"Prometí nunca más enamorarme de alguien, y tú no serás la excepción."
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"No conozco al amor, sólo al odio y la venganza."
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"Después de todo, no somos tan diferentes."
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"Aún no entiendo cómo es que llegamos aquí," Mario dice confundido.
"Obvio que por tu culpa," respondí.
"Hablo de Mau y yo, no de ti. Nosotros no hicimos nada para que nos trajeran aquí, en cambio tú fuiste la que se aventó sobre mí."
"Sigue siendo tu culpa por ser como eres, un idiota."
"Yo sólo dije la verdad, se nota que quieres conmigo," Mario me provoca.
Estaba apunto de golpearlo de nuevo, cuando la directora sale de su oficina y nos mira a los cuatro sentados afuera.
"Primer día, y ya causando problemas?" ella miró a Mario.
"Srta. Estrada, yo le juro que no hice nada. Es más, qué no ve las marcas de rasguños en mi cara?"
"Mire Sr. Bautista, me encantaría poder creerle pero esta no es la primera vez que lo veo aquí," ella respondió.
"Pero-"
"Lo hablaremos en mi oficina. Ahora, ustedes dos se quedarán a una detención el viernes," la directora apunta a Joel y a Mau con su dedo.
Yo me levanto de mi asiento, "Joel no tuvo nada que ver en esto, él sólo trataba de separarnos."
"Así es directora, Mau tampoco tuvo la culpa," el idiota de Mario hace lo mismo que yo y se levanta.
"Mau se puede ir pero Joel se queda."
Su amigo se va y yo quedo confundida.
"Pero por qué? Si él no hizo nada. Además, usted lo conoce, es un estudiante bien portado y de buenas calificaciones."
"Eso es cierto, no he tenido ningún problema con Joel pero quiero que me explique por que su camisa está manchada de comida?"
"Ah, eso es por que un estúpido causó que se le fuera el plato encima," dije refiriéndome a Mario.
"Más respeto hacia a sus compañeros Srta..."
Como casi nunca me mandaban a la dirección, la directora no se sabía mi nombre, en cambio Mario, de seguro venía cada semana como para que ella se aprendiera su nombre, aunque yo no lo había visto antes.
"Morín. Mi nombre es Morín," le dije.
"Está bien Morín, no vuelva a decirles así a sus compañeros," me dijo y luego volteó a ver a Mario, "es cierto que causaste lo sucedido?"
Mario lo niega, pero la directora deja que Joel se vaya.
"Ustedes dos, vengan conmigo," dijo mientras nos dirijo hacia su oficina.
Al entrar, me siento en una de las sillas mientras Mario se sienta en la otra, y la directora me pide que le explique lo que pasó.
