CAPÍTULO 15

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 No quería reconocer que sería capaz de hacer mucho más que eso por ella. En vez de construir barreras o reforzar las que lo habían protegido durante años, dejaba que aquella mujer se deslizara entre ellas.
Sin embargo, no pareces estar acostumbrado a ser un chico malo.
—Tienes razón —contestó él, asombrado una vez más de su poder de percepción—. Fui policía durante seis años.
—¿De verdad?
En aquel momento, el avión se movió violentamente, lo que evitó que él contestara. ____ se sentó muy rígida, con los ojos abiertos por el miedo.
—¿Qué ha sido eso?
—Solo una ligera turbulencia —respondió Louis, más acostumbrado a viajar en avión.
—No me gusta.
Louis levantó el reposabrazos que había entre los dos asientos y la rodeó con el brazo, estrechándola contra la curva de su cuerpo. _____ parecía encajar perfectamente en aquel espacio, como si estuviera hecha solo para él.
El avión perdió de nuevo altura, aquella vez más violentamente.
—Señoras y caballeros, les habla el capitán. Estamos pasando por una zona de turbulencias, pero todo va perfectamente.
_____ agarró el muslo de él, clavándole las uñas. Luego, se aferró a la mano de Louis. Su nerviosismo resultaba visible en la agitada respiración y en el pulso.
—¿Cielo?
—¿Sí?
—No permitiré que te ocurra nada.
No sabía de dónde había salido aquella promesa, solo que se había visto obligado a hacerla.
—Por favor —les rogó una de las azafatas—, asegúrense de que tienen los cinturones de segundad abrochados y de que las bandejas están en posición vertical.
Automáticamente, Louis se inclinó para ajustar un poco más el cinturón de ____. No dejaba de pensar en lo peor que podría pasarles. _____ era demasiado frágil como para poder cuidarse de sí misma. Si chocaban, haría todo lo posible por protegerla con su cuerpo.
De nuevo pasaron por otra turbulencia y el avión volvió a dar otra sacudida. Louis apretó un poco más la mano de ____. Era tan frágil. Otra turbulencia les lanzó de nuevo a los dos hacia delante. Louis la sujetó para que no se golpeara con el asiento delantero. ____ levantó los ojos y lo miró intensamente.
—¿Qué te pasa?
—No quiero morir —respondió ella, con voz suave.
—No vamos a morir.
—Eso no lo sabes.
Louis no sabía cómo calmarla. Le frotó la mano sobre el hombro, animándola a que se apoyara sobre él. Entonces, ____ susurró algo que él no pudo comprender.
—¿Qué has dicho, cielo?     
—Que no quiero morir siendo virgen —musitó ella, mirándolo con sus enormes ojos castaños.
—No lo harás.
Al oír aquella confirmación de su inocencia, Louis debía haber decidido de un modo más vehemente alejarse de ella. Sin embargo, le hizo desearla aún más y querer ser el hombre que despertara a aquella bella durmiente de su sueño.
  El avión parecía haber superado las turbulencias pero, de todos modos, Louis no la soltó, aún cuando el capitán les aseguró que el vuelo transcurriría sin incidentes hasta que llegaran a Atlanta.
—No me hubiera confesado contigo si hubiera sabido que íbamos a vivir —dijo ella, entre risas.
Él se figuró que aquella alegría era solo un mecanismo de defensa. Tras besarla suavemente en los labios, quiso profundizar un poco más, pero no lo hizo. En su corazón, sabía que un beso de ___ nunca le sería suficiente.
Ella suspiró y se recostó contra él. Lo miraba con ojos luminosos, que brillaban con la tenue luz de lectura del avión. Le hubiera gustado acariciar aquella suave piel, solazarse en el hecho de que habían superado una situación tan crítica, en la diferencia entre hombre y mujer. Anhelaba tomarla entre sus brazos y besarla, saborearla una vez más, pero no lo hizo.
—¿Te encuentras bien? —preguntó él, contemplando un mechón de cabello que se había soltado, deseando utilizar aquella excusa para tocarla.
_____ suspiró y le tocó el brazo, dejando que sus dedos juguetearan con la tela de la camisa blanca. Louis se dio cuenta de que sus defensas debían haber estado bajas por la fatiga y tal vez por aquella confesión, pero había un aire íntimo entre ellos que no quería perder.
—Sí, pero no me gusta volar.
—¿Por qué?
—No sé. Me siento vulnerable en el cielo. ¿De verdad fuiste policía?
—Sí.
—¿Por qué lo dejaste?
—Murió mi esposa.
—¿Estuviste casado?
—Sí.
—¿Cómo murió? ¿Te importa decírmelo? Si no quieres, no lo hagas. No quiero husmear.
Louis no sabía si debía decírselo. Pensó en la alegría de Ashley cuando los dos se graduaron en la academia de policía y empezaron a trabajar. Entonces, se metió la mano en el bolsillo y buscó el anillo de Ashley.
—Era policía, como yo. Una noche, la asesinaron mientras estaba de servicio.
Los ojos de ____ parecían querer transmitirle su dolor. El contacto de su mano le sugería que se consolara con ella. Cuando abrió los brazos, parecía decirle que se acurrucara contra su pecho y olvidara su dolor.
Aunque sabía que no debía, Louis era un hombre y tenía las debilidades de los seres humanos. Por eso, dejó que ella lo tomara entre sus brazos.
Aquel abrazo era cálido y pareció interminable. Al sentir los frágiles huesos de ____ bajo sus manos, se dio cuenta de que había ansiado aquel abrazo desde hacía mucho, mucho tiempo.

BELLA POR PRIMERA VEZHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin