"Prometí nunca más enamorarme de alguien, y tú no serás la excepción."
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"No conozco al amor, sólo al odio y la venganza."
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"Después de todo, no somos tan diferentes."
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No es permitido hacer copias o adaptaciones.
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Me pego en la frente mentalmente. Debí saberlo, pensé.
"Te lo dijimos Bautista, es imposible conquistar a una chica con corazón de hielo," me dice Juanpa.
"No. Es sólo cuestión de tiempo para que caiga en mis brazos," les digo.
"Y ahora que piensas hacer?" me pregunta Sebas.
"Hmm..." me pongo a pensar, "al principio, me haré el adolorido por unos días y si eso no funciona, la dejaré en paz por unas semanas para después decirle que ya sabía que ella y su amigo fingían ser novios todo este tiempo."
"Cómo es que eso te ayudará a conquistarla? Genio," me pregunta RK.
"Le pediré que empecemos desde 0 como amigos. Con el tiempo lograré enamorarla y le pediré que sea mi novia," le digo lo último en un tono obvio.
"Buena suerte hermano, por que ya estamos empezando a oler esos $2500," me dice Mario (Ruiz).
"JA! Sigan soñando!" me burlo.
-Narra Morín-
El resto del día pasó volando y ya era hora de irnos. Mientras esperaba a que Joel sacara sus cosas del casillero, escucho que Mario grita mi nombre a lo lejos. Sin pensarlo dos veces, agarro a Joel y lo beso. Al separarnos, noto que Mario ya se fue.
"Perdón, es que ahí venía Mario y pues es lo primero que se me ocurrió hacer," le explico.
"Está bien, no tienes por que darme tantas explicaciones," me dice.
"Por cierto, ya estas mejorando con el beso eh," le guiño un ojo riéndome, mientras que el se sonroja.
Nuestra amistad es un poco rara pero así me gusta. Cuando nos besamos no es incómodo ni asqueroso, ya que no es la primera vez que lo hacemos. De hecho, hubo una vez cuando lo enseñé yo misma. Que por qué lo hice? Por que es mi mejor amigo y quiero asegurarme que bese bien cuando tenga novia.
Una vez que terminó de meter todas las cosas en su mochila, me subo arriba de su espalda.
"Oye, qué haces?" me pregunta riéndose en voz baja.
"Estoy cansada Joelito," recuesto mi cabeza en su hombro, "tengo flojera caminar."
Rodó sus ojos pero aún así me llevó en su espalda hasta llegar a su auto.
"Ahora sí, bájate," me dice.
"Ugh okay," me quejo.
Entré al auto y nos fuimos.
Al llegar a mi casa, aviento mi mochila por la sala y me siento en el sillón.
