"Prometí nunca más enamorarme de alguien, y tú no serás la excepción."
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"No conozco al amor, sólo al odio y la venganza."
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"Después de todo, no somos tan diferentes."
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"Quieres gritarlo más fuerte?" le pregunto sarcásticamente.
"Está bien, si tú lo dices..."
Antes de que abriera su boca de nuevo, le meto la servilleta.
"Estaba siendo sarcástica idiota."
"Pizza para Morín Bautista!" gritó el señor con la pizza mientras la ponía en la mesa.
Mario sólo me sonrió con la misma cara de estúpido.
Lo pateo por debajo de la mesa, "Te odio."
"Eso no dolió," me dice.
"Quieres que te de en-"
"Okay ya mejor hay que comer, no?" me interrumpe por que bien sabía donde lo iba a patear.
Justo cuando iba a tomar un trozo de mi lado, Mario decide servirme uno del suyo.
"Oye, tú perdiste así que te toca comer de mi lado," me dice.
"Ugh, es que no me gusta."
-Narra Mario-
"Entonces te propongo algo más," le digo.
"Qué cosa?" me pregunta.
"Qué prefieres, comerte un pedazo de mi pizza o besarme?"
De pronto, siento una cálida sensación sobre mis labios, lo cual fue algo inesperado. Ella estaba besándome.
De nuevo, empecé a sentirme algo raro, como si me hubiera gustado el beso o algo así.
Pues es por que te gustó, admítelo. No empieces, sí? Sí empiezo, sí? Ya cállate. No, hasta que lo admitas. Admito que quiero verla sufrir. Sí como no.
-Narra Morín-
Ya van como 5 veces que digo su nombre y el idiota de Mario seguía sin decir nada. Parecía seguir apendejado por el beso que le di. Apenas voy comenzando y parece que ya perdió.
Como no me contestaba, decidí tomar el vaso de agua fría y aventárselo.
"Hija de... P-Por qué hiciste e-eso?!" pregunta enojado y friolento.
"Por que llevo más de 5 veces hablándote," le digo en un tono obvio.
"Eres una-" se detiene, "es decir, gracias."
"De nada," le digo, "pues ya lo hice."
"Pues sí, ahora me dio frío."
"No, yo hablo de lo otro... Lo del beso."
"Ah, eso..." dice, "creí que la última vez que te besé iba ser la última."
"Pues era eso o comerme un pedazo de tu lado, así que ni te ilusiones," le digo.
Él se ríe levemente, "De que hablas? Yo me ilusione desde que te vi."
Esta vez no sabía si hablaba en serio o sólo lo decía para que él ganara y yo cayera. Pero más seguro que es la segunda opción.
Una vez que terminamos de comer, salimos de la pizzería y caminamos por la calle hasta llegar a un parque.
