Capitulo 15.

102 15 7
                                    

Alison.

Todo esto era tan raro. ¿Estaba enamorándome de Matt? No lo sabía. Pero lo que sentía con él no lo había experimentado nunca.

Una sonrisa llegó a mis labios cuando recordé nuestra cena. Había sido tan bueno. Me había comprendido a la perfección, y esperaba que me dejara tiempo de aceptar las cosas.

Por la mañana iríamos a ver a su madre, ¿Cómo me presentaría Matt, como su novia o simplemente como una amiga? Lo comprobaría mañana.

Tenía muchísimo sueño pero mis pensamientos no me dejaban dormir. Quería estar cerca de Matt, la sensación de protección que me infundía era enorme, con el me sentía bien. No tenía que fingir ser otra persona. Cuando Jack y yo estábamos juntos, simplemente hablábamos de su equipo de futbol, del instituto y de cosas sin importancia. Pero Matt era distinto. Se había abierto a mí, me había contado cosas que no esperaba que me contara, y yo a él le había abierto mi corazón, sabía muchas cosas de mí. Aún me quedaba por conocer más cosas, pero todo a su tiempo.

Cerré los ojos pensando en la sonrisa que me había cautivado estas últimas semanas y poco a poco fui quedándome dormida.

Note como un peso caía sobre mi cama. Abrí los ojos lentamente y vi a Matt acostado a mi lado. El corazón se me salía del pecho, tenerlo ahí, tan cerca de mí, era demasiado para mi pequeño corazón.

-Vaya lo siento, no quería despertarte.

-Oh... no te preocupes, no estaba del todo dormida. ¿Pasa algo?

-Solo que quería venir a darte las buenas noches, y al verte ahí sola me ha apetecido tumbarme un rato contigo, pero no te preocupes ya me voy- Dijo al tiempo que se incorporaba de mi cama.

-Matt, no, quédate, estoy bien.

Él me dedicó una preciosa sonrisa y se acostó a mi lado.

-¿Sabes que estaba pensando en la cama? –Me pregunto mirándome a los ojos, sin darme tiempo a responder comenzó a hablar.- Pensaba en lo que me ha cambiado la vida contigo aquí. Nunca había estado tan unido a alguien aparte de mi madre. Y tú... has llegado para dar luz a mi vida. Al, desde que te conocí es como si tuviera alguna meta en la vida. Y me siento muy mal por habértelo hecho pasar tan mal el tiempo que te tuve encerrada. No me merezco ni que hayas accedido a ayudarme. Pero lo has hecho, y te estoy tan agradecido, de eso y de que hayas hecho que quiera ser mejor persona. Que me olvide de mi odio. Gracias Alison, de verdad.

-Matt, no he hecho nada. Tú eres buena persona, tienes un gran corazón, todo lo que haces por tu madre lo demuestra.

Así pasamos hablando de nuestras cosas mucho más rato. No sabía qué hora era pero me estaba quedando dormida, no se lo dije a Matt, pero él se dio cuenta, pero no quería que se marchara de mi lado.

-¿Alison quieres que me vaya? Estas cansada y necesitas dormir.

-No, quédate esta noche por favor.

Él no respondió, tan solo asintió con una sonrisa, se acercó lentamente a mí, dándome un dulce beso, y yo cerré los ojos contenta de tenerlo ahí conmigo.

Cuando me desperté Matt no estaba a mi lado, supuse que había bajado a desayunar pues eran más de las 11:00, esta noche había dormido mejor que ninguna, ¿sería por haber dormido junto a Matt?

Al momento me levanté y fui al baño, quería darme una ducha porque hoy íbamos a ir a ver a su madre, y quería estar más o menos presentable.

Pasé al baño enfrascada en mi mundo sin darme cuenta de que dentro se oía ruido. La sorpresa que me llevé cuando vi a Matt saliendo de la ducha.

Me tape los ojos con vergüenza y me gire de cara a la puerta. Lo escuche reír detrás de mí.

-¿Al, a ti en casa no te enseñaron a llamar a la puerta antes de entrar?- Dijo mientras se reía.

-Lo-lo-lo siento. No te había oído, pensaba que estabas abajo. – Dije muerta de vergüenza, no podía apartar de mi mente la imagen del torso de Matt desnudo, y mojado. Por favor Alison, borra eso de tu mente, me regañé.

-Al, no pasa nada, puedes darte la vuelta, ya me he tapado.

-No, no, mejor me voy y cuando ya estés totalmente vestido y seco entro.

Iba a abrir la puerta cuando me agarró de la mano y me giró, mis ojos se centraron en su pecho, luego subí la vista avergonzada, me encontré con su mirada.

-Estás muy guapa cuando te sonrojas.- Y justo después de pronunciar esas palabras que me hicieron sonrojarme muchísimo más, me dio un beso, uno muy distinto a los demás, este era ¿apasionado? Le correspondí con la misma pasión con la que el me besaba. ¿Qué me pasaba? Yo nunca había sido así.

Nos separamos jadeando. Yo le dediqué una sonrisa y salí del baño. Dejándolo con los cristales empañados.

Cuidado con lo que eliges.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora