CAPÍTULO 31

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—Ese regalo no es mío como para que yo sea quien te lo dé.

—No seas tonta...

—No lo soy.

Entonces, _____ cruzó la habitación y fue a recoger su bolso. Después, regresó a su lado y se sentó con él encima de la cama. Era tan ligera que la cama ni siquiera se movió. Algunas veces Louis se olvidaba de lo frágil que era, dado que ella tenía una actitud tan arrolladora.

—Olvidémonos de todo esto y vayamos a lo de la repetición —susurró él, colocándole una mano en el muslo.

—No.

Louis miró el papel que ella le entregaba y se dio cuenta de que tenía fecha de siete semanas atrás. Era un mensaje de correo electrónico dirigido a ____. Conmoción, ira, traición... Experimentó todos aquellos sentimientos, que parecían luchar entre sí para ver cuál de ellos se manifestaba. Se quedó con la ira porque era con el que más cómodo se sentía.


—¡Maldita sea, ____! Sé que no puedes evitar husmear, pero creía que me habías dicho que no volverías a hacerlo.

—No estaba husmeando. Me enviaron esta carta por una búsqueda en internet que hice sobre ti. —replicó ella, dispuesta a no ceder aquella vez. Se sentía como una Amazona luchando contra los hombres. Y estaba haciendo un estupendo trabajo.

—¿Por qué me muestras esto ahora?

—Porque tienes una madre y hermanos, Louis.

—Eso no es cierto —replicó él—. Soy huérfano.

—Ya no —dijo ella, suavemente. Sin embargo, aquel tono de voz no logró aplacarle, Al contrario, pareció enfurecerle aún más. Nunca se hubiera esperado que _____ hiciera aquello.

—Esta carta no menciona hermanos — afirmó él.

—Llamé a mi padre, que es juez, y él me dio el nombre de un colega en esta zona.

—Maldita sea, _____.

Se sentía herido, de un modo que jamás hubiera creído posible experimentar. Si aquella carta era cierta, entonces toda su vida había sido una mentira. No había sido el adorado hijo de unos padres que se le habían arrebatado en los primeros años de su vida.

La verdad era aún peor. Se le había rechazado porque se había considerado que no era lo suficientemente bueno como para quedarse con él. Lo último que quería en aquellos momentos era una madre o unos hermanos.

—Confiaba en ti...

—Ya lo sé y yo no estaba buscando esto. Lo único que quería encontrar era un primo o un tío, o un pariente lejano para que no te sintieras tan solo en el mundo, para que te arriesgaras a que pudiera haber algo entre nosotros.

____ le tocó en el hombro, intentando abrazarle, pero él se zafó de ella y se puso de pie.

—Evidentemente, lo que hay entre nosotros es una relación en la que tú me manipulas —dijo él. Nunca había esperado un final feliz, pero tampoco que ella le clavara un cuchillo en la espalda.

—Louis, eso no es cierto —replicó ella, colocándose las gafas.

—Sí que lo es, cielo. Si no, ¿qué es lo que tenemos?

A Louis le resultó imposible retirar el sarcasmo de su voz. Quería herirla tanto como ella le había herido a él. Se sentía como si ____ le hubiera arrebatado su armadura de protección y se sentía desnudo, expuesto y vulnerable.

—Podríamos tener amor si tú te abrieras un poco más —musitó ella.
Aquel temor le dio las fuerzas necesarias para volver a protegerse.

—El amor y la traición no son buenos compañeros de camino.

—Yo no te he traicionado.

—Claro que lo has hecho y nunca te perdonaré por ello.

Louis se vistió rápidamente y salió del dormitorio. Oyó que ella salía detrás de él hasta la puerta principal.

—Por favor, Louis, no te vayas así, tan enfadado.

—Esto no es enfado —replicó él, mirando por encima del hombro.

Entonces, cerró la puerta y se marchó. Nunca había esperado aquello. No sabía cómo enfrentarse a aquella nueva situación, pero se dio cuenta de que aquello formaba parte de su destino. Se había permitido un momento de felicidad y se le había castigado por ello.

Una profunda tristeza se apoderó de ____ al ver que las luces del coche de Louis desaparecían en el horizonte. Siempre había sabido que la dejaría. Dentro de ella, una cruel voz le recordaba que nunca había creído ser lo suficiente mujer como para sujetarle. Había tratado de llevar la primavera al invierno de su vida y él la había rechazado sin pensárselo.

Se sentía tan mal que le hubiera gustado poder convertirse en una bola y poder llorar sin que nadie la viera. Trató de aplacar su ira dando un portazo. Cuando entró en el comedor y vio los regalos que, solo treinta minutos antes habían parecido perfectos, los trozos de pastel y la mesa donde habían hecho el amor... Entonces recordó que solo había sido sexo.

El amor real no había estado con ellos en aquella habitación. Solo había habido amor por su parte.

En aquel instante, _____ se dio cuenta de que no era un fracaso por su parte. No podía hacer que Louis la amara. Si él no entendía el regalo que ella había intentado darle, era él el responsable de aquella pérdida, aunque a ella también le afectara. Louis había llenado su vida de un modo que le había resultado desconocido hasta entonces.


Él había llenado todos los recovecos que ella había tratado de decirse que no existían con su presencia. ____ recogió la foto en la que aparecían los dos, observó y recordó. Su primera noche con un hombre. La magia de Louis a la luz de la luna. Su cabeza al lado de la de ella en la tenue oscuridad de un avión, compartiendo secretos que a él le avergonzaban.


Recordó su frío e impersonal despacho, su vida vacía y su trabajo. El modo en que siempre había estado moviéndose para evitar que, en el momento en que parara, alguien le abandonara. _____ se dijo que había intentado ayudarle, pero que .él la había rechazado. Como guerrero que era, luchaba para ganar y en ese tipo de batalla emocional, ____ no tenía escudo para protegerse ni modo alguno de defenderse.


Dejó la fotografía sobre la mesa, sin permitirse llorar, porque sabía que si empezaba, no podría parar nunca. Ya la había dejado antes. Lo único que tendría que hacer era acostumbrarse al hecho de que él nunca más regresaría. Sobre todo, porque ella no podría soportar ver cómo él volvía a abandonarla.

BELLA POR PRIMERA VEZDär berättelser lever. Upptäck nu