Capítulo 33: Había una vez...

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Kyle abrió la puerta de la habitación, dejándola un poco abierta para que Stan pudiera entrar. Él pasó y fue directo al baño. Cerró la puerta y se empezó a mojar un poco los ojos ya que había comenzado a llorar.

- ¡Hijo de puta! -Se decía a si mismo.

Stan vio que Kyle había dejado la puerta de la habitación unos centímetros abierta. Empujó la puerta y entró. Notó que era un espacio muy amplio, donde había un televisor, aire acondicionado, una mesa con algo de comida, un frasco con condones, y claro, una gran cama en el medio. Se acercó a la cama y miró a sus alrededores. Notó que había una puerta más en esa habitación. Supuso que era el baño, y que Kyle estaba ahí. Se acercó a esa puerta.

- ¿Kyle? -Dijo Stan sin abrir la puerta.

- Ya voy Stan... -Le contestó Kyle.

Stan fue nuevamente hacia la cama, pero esta vez se sentó en ella. Se quitó su gorro y suspiró. "¿Kyle está en pareja? ¿Con el dueño del cabaret? ¿Por qué me siento así? Yo también tengo novia... Pero pensé que el me había dicho que no estaba enamorado... ¿Qué haré? ¿Por qué Kyle me trajo aquí? ¿Qué haré?...", pensaba Stan. 

Kyle se llevó la mano al pecho, suspiró. Abrió lentamente la puerta y observó a Stan que, rápidamente, le devolvió la mirada. Comenzó a caminar hacia él, en silencio, hasta que se sentó a su lado. Los dos estuvieron callados unos segundos. Kyle trataba de retener sus lágrimas. Stan no sabía que decir. Miró a Kyle a la cara, este le correspondió con una mirada directa a los ojos. Acarició al pelirrojo. Este sonrió levemente.

- Disculpa por lo que acaba de pasar... -Dijo Kyle, finalmente.

- Está bien. Disculpa, yo no supe que decir... -Dijo Stan.

- Lo supuse...

- ¿Es verdad? -Dijo Stan-. ¿Es tu pareja?

Kyle suspiró, se llevó sus manos hacia la cabeza y se recostó en la cama, boca arriba. Stan hizo lo mismo , acostándose a su lado.

- Es difícil... -Dijo Kyle.

- ¿Por qué? -Preguntó Stan.

- Vivimos juntos, a veces nos acostamos pero... No, no lo somos. -Dijo Kyle.

- ¿Y por qué dijo todo eso? -Preguntó Stan.

- Porque en algún momento fue verdad... -Kyle miró a los ojos de Stan-. Lo amaba Stan, de verdad. 

- ¿Qué fue lo que pasó? -Dijo Stan.

- ¿Realmente quieres saber la historia? -Sonrió Kyle.

- Me gustaría. 

- Bien... -Kyle suspiró-. Fue hace cinco años... Tenía 16, iba a secundaria, me sacaba buenas notas, tenía amigos pero... No me sentía feliz.

- ¿Por qué? 

- Porque, ya sabes, había una parte de mi que pedía salir de una vez. Como te habrás dado cuenta soy homosexual, y lo supe desde pequeño. En la primaria miraba a mis compañeros y quería darles un abrazo y besos en las mejillas, miraba Peter Pan porque me gustaba Peter Pan, a veces mi papá miraba películas de acción o las luchas... Miraba a esos hombres, sabía que no era porque me quería parecer a ellos, era porque los quería a ellos... Pero South Park no es un lugar para nosotros, definitivamente. Un día mi madre estaba limpiando mi cuarto y encontró revistas, revistas con hombres desnudos. -Unas lágrimas empezaron a salir de los ojos de Kyle, pero este las limpió rápidamente y prosiguió-. Empezó a gritar como nunca, es una madre muy conservadora. Corrió por toda la casa, le enseño las revistas a mi papá. Este las agarró y me pidió una explicación que no pude dar... Mi madre me insultó, me lloró e incluso me dijo que, en esos momentos, deseaba que no fuera su hijo. Mi padre no estaba tan impactado, pero a él le importaban mucho las apariencias, ya sabes, no importa que tan basura seas, lo importante es "no ser descubierto". Es abogado, claro. Tal vez mi padre me hubiese aceptado si yo no decía o hacía absolutamente nada, pero mi madre gritaba a los cuatro vientos mi sexualidad. Creo que todo el barrio lo supo. Ese día me dijeron que empaque mis cosas, que podría volver, el día que fuera hetero. Destruido, tomé mis cosas y me fui a la calle. Recuerdo desde la ventana la cara llena de lágrimas de mi hermanito, que no había salido de su habitación en toda la discusión, por miedo, supongo. Dormí en la calle dos semanas...

- Mierda... -Dijo Stan- ¿No trataste de volver? ¿No te buscaron?

- Sí... Pero se mudaron. -Dijo Kyle.

- ¿¿Qué?? -Dijo Stan.

- Desde ese día no los volví a ver. -Los ojos de Kyle se volvieron a tornar cristalinos-. Creí que moriría Stan... Hasta que un muchacho de unos 20 años me vio en la calle, pidiendo monedas y me dijo que no debía estar ahí... Que si seguía estorbando la calle llamaría a la policía. Yo me asusté, pero esa persona me dijo que era una broma y rió. En esos momentos reí, sentí que por primera vez en mucho tiempo alguien intentaba hacerme feliz. Seguido de eso me preguntó mi nombre...

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- Me llamo Kyle... -Le respondí.

- Un gusto Kyle -me dijo extendiéndome la mano-, mi nombre es Eric, Eric Cartman.

Le sujeté la mano en forma de saludo. Este me ayudó a pararme. 

- ¿Tienes hambre? -Me preguntó él.

- Algo... -Le contesté, mientras sentía que mis tripas se retorcían. 

- Ven conmigo. -Me dijo.

Sentí algo de miedo, nunca había hablado así con un completo extraño. Pero pensé que mi situación no podía empeorar. Acepté ir con él. Caminamos un poco y ahí estaba su auto, no sé que marca era, pero era bastante bonito. Y amplio. Subí junto con Eric y nos fuimos.

- ¿A dónde vamos? -Pregunté.

- No lo sé... -Me miró-. No te dejarán entrar a un restaurante vestido así, ni con ese olor, podrías abrir la ventana...

- Oh, disculpa. -Dije abriéndola.

- Así que te llevaré a mi departamento, tómate un baño y luego iremos a un restaurante o pediremos comida... -Me dijo sonriendo.

- Bueno... -Suspiré-. Muchas gracias, Eric.

- Por cierto ¿qué haces en la calle? Pareces muy pequeño...

- Tengo 16, mis padres me echaron de casa hace dos semanas.

- ¿¿Por qué?? -Me dijo Eric extrañado.

- N-No importa... -Le dije.

- Vamos Kyle -insistió-, ya estás en mi auto, por lo menos deberías contarme.

- Bueno... Soy, eh... Soy...

- ¿Marica? -Rió Eric.

- Sí... 

- Está bien Kyle, lo supuse... -Me dijo Eric-. He visto muchos muchachos en tu situación. Pero, sí te consuela, yo a veces me acuesto con hombres.

- ¿De verdad? -Le dije sonriendo, sentí que alguien por fin me entendería.

- Sí, pero no se lo digas a nadie -rió Cartman-, estoy trabajando en una empresa, y si lo saben, adiós trabajo...

- Oh ¿trabajas? -Dijo Kyle- ¿Qué edad tienes?

- Veinte. -Me contestó-. Pero soy de los que piensan que la universidad es inútil, solo van los idiotas con mucho dinero. Yo me gradué de la secundaria y comencé a trabajar...

Eric me empezó a contar su vida. Nada fuera de lo normal, terminó la secundaria, no le había ido muy bien pero sobornó a algunos profesores para terminar. Vivió con su madre hasta los 18, pero se fue de su casa porque se sentía humillado ya que se había enterado que uno de los empleos de su madre era... Bueno, ser prostituta. ¡Ja! En esos momentos a Eric le daba vergüenza... Comenzó a dejar curriculums por toda la ciudad y pronto consiguió trabajo. Sí en algo es bueno Eric, es en conseguir trabajo y hacer negocios... Pero en fin. Luego de eso llegamos a su departamento. Era muy amplio y brillante. Me mostró el baño y yo entré. Me desvestí, abrí la ducha y me metí. Lloré. Cuando las lágrimas se me terminaron me empecé a pasar el jabón, sabía que me estaba tardando mucho. Así que Eric me tocó la puerta.

- ¡¡¡Kyle!!! -Me gritó- ¿Cuánto te falta?

- ¡Lo siento! -Dije- ¡Ya voy!

- ¡Bien, apúrate o entraré! -Me dijo, riendo.

Me sentí nervioso. Pero sonreí, la propuesta me gustaba. Quería desafiar todo, sentir que finalmente sería yo...

- ¡Entra, si quieres! -Le dije.

Eric no contestó, simplemente oí como la puerta se abría. Mi corazón se aceleró, sobre todo cuando escuché el ruido de su bragueta bajando. Finalmente abrió las cortinas de la ducha. Estaba desnudo, se metió conmigo y me comenzó a besar... 

Despedida de soltero. Where stories live. Discover now