Capítulo 176: La boda 4: ¿Y la luna de miel?

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Kenny estiró los brazos dándole el casco a Butters.

- Protégete. -Dijo Kenny mientras subía a la motoneta-. Esta lluvia nos retrasará.

- Estaré todo el tiempo abrazado a ti. -Dijo Butters.

Butters subió a la parte trasera de la motoneta para que luego Kenny la encendiera. Ambos comenzaron su viaje a Denver, esperando que no sea muy tarde. Sus vestidos volaban de un lado a otro debido al viento, y la lluvia empapaba sus pelucas que ni siquiera se habían quitado. Kenny no mostró resistencia alguna cuando Butters propuso detener la boda, tal vez porque en el fondo era lo que deseaba todo ese tiempo, más no por esas circunstancias. Kenny intentaba no apartar la vista del camino, aunque algunas lágrimas traicioneras lo cegaban por algunos segundos: ¿Y Kyle como estaba?

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Clyde corría tras la camilla en la que los médicos se llevaban a Kyle.

- ¡POR FAVOR, SOY SU AMIGO, DÉJENME ESTAR CON ÉL! -Gritaba Clyde.

Un médico se interpuso ante él y lo detuvo. 

- Muchacho, debe quedarse en la sala de espera. -Dijo el médico.

- ¿¿Estará bien?? -Preguntó Clyde sin ocultar sus lágrimas- ¡Por favor, solo dígame eso!

El médico bajó la mirada.

- Eso dependerá de la profundidad de sus heridas. -Contestó-. Lo mejor que puede hacer en estos momentos por su amigo es esperar y dejarlo en manos de profesionales.

Clyde comenzó a temblar. Se abalanzó hacia el médico el cual lo recibió con un abrazo al que estaba acostumbrado. Los hospitales y los estadios deben ser los lugares donde más abrazos se dan entre desconocidos.

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Los minutos de oración pasaron muy lentos para todos los invitados, que ansiaban por ver la entrada de Stan y Wendy, al menos la mayoría... Token, Craig y Damien querían que la boda terminara, no les generaba nada estar ahí. Stan lo sabía. Lo confirmó cuando la marcha nupsial comenzó a sonar y él empezó a desfilar por la gran alfombra junto Bebe, directo al altar. Entre tantas lágrimas de emoción, sobre todo de su padre, sus amigos eran un universo aparte. Los tres lo miraron de reojo, sin expresión alguna. Lo único que animó un poco a Stan en esos momentos fue Pip, que no paraba de aplaudir y sonreírle. Stan no se imaginaba que tan emocionado podía llegar a ponerse Pip en una boda que valiera la pena. Bebe dejó a Stan en el altar, junto con el padre Maxi y fue con las damas de honor, Red, Heidi y Nichole. Esta última, incluso estando en plena ceremonia, observaba a Token de reojo, destrozándose con lo que imaginó una vez de que, al finalizar la boda de Wendy, Token le propondría matrimonio. Mar de ilusiones o desesperanzas colmaban el salón. El corazón de Stan volvió a latir, acelerado. Las puertas se abrían. Wendy comenzaba a entrar.

Todos los invitados giraron la cabeza para observarla. Stan sentía que su corazón estaba a punto de dejar de latir. Vio a Wendy hermosa. Su vestido de novia recorrió la iglesia con todas las miradas puestas en él. Era un vestido de novia de satin, de corte en v, con una falda sumamente amplia y detalles en plateado en el busto y la cintura, que lo hacían relucir aún más. Todos comenzaron a aplaudir. La primera persona en sonreír fue el padre de Wendy, quien acompañaba a su hija debido a la ausencia de Kenny, lo cual le generaba una completa emoción, ya que era lo que él quería desde un principio. El padre llenaba su pecho de aire para lucir más seguro, pero en el fondo se estaba derritiendo de orgullo. Stan apenas podía distinguir el rostro de Wendy detrás de su velo pero, si la hubiese visto, los nervios en él se habrían multiplicado. Wendy no dejó de sonreír en ningún momento. Al llegar al altar, el padre de Wendy la besó en la mano y se retiró hacia un costado, aguantando sus lágrimas. El padre Maxi miró a Stan de reojo, insinuando lo que debía hacer. Stan, luego de una gran inhalación y exhalación, tomó delicadamente el velo de Wendy y lo retiró de su rostro. En esos momentos Stan sintió algo único. Era como si se hubiese enamorado de Wendy por primera vez. No solo por su gran maquillaje y peinado perfecto, era su sonrisa de completa emoción lo que lo dejó perplejo.

Despedida de soltero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora