camisa.
-Osito de peluche, ¿y ahora brazos sexy? -Su voz se quebró un poco al final, haciéndome sentir caliente de lo ronca y cansada sonaba.
-No es mi culpa que seas tan lindo como un osito de peluche y que tengas unos brazos súper sexys... -le dije y le sonreí -que me gustaría tener alrededor de mí.
No pudo evitar sonreír. Trató de ocultarlo mirando su trabajo.
-Por lo general uso esto en la libertad de mi propia casa, ya que me siento cómodo aquí estando solo mamá y yo. -Hizo una pausa para tomar una respiración profunda-. No iba a usarla de nuevo, pero ella me dijo que solo porque viviera con nosotros una
chica, no significaba que debía dejar de hacer lo que hago... supongo. -Frunció sus cejas oscuras como si no entendiera lo que acababa de decir. Pero yo lo entendí. Era bueno que no quisiera cambiar solo porque yo, todavía una extraña para él, estuviera aquí, viviendo en su casa, el lugar en el que él creció.
-Deberías usarla fuera, como en la escuela y esas cosas. Atraería a un montón de gente. -Infiernos, probablemente incluso atraería a algunos chicos, también.
Zavier se limitó a mover la cabeza en desacuerdo.
-¿Por qué?
En el tono más seductor que pude, le dije:
-Porque ciertamente me atrae a mí.
Reaccionó sonrojándose y tragando el nudo en su garganta. Su clavícula era bastante visible, también, haciéndome desear besar la piel frágil allí.
De repente, por fortuna de Zavier, sonó su teléfono. Lo tomó en el primer sonido sin revisarlo para ver quién era, y lo puso contra su oreja. Frunció el ceño y levantó sus gafas con la mano libre.
-Hol...
-¡Comprueba Facebook! ¡Ahora!
Contuve una risa cuando Zavier apartó el teléfono de su oreja y lo miró con escepticismo, luciendo muy confundido. Reconocí que la voz en el otro extremo de la línea era de Jesse, y no sonaba muy emocionado. Demonios, incluso silbaba como un gato que acababa de ver a un perro. Luego, colgó.
Algo raro debe estar pasando, ¿eh?
-¿Tienes Facebook? ¿En serio? -pregunté. Zavier negó con la cabeza y abrió su MacBook, empezando a escribir a un ritmo muy rápido.
-No, solo uso el de Jesse siempre que quiero comprobar algo. No soy realmente muy aficionado a los medios de comunicación social.
-¿Por qué?
-Son más bien una distracción. Cuando era más pequeño, siempre dejaba todo para después. -Traté de imaginar un Zavier que postergaba las cosas, pero no podía. Parecía el tipo de chico que terminaba todos sus deberes en menos de dos horas, que estudiaba durante al menos una hora o así, y luego se sentaba, tomaba una bebida caliente agradable, y leía un buen libro hasta el toque de queda.
-Oh, no... -Pareció palidecer un poco mientras miraba la pantalla, sin siquiera apartar los ojos ni por un segundo.
-¿Qué pasa? -Inmediatamente me interesé y me senté en el regazo de Zavier para mirar la pantalla. Como la primera vez que me senté en su regazo, él se movió un poco, haciéndome morder el labio ante la sensación de su cuerpo justo debajo de mí.
Lo miré de nuevo, viendo que se cubría la boca y se sonrojaba como loco. Dios, tan lindo.
-Bueno, ¿qué pasa? Saliste del navegador.
-Bien, umm... lo siento... -Tragó saliva de nuevo y se movió. No me di la vuelta mientras él se acercaba a la pantalla. Simplemente me tomé tiempo para mirarlo mientras la luz de la computadora portátil se reflejaba en su rostro suave y adorable. Sus oscuras pestañas rozaban un poco sus altos pómulos cuando parpadeaba, y la lente de sus gafas cuando miraba hacia arriba. Su cabello oscuro caía sobre su ceja derecha. Tuve que detener mis manos de pasarlas por su cabello sexy y disparado en todas direcciones.
De repente se quedó inmóvil y me miró directamente.
-¿Qué?
-Nada. -Sonreí-. Entonces, ¿qué pasa? -Me volví hacia la pantalla e inmediatamente me encontré cara a cara con un perfil en Facebook con el nombre de Willow Rogers.
Su imagen dejaba claro que era el tipo de chica que llevaba el cabello recogido con palillos clavados profundamente. Tenía un poco de acné y gafas muy grandes. Nada que ver con los lindos que llevaba Zavier.
Además, su sonrisa era un poco demasiado. Y por demasiado, me refería a espeluznante. Y por espeluznante, me refería a espeluznante como "cara de violadora".
Fruncí los labios, con ganas de mirar a otro lado. Pero era tan horrible que no me atreví a apartar mis ojos hacia otro lugar.
-¿Quién es...?
-Jesse dice que ella ha estado enamorada de mí, quién sabe cuánto tiempo. Sinceramente, no sé por qué. Pero su estado de... -Señaló hacia su último estado-. Ella dice que está saliendo conmigo.
Leí el estado, y de hecho decía: "En una maravillosa relación con Zavier Coin."
Incluso tuvo el descaro de añadir una cara con un guiño. A decenas de personas les gustaba, y yo ni siquiera quería ver los comentarios. Oh, demonios... ¿quién era esta maldita chica?
Me di la vuelta de repente. Zavier se dio cuenta de lo cerca que mi cara estaba de la suya, pero no se movió ni se inmutó en absoluto. Era como si lo esperara.
-¿Lo está? -Obviamente no, solo... como que, quería asegurarme. Estar 100% segura, también.
-¿Qué? ¡No! N-no... -Puso su mano sobre la cara, pero solo me reí y agarré esa mano para alejarla de su hermoso rostro. Sin pensarlo, seguí mis dedos por su brazo. Se estremeció, siguiendo el rastro que mis dedos dejaban en su piel caliente-. ¿Qué estás...?
-Shhh... -Mi mano, finalmente llegó a la parte superior de su brazo, sintiendo los duros bíceps. Empezó a respirar más rápido mientras sus ojos recorrían mi cuerpo una vez más. Se sorprendió cuando me moví para sentarme mejor en su regazo y llevé mi mano hacia arriba para tirar suavemente de su cabello suave y desordenado.
Me aparté y miré hacia abajo a sus suaves labios rosados. Sí que parecían bastante apetitosos al estar tan cerca de él.
-¿Alguna vez has besado a una chica? -pregunté. Y él se sonrojó. Sabía que lo haría.
Miró hacia abajo y jugó con el bolsillo del chándal de Adidas que llevaba puesto.
Le quedaba muy bien, y del tipo que parecía como de equipo de fútbol.
-Está bien si no lo has hecho. No hay nada de qué avergonzarse.
-Sí que lo hay. Soy un estudiante de último año en la escuela secundaria, que ni siquiera ha tenido una cita en toda su vida. Eso es simplemente estúpido.
Quería decirle lo contrario. No me gustaba que se sintiera mal consigo mismo.
Pero en cambio, quería saber más sobre esa muñeca Barbie y por qué parecía que le gustaba tanto. Admito, ella parecía simplemente la chica perfecta para él. Bonita, inteligente, dulce. Era el paquete completo.
-Háblame de Joss.
Se mordió el labio y lo mordisqueó. Maldita sea, quiero morder ese labio.
-No... no creo que yo...
-¿Por favor? -Lo miré con grandes ojos de cachorrito mientras mordía mi labio y pasaba mi dedo índice a lo largo de su pómulo perfecto.
Él se estremeció ante mi tacto.
-Yo... no es nada.
-Lo es. Tú la aaaamas, ¿no?
Se sonrojó y miró hacia abajo, permaneciendo en silencio por un largo tiempo.
Levantó la mirada hacia mí después de lo que pareció media hora más tarde.
-Es que... me siento tonto diciéndolo en voz alta. Pero me ha gustado desde que estábamos en sexto grado.
-¿Y qué te hizo darte cuenta de que estabas enamorado de ella?
-Primero, no diría que estoy enamorado de ella. No demasiado, por lo menos. En segundo lugar, fue solo ese estúpido juego de girar la botella que hicimos en el recreo, y ella fue desafiada a besarme.
-¡Así que has besado a una chica! -Señalé con el dedo acusador hacia él con una gran sonrisa en mi cara. Pero él se quedó serio.
-No. -Su mano tomó mi muñeca y puso mi mano de vuelta en mi propio regazo-. Fue solo un simple y pequeño beso en la mejilla. Eso es todo.
-Yo te he besado en la mejilla -señalé.
-Sí, pero yo sentí chispas cuando ella me besó.
Me quedé en silencio, mirando fijamente a sus ojos. Así que incluso sintió chispas. Realmente debe haber significado algo para él.
-Dios, eso suena estúpido dicho en voz alta -se quejó.
Estaba a punto de abrir mi boca para decir algo cuando oímos el portazo de auto fuera. Duro. Maldición, ¿quieres romper esa puerta tuya? No es tan barata.
Zavier casi saltó de su asiento, así que me levanté. Pero terminé tropezando con una de las patas de la mesa al tratar de alejarme.
Zavier inmediatamente me agarró por la cintura antes de que pudiera caer, tirando de mí a su duro pecho. Su apretón repentino y fuerte de alguna manera hizo que mi camisa se levantara exponiendo el final de mi estómago, mostrando los piercings de mi cadera y ombligo.
Bajó la vista hacia ellos mientras me apoyaba sobre sus anchos hombros, sintiendo sus cálidas manos sobre mi piel expuesta.
-¿Estás bien? -susurró, todavía mirando hacia abajo.
Solo asentí y puse mis manos en su pecho bien construido, antes de agarrar su camisa en mis puños. Oh, como quiero esta camisa fuera.
-Ves, después de todo pusiste estos sexys brazos tuyos a mí alrededor -bromeé,
inocentemente mirándolo a través de mis pestañas largas.
Las comisuras de sus labios se curvaron como si estuviera tratando de no sonreír, sus mejillas tan rosas y dulces.
De alguna manera, las palabras de Jesse llegaron a mi mente en ese momento exacto. Enséñale a Zavier cómo estar realmente cómodo con las chicas. Enséñale sobre el cuerpo. Es decir, cómo besar, cómo tratarlas bien y cariñosamente, cómo hacerlas sentir bien...
¿Debo realmente hacer eso? Sería bastante divertido, llegar a enseñarle, conseguir besar esos labios suyos. Oh, ahora sonaba toda romántica y esa mierda. Pero quería que él me hiciera sentir bien, incluso si eran solo mis hormonas locas hablando.
-¡Sí! Bradley, ¿quieres dejar de preocuparte por la pobre chica? solo han pasado tres días.
Al oír la voz de su madre, Zavier me soltó y tímidamente se rascó la nuca. Yo me quedé allí junto a él, tratando de reajustar mi camiseta.
-Ella está bien. Ahora debo irme. Su sesión está por comenzar -escuché al Sr. Jilipollas decir algo a través del teléfono antes de que Stormy le colgara y nos mirara.
Ella nos dio una de sus enormes, hermosas sonrisas-. Hola, chicos.
-Hola, Stormy -saludé.
-Hola, mamá -intervino Zavier, le dio a su madre un cariñoso beso en la mejilla, y tomó todas las bolsas que tenía en sus manos.
-Oh, gracias, dulzura. ¿Qué estaba pasando? Podría haber parecido distraída mientras hablaba por teléfono, pero sin duda vi a Zavier alejándose rápidamente de ti, Eve.
Me sonrió, haciéndome tapar mi boca, reprimiendo una risita.
Zavier se sonrojó y negó con la cabeza hacia mí ya que él estaba justo detrás de Stormy. Luego, desapareció en la cocina con las compras en sus manos.
-Nada. Solo estábamos conociéndonos mejor.
-Eso es genial. ¿Cómo fue tu primer día de escuela?
-Genial, en realidad. -Y lo fue. Esta fue la primera vez en una escuela donde no conseguí que me enviaran a la oficina del director, y donde no conseguí una hoja de papel que dijera ¡DETENCIÓN!
Pero probablemente iba a conseguirlo el día siguiente. Lo sabía.
Esa noche fue mi primera sesión de terapia con Stormy. Ella me pidió más información sobre la escuela hoy, pero sobre todo sobre mi vida en mi casa. Quiero decir, la única razón por la que realmente hice todas esas cosas malas con los miembros de mi pandilla fue a causa de las formas muy crueles en que me trataron en el Orfanato. Como si yo fuera un montón de mierda, básicamente. Realmente odiaba hablar de ello, pero da igual. Necesitaba tomar el control y lo hice. Por el bien de que ella me ayudara.
Fue algo muy bueno que solo hiciéramos estas sesiones de terapia una vez a la semana. Fue un poco demasiado pronto para la primera, pero supongo que estaba bien. Solo esperaba poder sobrevivir al resto.

The bad girl and the good boyWhere stories live. Discover now