Capitulo 23.

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Matt.

Ayude a Alison a envolver unos regalos que le había comprado a mamá, pero no sin antes verlos. Quería que le diera mi opinión. Sabía que a mamá le iban a encantar. No por el regalo en sí, sino porque se lo regalaba Alison. Cada vez la quería más. Decía que ella me había cambiado. Y en cierto modo era verdad. Yo nunca habría pensado en llevar a una chica a casa de mi madre. Nunca habría imaginado que una chica estaría viviendo conmigo, durmiendo en la habitación de al lado sin que pasara absolutamente nada con ella. Nunca me había enamorado básicamente.

Pero Alison no era la única que tenía regalos. Yo le había comprado un par de cosas también. Sabía que lo que yo le había comprado no se comparaba a las cosas que tenía ella normalmente. Pero esperaba que le gustara.

Mientras ella estaba en su cuarto vistiéndose, yo baje al árbol a ponerle los regalos. Por lo que ella me había contado en su casa lo hacían así. Ponían los regalos bajo el árbol y cuando volvían de la cena de nochebuena los abrían. Pero esta ocasión sería distinta. Ella tendría los regalos antes de la cena. Quería cambiar un poco la historia.

Le había comprado una pulsera en la que estaba grabado su nombre y detrás ponía: ''Me basta mirarte para enamorarme'', le había comprado también un anillo con el símbolo de infinito y unos pequeños pendientes. Lo mejor lo quería dejar para el final. Como a ambos nos gustaba leer, había cogido algunos de mis libros favoritos y se los había envuelto, quería que ella los tuviera, que ella disfrutara leyendo tanto como lo había hecho yo. En algunos de ellos había subrayado frases que me parecían perfectas para que ella las leyera. 

Le deje sus paquetes escondidos tras el árbol, pues no quería que los notara hasta que no le dijera nada.

Me senté a esperarla en la cocina mientras me tomaba una Coca-Cola. Oí que me llamo desde el salón.

Cuando salí vi la imagen más preciosa del mundo. Alison llevaba un vestido precioso que se pegaba a su cuerpo y se amoldaba a su figura. Marcaba sus curvas y estaba preciosa. Llevaba unos tacones que le hacían unas piernas perfectas. En el pelo llevaba unos tirabuzones y llevaba la melena suelta. No podía dejar de admirarla con cara de bobo. Que suerte tenía con esta chica.

-Cada día que pasa esta más guapa.-Mi sonrisa lo decía todo.

-Gracias Matt. Tú también estas muy guapo. Ves como unos vaqueros y una americana sí que combinan.

-Vale vale, tienes razón. Hay que admitir que entiendes mucho más de moda que yo.-Dije levantando los brazos a modo de derrota.

-Oye, necesito que subas un momento a tu habitación y que no salgas hasta que yo te diga ¿vale? No hagas trampa.

-Vale, pero ¿Qué pasa?

-No hagas tantas preguntas y sube. Venga. Que nos está esperando tu madre para cenar. Por cierto. No he preparado la cena. ¿Qué hacemos?

-Al, mi madre no dejaría una cena sin navidad sin cena. Me llamó hace un rato diciéndome que si te gustaba el pavo. Había preparado la típica cena navideña. Así que deja de preguntarme. Ya subo ya subo, no me mires así. –Ella me observaba con los brazos en jarras y los ojos entornados.

La oí de pasear por el piso de abajo, y subió una vez para luego volver a bajar. No sabía que estaba tramando, pero quería que me llamara para descubrirlo. Pasaron cinco minutos y oí su voz llamándome.

Baje las escaleras y la vi esperándome justo abajo. Me dio la mano y me dijo que cerrara los ojos. Yo lo hice como ella me mando. Me pidió que me sentara en el suelo y también la obedecí. Aun no sabía que era lo que quería hacer.

Cuidado con lo que eliges.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora