CAPÍTULO 26

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Sabía que él estaba sufriendo. No podía haber estado con ella y no haberse dado cuenta de lo que ____ sentía. Sabía que él no había querido darle esperanzas, pero se sentía tan dolorida que solo quería pagarle con la misma moneda.

Aquel deseo de venganza la sorprendió. No era su estilo hacer daño a los demás. ¿Por qué iba a querer hacerle daño a la única persona que amaba?

Se puso el vestido y salió de la habitación, con el peinador en el brazo. Por suerte, su habitación estaba en la misma planta, por lo que se dirigió a ella rápidamente. Justo cuando estaba llegando, se abrieron las puertas del ascensor. Rápidamente, sacó la llave y abrió, para cerrar enseguida con un portazo.

¿Y si alguien, especialmente su jefe, la había visto con el mismo vestido de la noche anterior? Ya no importaba. No le había quedado más remedio que pasar la noche con el hombre que amaba.


Su vuelo no salía hasta por la tarde. Se había imaginado que pasaría el día con Louis. Entonces, alcanzó el teléfono y, tras hablar con recepción, confirmó que el señor Tomlinson habían abandonado el hotel. El encargado de recepción había cambiado su vuelo por uno que salía a primera hora de la mañana.

____ pidió que le reservaran plaza en el siguiente vuelo y fue a darse una ducha. Louis no iba a deshacerse de ella tan fácilmente. Era su media naranja e iba a luchar por él.

¿Era ella realmente? estaba de pie, frente al elegante edificio de apartamentos donde vivía Louis, dudando por primera vez desde que había salido de Hilton Head. Vio su reflejo en la puerta de cristal. Llevaba un traje muy elegante, que había comprado en la selecta boutique del hotel antes de marcharse. El pelo todavía conservaba parte del volumen y la forma del día anterior. Por una vez, le gustó la imagen que un espejo proyectaba de ella.

Aquella mujer era fuerte, una mujer que podría conseguir que cualquier hombre se enamorara de ella. Tras abrir la puerta, atravesó el vestíbulo de entrada y se dirigió a los ascensores. Antes de dejar el hotel, había utilizado el ordenador para acceder al directorio de la empresa y averiguar la dirección de Louis. Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el piso de Louis, dejó que su ira la empujara por el pasillo, esperando que también ocultara su profundo dolor.


Llamó al timbre y esperó. Al ver que tardaba en abrir, se preguntó si estaría en casa. Entonces, oyó que se acercaban unos pasos y alguien abría la puerta.


-____ -dijo, con un aspecto agotado y perdido. ___ sentía la contradicción de experimentar furia y compasión por él.


-No voy a consentir que vuelvas a dejarme.

Louis se hizo a un lado y, con un gesto, la invitó a pasar. A veces, sus modales eran casi bruscos.

El apartamento estaba poco amueblado, pero era tranquilo, algo que ella no parecía conseguir. _____ recorrió el apartamento, incapaz de quedarse quieta.

-Tranquilízate.

Aquella simple palabra la asustó, haciéndola volverse para mirarlo. Sin querer, golpeó un jarrón japonés que parecía realmente caro. Intentó atraparlo, pero no pudo. Afortunadamente, Louis dio un salto y lo agarró antes de que cayera.

-Siéntate antes de que destroces toda la casa.

____ se sentó en el sofá, de piel negra, pero no le gustó. Louis se mantuvo de pie, haciendo que ella se sintiera como una simple mortal, contemplada desde las alturas por un dios mítico.

-¿Por qué te marchaste sin dejarme ni siquiera una nota?

-Te prometí una noche.

-¿Y significaba eso un número específico de horas y ya nos habíamos excedido?

-No -respondió él, masajeándose el cabello. Entonces, se sentó a su lado.

-Louis, sé que esto es muy difícil para ti, pero...

-Entonces, déjalo estar.

-No puedo. Me preocupo por ti.

-No. No te preocupes por mí -dijo Louis, agarrándola por los hombros.

-Ya es demasiado tarde...

-_____ -empezó él, poniéndose de pie y paseando de arriba abajo en la habitación-, por naturaleza soy un hombre inquieto. Viajo mucho con este trabajo y me gusta así.

-¿Y qué tiene eso que ver conmigo?

-Me gusta porque no puedo formar vínculos con nadie.

-A mí me parece que es una vida muy solitaria -susurró ella, sintiendo que las lágrimas le acudían a los ojos.

En aquel momento, Louis se arrodilló delante de ella y le tomó el rostro entre las manos. Las lágrimas que tanto había luchado por controlar, cayeron abundantemente por las mejillas. Eran lágrimas por un amor que había muerto antes de poder tener una oportunidad.

-Cielo, cada vez que yo me preocupo por alguien, los pierdo. Y no correré ese riesgo contigo.

-Yo no te amo.

-Claro que me amas.

¿Cómo podía estar tan seguro? ¿Cómo podía saber lo que sentía ella y no comprender lo que él mismo tenía en su corazón? ¿Por qué no podía amarla?

-No voy a permitir que me dejes de lado. Tú no me has perdido, me has ayudado a florecer y convertirme en la mujer que siempre he querido ser.

-Siempre has sido esa mujer de la que hablas.

-Si lo único que quieres es una aventura, me conformo con eso -musitó ella, inclinándose para besarle suavemente en la mejilla.

-Tú te mereces más.

-Y tú también.

¿Cómo no se daba cuenta? ¿Cómo podía mirarse en el espejo y ver solo dolor en la vida en vez de gozo y pasión? ____ se dio cuenta enseguida que debía ser porque no tenía familia.

Decidió buscar en su ordenador por si podía encontrar algún familiar vivo. ¿Cómo había podido crecer sin amor? Ella tendría que mostrárselo.

Tomó el dedo pulgar de Louis y se lo metió entre los dientes, acariciándolo ligeramente con la lengua. Él respiró profundamente y entornó los ojos, lleno de placer.

-Maldita sea, ___...

-Sí, maldita sea, Louis.


-¿Qué quieres de mí?

-Una oportunidad.

«Una oportunidad para demostrarte que no eres la persona tan destructiva que crees que eres».

____ pasó la noche en casa de Louis. Le resultó extraño dormir en otra cama que no fuera la suya. El despertador digital que había en la mesilla de noche marcaba las dos y media. La respiración de Louis era tranquila. Parecía estar cómodo con su presencia.

Con mucho cuidado, se levantó de la cama. Fue al salón y se puso a mirar por la ventana, para analizar los motivos que la habían llevado allí. ¿Sería cierto que Louis necesitaba ser amado y poder amar a su vez? ¿O se sentiría como el día del partido de béisbol, como cuando llevaba unas ropas que no eran propias de ella, incómoda y fuera de lugar?

Trató de convencerse de que había hecho bien en ir allí, pero no lo consiguió. Se dio cuenta enseguida de que no se puede forzar a nadie a salir de un escondite a menos que dicha persona quierasalir. Darse cuenta de aquello le produjo una enorme tristeza.

Nunca había sido agresiva en sus relaciones personales. Sin embargo, con Louis era diferente. Era el hombre que le había enseñado que el sexo era algo más que la culminación del deseo físico, siendo la unión mística de dos almas.

BELLA POR PRIMERA VEZWhere stories live. Discover now