Capitulo 43.

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Alison.

La llegada a Liverpool fue peor de lo que esperaba. Miles de preguntan se agolparon a mi alrededor.  Al llegar al aeropuerto me esperaba mi padre, al verme prefirió no decirme nada, mi cara de pocos amigos fue lo que le hizo tomar esa decisión. 

Me subí al coche con papá, el me dio un suave apretón en la mano izquierda, dándome a entender que todo estaba bien, que podía contar con él. Aún así las cosas con mi padre no estaban del todo bien, aún teníamos muchas cosas de las que hablar, aún tenía que explicarme el porqué de su actitud y de su sucio negocio en el garaje.

Al llegar a casa mi madre estaba esperándome en la puerta, con una sonrisa enorme en la cara, una sonrisa que desapareció al ver mis ojos cansados y mi sonrisa forzada. Me abrazó y me susurró que todo estaría bien, y que cuando yo quisiera podríamos hablar del tema. Mamá era la persona que mas me conocía en el mundo después de Matt. Su simple recuerdo me dolía demasiado. Unas pequeñas lágrimas comenzaron a emanar de mis ojos al escuchar las palabras de mi madre. Únicamente me limité a asentir y subí directamente a mi cuarto.

Al llegar a mi cuarto me tumbé boca arriba en la cama y lloré todo lo que no había llorado en el avión. Lloré por Amber, lloré por la traición de Matt, lloré porqué sabia que él me necesitaba, pero no podía estar ahí para él, no ahora, lloré también porque sabía que nunca me sentiría tan feliz en casa como me había sentido en Londres. 

Unos pequeños golpes me sacaron de mis pensamientos. La dulce voz de mi madre sonó a través de mi puerta. 

-Alison, cariño, ¿puedo entrar?

Saqué fuerzas y le dije un tímido ''sí''. Cuando ella entró por la puerta me enjugué las lágrimas.

Mi madre se sentó a mi lado en la cama, me puso una mano en la pierna y comencé a llorar de nuevo. Le conté todo a mamá. La muerte de Amber, el discurso de Matt en el entierro, la aparición de Alan en el entierro, y cuando apareció también en casa de Matt, la confesión de Amber acerca de la verdad de la procedencia de Matt. Cuando llegué a la parte de Matt y Kelsey el llanto cortaba mi voz, mi madre solo asentía y me daba pequeños apretones en la mano para que supiera que podía seguir y que ella estaría ahí para mi. Ese pequeño gesto me dio fuerzas para seguir hablando y poder contarle como me sentía.

Cuando por fin acabé de hablar mi madre me miró con ojos interrogantes, preguntándome con la mirada si quería su opinión, yo asentí, y me dispuse a escuchar lo que ella pensaba acerca de todo lo que le había confesado.

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