"Prometí nunca más enamorarme de alguien, y tú no serás la excepción."
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"No conozco al amor, sólo al odio y la venganza."
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"Después de todo, no somos tan diferentes."
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Toqué el timbre de su casa varias veces pero nadie me abría, así que decidí buscar la ventana de su cuarto. Una vez encontrándola, la toqué varias veces hasta que por fin la abrió. Entré y la encontré sentada en un rincón con las rodillas pegadas a su pecho.
"Morín.. Qué tienes?" le pregunto.
"No te hagas, tú sabes lo que pasó," me dice, "por eso viniste a buscarme."
Doy un gran suspiro antes de sentarme al lado de ella. No estaba llorando ni nada, pero podía ver la tristeza y el coraje en sus ojos.
"Necesitas desahogarte?"
Ella se quedó callada y bajó la mirada.
"Puedes golpearme todo lo que quieras si eso te hace sentir mejor," añado.
Con esto logré que soltara una pequeña risa.
"Quería culparte por todo esto, pero en realidad todo es mi culpa por haber aceptado esa maldita semana de vacaciones," me dice.
"Pero nos divertimos, no?"
Noté que quería decir algo pero se detuvo y se quedó callada.
"Entiendo que estás enojada ahora pero sólo quiero dejarte saber que aquí estoy para ti."
"De nada me sirve que estés aquí."
"Morín-"
"No lo entiendes? Perdí a mi mejor amigo, y todo por algo estúpido."
"Por qué se pelearon exactamente? Digo, se puede saber.."
"Por unas tontas llamadas," me explica, "él dice que me estuvo llamando toda la semana cuando en realidad no fue así por que yo tenía el celular conmigo todo el tiempo y no recibí ninguna llamada."
Una vez que dijo esto, me sentí mal, pues yo era el culpable de todo esto. Yo fui el que tomé su celular y bloquee a su amigo para que no nos interrumpiera nuestras vacaciones.
Si ella se llega a enterar, me matará, pensé.
"Tú que crees que haya pasado?" me pregunta.
"Um no sé, tal vez no podías recibir llamadas por que estábamos lejos?"
"Pudo llamarme la primera vez, así que eso no tiene sentido."
"Cierto.."
"Usualmente no soy de ese tipo de personas que se disculpan pero creo que por mi mejor amigo, vale la pena," dice sacando su celular.
"Espera!" grito al tomar su brazo.
"Qué?"
"Me lo prestas?"
"Para qué?"
"Es que tengo que hacer una llamada importante y olvidé mi celular en el colegio.."
"No eres muy bueno para mentir," me dice, "de aquí veo tu celular en tu bolsillo."
