·35· Sólo Hoy

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Sin embargo, él no me contestó a la primera, así que decidí llamarle varías veces hasta que me contestara

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Sin embargo, él no me contestó a la primera, así que decidí llamarle varías veces hasta que me contestara.

"Qué quieres?" me pregunta en un tono enojado.

"Uy, alguien se levantó de mal humor hoy..."

"Me llamaste sólo para decirme eso?"

"No, ya dime por que estás enojado y lo que me ibas a decir ayer."

"Te lo diré en clase," me dice.

"Dime ahora, por que no voy a ir al colegio.." le digo.

"Cómo que no vas ir?"

"Pues, es que Mario-"

Él me interrumpe diciendo, "Mirii, Mirii, siempre con tu Mario, Mario esto, Mario lo otro."

"Oye, qué te pasa? Me hablas como si yo quisiera estar con él."

"Pues así parece."

"Pues no, pero esa es la idea."

"Que te alejes de tu mejor amigo sólo por que quieres ganar la batalla que tienen entre ustedes dos? Dime, esa es la idea?"

"No, la idea es que él piense que quiero estar con él y sobre lo otro, no es que quiera, es que si no lo hago, no nos dejará en paz."

"Y que te hace pensar que cuando le rompas el corazón, nos dejará en paz?"

"Pues aprenderá que conmigo no es igual que con las otras."

Lo escucho tomar un gran suspiro.

"Sólo te la dejaré pasar hoy, de acuerdo? Mañana te quiero lista temprano para ir a recogerte."

"Por eso eres mi mejor amigo y te quiero."

"Sí, sí, mejor amigo y me quieres, pero ya te dije que sólo hoy te la paso."

"Te llamo luego," me despido, "bye."

Él hace lo mismo y termina la llamada.

En ese momento, tocan el timbre.

Dentro de poco, mi mamá me llama desde la sala, "Hija, Mario te está buscando!"

"Ya voy!" le respondo antes de bajar.

"Ya voy!" le respondo antes de bajar

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-Narra Mario-

Me encontraba sentado en el sofá, cuando luego vi a Morín en el primer escalón. Juro que mi mente la miro bajar esas escaleras a cámara lenta mientras analizaba cada parte de su cuerpo. Comencé por sus pies, tenía puesto unos adidas blancos con las 3 franjas de color oro rosa. Sus jeans eran de color azul y estaban muy ajustados, tan ajustados que podía ver las curvas de su cuerpo perfectamente desde donde estaba. El suéter que tenía puesto me permitía ver una pequeña parte de su abdomen, ya que era corto. Al igual que los zapatos, su suéter era blanco, sólo que con 2 franjas del mismo color (oro rosa) en cada una de sus mangas. Mis ojos viajaron desde su suéter a su cuello, y desde su cuello sus labios. Esos labios rosados que moría por besar cada vez que los veía. No necesitaban lápiz labial para que fueran deseables, simplemente ya lo eran naturalmente. Llegué a sus ojos y fue cuanto presté atención a cada detalle. Sus largas y hermosas pestañas le añadían un brillo a sus bellos ojos. Estaba perdido en ellos cuando de repente, alguien me aventó agua a la cara.

Rompecorazones vs. Mujeriego || Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora