Cap.9 El chico malo perfecto

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Evelyn Jo

-¿Quién eres y qué diablos le has hecho a mi mejor amigo? -preguntó Jesse inmediatamente, una vez Zavier y yo habíamos salido de la casa el jueves por la mañana.
Decir que él estaba sorprendido era un eufemismo. Parecía un poco enfadado, mientras miraba fijamente a Zavier, casi como si fuese un completo desconocido.
Por supuesto, puesto que Zavier y yo nos saltamos la escuela ayer, estaba sorprendido, Ethan también. Pero oye, parecía que Jesse sólo expresó honestamente lo que sentía y lo respetaba.
-Vamos a la escuela -dijo Zavier, apartando a Jesse del camino con un poco de más fuerza de la necesaria haciéndole tropezar.
Pero conociendo a Jesse sólo de dos días, ya sabía que no dejaría nada de esto ir fácilmente. Por lo tanto, extendiendo su brazo, puso su mano firmemente en el hombro de Zavier. Zavier lo apartó bruscamente y se dio la vuelta para mirar a su mejor amigo con una mirada dura.
¡Maldita sea, se veía tan sexy!
Pero también parecía a punto de matar a su mejor amigo, incluso aunque sabía que no lo haría. Nunca. No importa que tanto quisiese hacerlo en verdad, muy en el fondo.
Pero ¿por qué estaría enfadado con Jesse? ¿Debido a sus ciertas suposiciones y acusaciones?
-Oh, ¿para que puedas saltártela otra vez? -preguntó Jesse, haciendo a Zavier rodar sus ojos hacia el cielo mientras deja salir un profundo suspiro-. Dime, Zavier, cómo es vivir en el lado rebelde ahora, ¿eh? -Cruzó los brazos sobre su pecho para parecer un poco más serio mientras frunzo el ceño ante sus palabras. ¿Quiso decir el lado oscuro por el lado rebelde?
Porque, déjame decirte, no había jodidas galletas aquí. Teníamos que hacerlas nosotros mismos y sabían cómo la mierda. Más desde que Ian "accidentalmente" rompió los huevos de forma incorrecta y lo que puso dentro no era azúcar exactamente, por así decirlo.
-No hay rebeldes involucrados -contestó Zavier con voz severa, pasándose la mano por el cabello.
Jesse sólo alzó las cejas, mirándome mientras arreglaba mi camisa.
Llevaba una camiseta blanca apretada con unos pantalones cortos blancos y un par negro de viejas Converse, con mi cabello hacia arriba en un desordenado, pero sexy, moño. Sí, era uno de esos días.
-Bueno, tenemos a una rebelde justo aquí. ¿Estuviste involucrada en esto, Evelyn? -preguntó Jesse, con sus ojos decididos en mí mientras señalaba a Zavier, quien parecía estar volviéndose muy impaciente por cómo pateó la tierra bajo sus pies.
Definitivamente no me perdí el ligero rubor apareciendo en sus mejillas, posiblemente recordando exactamente el por qué nos habíamos saltado la escuela ayer.
Aunque no recordaba todo, sabía qué tanto lo había alterado.
Sonreí socarronamente a Jesse.
-Tal vez sí, tal vez no.
Obviamente presionando los botones equivocados, lo dejó ir por el momento ya que llegaríamos tarde si no nos dábamos prisa. Pero me advirtió que de alguna forma lo averiguaría, a lo cual respondí mentalmente "buena suerte con eso, amigo".

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Mientras caminábamos hacia la entrada de la escuela, Jesse se detuvo de golpe, haciendo que ambos, Zavier y yo, chocáramos con fuerza contra su espalda.
Pero no pareció perturbado en absoluto cuando metió su mano dentro de su bolsillo trasero y sacó su teléfono.
Zavier suspiró y lo rodeó, empezando a dejarnos atrás, claramente de mal humor.
Quiero decir, en el auto, sólo se puso los auriculares y miró por la ventana todo el tiempo. Me cansé de hablar con él o darle un golpe para conseguir su atención, pero sólo me ignoró hasta que decidí rendirme.
Vale, pensé que estaba enfadado con Jesse, pero ¿por qué conmigo?
Está bien, siendo la zorra egoísta que era, tomé drogas y tuvo que hacerme de niñera. Además, mintió a su propia madre, quien también supuso que me ayudaba. Pero parecía no tener problema con ello ayer.
-¡Mierda! -el grito de Jesse hizo que me estremeciera, e inmediatamente quedé intrigada por su teléfono.
-¿Qué? -Ethan y yo preguntamos al unísono, corriendo a revisar su teléfono que todavía sostenía cerca de su rostro con los ojos muy abiertos.
Ethan agarró el teléfono y lo puso delante nuestra para que todos pudiésemos leerlo al mismo tiempo. Pero Jesse sólo se cubrió los ojos, como si el texto pudiese quemar sus jodidos ojos si lo miraba una segunda vez.
Estaba confusa por el contenido del texto, que decía algo sobre un tipo llamado Davne Conrad que abandonó la cárcel.
Fruncí el ceño confusa, ya que Jesse y Ethan alzaron la vista en sincronía hacia Zavier. Algunas personas a nuestro alrededor también recibieron el mensaje, y
parecieron tan sorprendidos e impresionados como nosotros. No sabía exactamente el por qué.
Zavier se había detenido en seco a pocos metros de distancia y cuando se dio la vuelta, todos nos dimos cuenta de que tenía su teléfono agarrado con fuerza en su mano derecha, mirando hacia él, con los ojos muy abiertos. Su rostro estaba pálido y juro que
estaba a punto de desmayarse en ese mismo momento.
Mi suposición era correcta, ya que Jesse y Ethan rápidamente lo rodearon y lo atraparon cuando se tropezó hacia atrás.
Tragó, su nuez de Adán viéndose claramente, cuando miró frenéticamente alrededor del estacionamiento.
-Tío, Zavier -Jesse animó a Zavier cuando comenzó a toser y respirar rápidamente. Dios, incluso estaba asustándome a . ¿Qué demonios estaba pasando?Parpadeé rápidamente cuando Jesse subió su mano y abofeteó a Zavier en la cara, haciendo que su cabeza gire en un rápido movimiento y casi caer en otra dirección. Pero de buena gana, Ethan le cogió justo a tiempo-. ¡Zavier! ¡Cálmate! ¡No es como si el tipo estuviese aún detrás de tuyo! ¡Aún no sabemos por qué está de vuelta!
-Sólo sácame de aquí -Zavier consiguió decir entre duros jadeos
-. No me importa si me... -tropezó en sus palabras, tratando de liberarse de los brazos fuertes
sujetándole con firmeza en su lugar-. ¡No me importa! -Su rostro estaba rojo de la ira y juro que estaba a punto de golpear a sus dos mejores amigos que realmente estaban intentando calmarle.
-Zavier, ¿¡qué pasa!? -le pregunté, notando que la gente que pasaba caminando le miraba.
Su camisa azul oscura estaba siendo tirada tanto que su clavícula y su hombro fueron expuestos, y vi cómo sus músculos se flexionaron de lo tenso que estaba.
Si no fuera por lo asustada que estaba ahora mismo, probablemente lo que él estaba teniendo era una especie de ataque de pánico, habría tenido algunos pensamientos sucios acerca de lo jodidamente atractivo que parecía, incluso si él estaba aterrado.
-¡Nada! ¡Soltadme!
Tenía que ayudarle. Quería ayudarle. Pensando en los momentos en los que Drake siempre me consoló, recordé cómo siempre me sostenía de modo que me sintiera segura en sus brazos. Hablaría con él sobre cualquier cosa y me sentiría bien sólo teniendo a alguien escuchando toda la mierda que tenía que decir.
Así que sin ninguna otra vacilación posible, di unos pasos hacia delante hasta llegar a los tres chicos. Inmediatamente, puse mis cálidas manos en las mejillas de Zavier, cuando alzó la vista con ojos suplicantes. Tenían tanto en ellos, pero ahora mismo sólo me dijeron cuán realmente asustado que estaba, cuán desesperado estaba por salir de este lugar. Vivo.
-Soltadle. Le tengo -dije en voz baja a los dos chicos que todavía le sujetaban. Ethan miró a Jesse por una respuesta, mientras que Jesse sólo hizo una pausa y finalmente suspiró como si está de acuerdo. Lentamente comenzaron a soltarlo y me aseguré de no alejar mi mirada de Zavier.
Parecía simplemente un niño perdido, con una vida no-tan-perfecta. De repente me recordó a... bueno, a mí. Cómo de rota parecí cuando necesité a alguien.
Bueno, yo era una delincuente, la criminal que supuestamente no tenía corazón y necesitaba ayuda. Pero, ¿Zavier? Me estaba cambiando lentamente, y no iba a dejarlo cuando él estuvo para mí estos últimos días. No iba a dejarlo allí sin esperanza. No iba a dejarle solo para hacerle frente a cualquier problema que tuvo que pasar.
-Está bien -le dije, aunque aún no sabía el porqué de tanto alboroto.
Agachándose sobre sus rodillas cuando sonó la campana, me puse en cuclillas junto a él. De repente, agarró mi cintura y tiró de mí hacia su cuerpo tembloroso.
Estaba sorprendida, por no decir más, pero esto era agradable. Dios, era tan caliente. Pero el hecho de sentirlo temblar tanto inmediatamente me hizo temer por su vida. Su respiración salió en jadeos irregulares, y sentí su aliento gélido en mi cuello. Mi espalda estaba arqueada por su apretado agarre alrededor de mí. Puse mis brazos alrededor de su cuello, deslizando mis dedos en su cabello oscuro para abrazarlo con la misma fuerza.
Al cabo de un rato, se había calmado un poco, sólo por tener a alguien sosteniéndole.
Tímidamente alzando la vista, encontró mis ojos y vi unas cuantas lágrimas en ellos. Sus cejas surcadas con tristeza y necesité toda mi fuerza de voluntad para no besarlo en ese momento, para hacerle olvidar el maldito mundo que nos rodea.
Pero cuando se inclinó un poco más cerca, sentí a mi corazón sobresaltarse con emoción. Me incliné un poco, también, trayendo sus labios más cerca de los míos tirando gentilmente de su suave cabello.
Excepto que las cosas buenas siempre tienen que terminar, ¿verdad?
-¿Z-Zavier?
Alejando su mirada de la mía, giró su cabeza hacia la izquierda para ver a la persona que le había llamado por su nombre. Mis labios tocaron su mejilla derecha ahora, y me escondí, abrazándolo y ocultando mi cara en su cuello.
No sé por qué lo había hecho, pero bueno, su enamorada sólo nos vio muy íntimos, y la verdad es que me pregunté cómo se sentía. No necesitaba darme la vuelta para mirarla, y parecer que le restregaba todo esto en la cara.
Esto habría sido genial si no fuese por la gravedad de la situación.
-Joss. Umm... -tragó con fuerza, cuando le di un mordisco suave en el cuello.
Cambió con mi toque, tratando de separarme de él ahora.
Aghh, ¿de verdad? ¿Sólo porque la señorita Barbie perfecta estaba aquí para salvar el día? Bueno, Osito de peluche, ¿por qué no le vas llorando a ella entonces?
Mi opinión cambió cuando se levantó temblorosamente y me agarró la mano para ayudarme también. Pero esta vez, no me apartó.
-¿Qué está pasando? Le pregunté a Jesse y a Ethan sobre ti, y conseguí este mensaje. Pensé que te gustaría un poco de compañía, pero obviamente ya la tienes-dijo dulcemente, su mirada de ida y vuelta entre nosotros.
Ante eso, Zavier bajó la mirada como avergonzado de lo que hicimos. Alborotó su cabello un poco, haciendo que algunas partes se levanten.
Después de lo que pareció unas decenas de minutos más tarde, finalmente habló, su voz rompiéndose un poco.
-Y-yo estaba a punto de llamar a mi madre para viniera a recogerme, o ir a la enfermería porque estoy...
-Si quieres, puedo llevarte a casa en su lugar -sugirió, jugando con sus dedos mientras le sonríe, como si fueran los únicos allí.
-Y-yo no sé qué...
-¿Por favor? Davne realmente te asustó, puedo decirlo.
Ante la mención del nombre,
Zavier se estremeció y casi aplastó mi mano por cuán fuerte se aferró a ella.
Me di cuenta ahora de que se veía un poco menos asustado, aunque su voz todavía temblara y tartamudeara sus palabras.
También parecía un poco más tranquilo, probablemente sólo por tener a la muñeca Barbie cerca y hablando con él.
Soltándole la mano, alzó la vista hacia mí con preocupación. Pero sin una palabra más, caminé hacia el interior de la escuela, haciendo caso omiso de las llamadas de Zavier.
Él estaba en mejores manos y yo lo sabía.

The bad girl and the good boyWhere stories live. Discover now